#escritores

LIVE

Desnudar los elementos que comprenden la política de un país es revelar, quizá, lo más horrendo que esconde una sociedad y cada individuo.

Es tan arcaica pero tan vigente aquella definición stendhaliana -“Una novela es un espejo que se pasea por un camino real”- que nos ha permitido ser testigos de nuevos enfrentamientos morales, más no críticos, entre grupos o grupúsculos del medio literario “limeño”. 

La raíz de este nuevo episodio: la selección de escritores para la FIL Guadalajara 2021 que tiene como invitado de honor al Perú.

image

El Ministerio de Cultura es ante todo un ente político, y aunque muchos de sus funcionarios provengan del sector privado con máximas credenciales en algunos casos, la cabeza es nombrada por el Presidente y el Primer Ministro. Una lista de escritores, o selección, jamás podrá ser del gusto o aceptación de todos. Siempre habrán nombres que en algunos casos sobrarán y en otros faltarán. Y no deja de ser cierto el predominio de algunos nombres cuando de representación peruana se trata en estos eventos. Las voces que más reclaman, claman: “¡Siempre son los mismos!”

Sin embargo, el problema se genera cuando una lista ya conformada por otra administración se pretenda rehacer por la nueva entrante, dejando de lado algunos nombres con pobres justificaciones, generando del mismo modo respuestas sin fuerte contenido y sobre todo varias declinaciones. Con todo, se abrió el debate en redes sociales, el campo más “democrático” de discusión últimamente; que dio como resultado: muchas piedras y pocas ideas, y trajo de vuelta el recordado debate criollos vs andinos, centro vs periferia, vargas llosa vs arguedas (así en minúsculas).

Quien se quejó antes de nunca ser invitado, de denunciar la “argolla” literaria limeña -autores que se celebran entre sí, por dar una definición-, y ahora fue incluido en esta nueva lista, se queja de las decisiones del ministro Ciro Gálvez pero igualmente asistirá a dicha feria en representación del Perú. Son decisiones políticas, morales, que lamentablemente embarran lo que tanto amamos: la literatura. Lo que aún está por verse es qué criterios o parámetros diseñarán los funcionarios del Ministerio de Cultura para calificar, incluir, en adelante, a un escritor o escritora peruano para dichos eventos. (René Llatas Trejo)

Los libros, algunos, llegan a ti de sorpresa y con toda la emoción que uno ha imaginado.

Tal vez pocas veces suceda en una librería natural, de novedades de escaparate, y muchas veces, en una librería de viejo, de ferias y puestos abarrotados de libros que se corrompen con el tiempo, que se aglomeran, que flotan entre sí y son rescatados por el librero de turno.

Esto me sucede siempre en diferentes grados de emoción cuando visito ferias y librerías de viejo en Lima, y la emoción que me suscitó este libro: Vida de Enrique Brulard, de Stendhal, ha sido completa.

image

Una edición que no tiene año, pero data de los treinta o cuarenta, impresa en Argentina, con sus dos picaduras, me esperaba solo a mí, porque no fue del interés o fue de muy poco interés de decenas de personas antes de mi paso por dicho puesto. Y el precio de oferta aún más no me hicieron dudar ningún segundo en llevarlo conmigo.

No es que no haya leído dicho libro, que como bien dice el subtitulado (novela biográfica) es una lectura favorita de los llamados stendhalianos. La he leído, en varias traducciones, también en digital. Sin embargo, la diferencia radica en la proximidad de la publicación con la valoración del escritor que él mismo profetizó sería en las primeras décadas del 1900.

Porque todo lo que se empezó a publicar de Stendhal en español, diarios, novelas inconclusas, memorias, biografías noveladas, etc. fueron en esas décadas para una inmensa minoría de lectores que esperaban saber y conocer más de Henry Beyle.

Lo que no predijo fue que en pleno siglo XXI continuaría esa devoción por su literatura, en su caso todo lo que él vivió, amó y escribió. (René Llatas Trejo)

A mí lo que me hace feliz es leer

Roberto Bolaño

Un libro corrosivo y duro

En España se ha reeditado Facsímil, de Alejandro Zambra bajo el sello de Anagrama, un libro basado en la Prueba de Aptitud Verbal, aplicada en Chile desde 1967 hasta 2002. Por esta razón el libro es ante todo un artefacto que le impone necesariamente al lector parámetros y un sistema de respuestas, y que el propio autor ha calificado de “corrosivo y duro” durante su presentación vía Facebook recientemente.

Aquí algunas citas de dicha presentación gracias Culto:

“A mí me interesa mucho cómo este libro ha sido leído, y esa es una de las preguntas que esta nueva edición actualiza, me parece muy bacán imaginar lo imposible de imaginar, esa es la gracia de echar algo a rodar, porque el libro lo publicas porque sientes que ya no te pertenece, que vaya solo”.

“Hubo críticas súper malas al libro, también me interesó eso. No son cosas que yo conteste en ningún caso. Sí me gusta entender qué está haciendo el libro en su circulación, en particular un libro como Facsímil que no ponía de buen humor a los editores que lo recibían”.

“El libro tiene que entrar a ser resistido y querido, eso es lo que a mí me interesa, entonces tampoco lo pongo en un lugar muy fijo. También esta cosa divertida de no recordarlo bien, algo que costó tantas horas, trabajé tanto en el libro, lo mostré mucho. Si siguiera la moda de poner agradecimientos al final, tendría como 50 páginas más, porque fueron muchos los que incluso resolvieron la prueba, jugando”.

Luego de Despachos del fin del mundo, un libro que retrata los tiempos de pandemia y protestas sociales, el escritor chileno Alberto Fuguet publica una edición definitiva de sus crónicas escritas entre 1989 y 1990 bajo el seudónimo de Enrique Alekán: Enrique Alekán, una novela por entregas (Ediciones UDP). 

“Yo jamás pensé que iba a ser un libro 30 años después, ni en futuro, lo que tiene de interesante porque uno escribe muy pensando en cómo es lo actual, que termina siendo pasado”, ha declarado a CNN Chile.

image

Aquí alguna preguntas:

—Parece que los ’90 no eran tan distintos a los 2000.
—Eso lo dices tú. Mi impresión es que las cosas no son tan distintas como uno cree en general, la tecnología va pasando, pero la idea de ser parte de algo, de cahuinear, de querer que te quieran, de ostentar, de estar a la moda… pero hay algo fascinante con que el mundo no cambia tanto a pesar de todo lo que cambia a su vez.

“Todo este mundo que conocemos de lo instantáneo, de Internet, de chatear, no existía. Y ese mundo: quizás 1990 no era tan distinto con 1890. Si uno mira bien, tal vez no es tan diferente andar a caballo que tomar el metro para ir al centro, o ahora un scooter. Quizás no importa tanto ir a Cachagua a caballo, en auto o helicóptero, pero sí pienso que la tecnología es algo súper rupturista a nivel psiquiátrico, psicológico, del alma, en la forma de cómo vemos el mundo, con dispositivos cada vez más chicos pero a la vez más grandes. Alekán ahora podría haber estado en Estados Unidos, ansioso, y llamar a su psiquiatra. Antes, sin electricidad, uno igual podía leer libros, darse tinas, el mundo no era tan, tan distinto. Pero parece que cuando realmente entra Internet, tipo 1998, llegó no sólo el siglo XXI, sino que no sé lo que llegó, pero hoy lo damos por hecho: ese creo que es el gran cambio en estos 30 años de Alekán”.

—Alekán para mí es alguien que vivió el año ’89, ’90. Si quieres llevarlo a otra época, tienes que respetar otras cosas, como su edad (28) y personalidad. Creo que en la pandemia habría pedido delivery, permisos, pero no habría ido a fiestas ni a Cachagua. Al final es un chico sensible y no es tan, tan loco como para arriesgar todo, sobre todo su salud, por una fiesta. (…) El verano está asociado a ver y a pelar, a fiesta, y Alekán tiene una contradicción que se parece a la mía, deduzco, aunque mucho más: una mezcla de querer estar en todas y a la vez tener una distancia con todos.

“Parece que el carrete es algo más importante que cuidarse de una enfermedad, que para personas de todos los sectores sociales es algo cercano a la felicidad. No soy un hombre tan carretero ni sociable, pero me gusta captar que para la raza humana (la fiesta) es algo clave, y tan clave que están dispuestos a morir. Yo estoy dispuesto a morir casi por nada, pero me llama la atención que la gente esté dispuesta a morir por un carrete en Cachagua, en Maipú, en Broadway, y que la Pascua, el Año Nuevo es mentira: la gente se junta para carretear, no para rezarle a Dios o hacer ritos por el cambio de año. Alekán es social, pero su tensión es ‘soy social a veces con gente que no me cae tan bien’, y que se va a quedar encerrado en su departamento con vista al (Cerro) San Cristóbal. Alekán no es un escritor, no es un intelectual, pero tampoco es un ermitaño sin ser el dueño de la discoteque, pero claramente es un huevón que parte a todas las fiestas, busca todos los lugares”.

—Llevamos apenas días del 2021 y…
—Sí, lo único bueno es que ayuda a que Despachos del fin del mundo siga siendo relevante,  pandemia, ahora falta agregar un capítulo de Washington. (…) Qué raro que estemos en una especie de loop, me sorprende y a la vez no sorprende nada.

La editorial Lumen publica una serie de relatos inéditos en español de Marcel Proust. El remitente misterioso reúne ocho relatos y ha sido traducido y prologado por el escritor argentino Alan Pauls. Nos muestra al autor de En busca del tiempo perdido en su etapa juvenil y contenido de sus deseos homoeróticos.

image

El Cultural nos da un avance del cuento que da nombre al libro. Compartimos un extracto:

El fuego arrojaba llamas suficientes para que, al inclinarse para iluminarla, Françoise pudiera distinguir las letras, y esto fue lo que leyó.

Señora:
Hace mucho tiempo que la amo, pero no puedo ni decírselo ni no decírselo. Perdóneme. Vagamente, todo lo que me han dicho acerca de su vida intelectual, de la distinción única de su alma, me convenció de que solo en usted encontraré la dulzura tras una vida amarga, la paz tras una vida aventurada, el camino hacia la luz tras una vida de incertidumbre y oscuridad. Y usted ha sido, sin saberlo, mi compañía espiritual. Pero eso ya no es suficiente. Es su cuerpo lo que quiero, y al no poder tenerlo, en mi desesperación y mi frenesí, escribo esta carta para calmarme, como se arruga un papel mientras se espera, como se escribe un nombre en la corteza de un árbol, como se grita un nombre al viento o en el mar. Para explorar con mi boca la comisura de sus labios daría mi vida. La idea de que tal cosa podría ser posible y de que es imposible me abrasa de igual modo. Cuando reciba de mí estas cartas, sabrá usted que en este momento me enloquece este deseo. Es usted muy buena, apiádese de mí, me muero por no poseerla.

Una vez que estuvo sola, Françoise pensó unos instantes en las palabras del médico, pero enseguida, involuntariamente, volvió a pensar en el remitente misterioso que tan diestro y audaz, tan valiente se había mostrado a la hora de verla, y tan humilde y dócil para renunciar a la hora de obedecerle. La embriagaba pensar en la osadía extraordinaria que le había hecho falta para probar esa maniobra por amor hacia ella. Varias veces se había preguntado quién sería y ahora se imaginaba que era un militar. Siempre le habían gustado, y antiguos ardores, llamas que su virtud se había negado a alimentar pero que habían abrasado sus sueños y deslizado extraños reflejos en sus ojos castos, volvían a encenderse. Antaño, a menudo había deseado ser amada por uno de esos soldados cuyo cinturón cuesta desabrochar, dragones que por las noches, en los rincones de las calles, arrastran sus sables tras ellos girando la cabeza, y cuando se los abraza demasiado sobre un canapé pueden pincharte las piernas con sus grandes espuelas, y que esconden todos, bajo una tela demasiado rústica para poder sentirlo palpitar fácilmente, un corazón despreocupado, aventurero y dulce.

El debate acerca del lenguaje inclusivo ya no es esquivo para nadie. Es una muestra clara de los grupos considerados minoritarios para enraizar su posición. El escritor mexicano Guillermo Fadanelli en su columna en El Universal reflexiona esta vez sobre los cambios en el lenguaje a partir de lo social y lo político. 

“La intención de un acto puede ser encomiable, pero su realización puede volverse en contra de esa misma intención. Cuidar que ambas, tanto la teoría como la acción coincidan, es no exponerse a la decepción y al acto superficial y sin consecuencias. He sido testigo, con cierta curiosidad, de las modificaciones y reparaciones que distintos grupos o tribus le hacen al lenguaje común con el propósito de que sea incluyente; se empeñan en adulterar palabras y añadir signos para obligar a que el lenguaje posea una finalidad ética o política.” 

“Evitaré esta vez el sarcasmo ya que coincido en el propósito de estos grupos al querer evitar la discriminación y las malas costumbres que no permiten que las sociedades sean más justas o equitativas con los miembros que las conforman. Sin embargo, hay algo de banal en la empresa de obligar a las palabras a procurar el bien y de utilizarlas como panfleto de civismo y de buena convivencia. La razón de oponerme a lo anterior es que el lenguaje es incluyente por sí mismo, es posibilidad de liberación y vehículo para alimentar o construir la teoría ética que más nos convenga.” 

Hay que conocerlo y estar al tanto de su complejidad y vastedad para saber que sin imaginación no hay lenguaje y que, al mismo tiempo, el lenguaje estimula la imaginación y hace que las personas sean menos bárbaras. Persuadir a los demás de que determinadas conductas son nocivas para su comunidad es imposible sin la facultad de hablar; y hablar no es nada más parlotear sin conocimiento, o hacer política cultural, sino estar al tanto de que —escribe Rorty en Filosofía como política cultural— “lo propio de todo lenguaje es la puesta en relación de unas cosas con otras”. Es decir que, por sí mismo, el lenguaje nos permite relacionar las cosas, los diversos sentidos, los actos entre sí con el propósito de causar el bien. 

“No obstante, tenemos un gran problema si al deformar el lenguaje para tornarlo una herramienta platónica, hegeliana o ideológica con miras a implantar la justicia lo despojamos de su fuerza real, de su absoluta capacidad para nombrarlo e imaginarlo todo. Tal acción es de una arbitrariedad evidente, además de superflua; equivale al hecho de querer tirar un muro y en vez de derribarlo dedicarse a escribir en su superficie: “Este muro no existe”. Así, sólo se lleva cabo un performance cuyo propósito es que quien lo realiza se sienta bien, incluyente.”  

Un millón de ejemplares en una semana. Eso fue suficiente para que Hideo Yokoyama destronara al inigualable -hasta hace poco- Haruki Murakami y se convirtiera en uno de los novelistas policiales más populares de Japón con su novela Seis cuatro que publicará la editorial Salamandra. 

“Mis personajes llevan una pesada carga mental, y por eso viven los conflictos más puros. No hablo de lo importante para la sociedad, sino de lo importante para el individuo”, ha declarado Yokoyama en una reciente entrevista al diario El Mundo.

image

“Es complicado definir la maldad humana. ¿Es malvado un psicópata? Me interesa la chispa que prende esa maldad. A medida que se expande la sociedad digital, se hace más visible esa voluntad, que crece de forma imparable, y nos hace dudar sobre si nosotros también tenemos dentro la voluntad de hacer el mal”.

Considerado el agente literario más poderoso del planeta, representante de más de mil autores, entre ellos Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020, ha vuelto a ser noticia por su intenciones de vender al mejor postor los libros de la poeta estadounidense a otras editoriales en español pese a la vigencia de la Pre-Textos, que publica a Glück. Por algo su apodo es El chacal. 

image

Un extracto de la nota de Guido Macari Marimón en La Tercera:

“De eso trata en realidad este oficio de la representación: de entregarse a los intereses y al estilo del escritor”, dijo Wylie a ABC. “Yo adopto la personalidad de los ochocientos cincuenta escritores que representamos, así que padezco una suerte de masivo desorden de personalidad”.

Wylie fundó su agencia en 1980. Él se sentaba al lado del teléfono que nunca sonaba. No tenía ingresos y, por lo tanto, tampoco tenía empleados. Cuando entregaba el manuscrito de algún escritor a una editorial, el camino era largo: cruzaba la calle para ir a una impresora a fotocopiar el texto, iba a la librería a comprar un sobre, lo fotocopiaba, volvía a la oficina, escribía una carta para los editores y así partía a la editorial, donde conversaba con alguna desconocida recepcionista que lo ayudaba a entregar el manuscrito en alguna de las oficinas.

“De eso trata en realidad este oficio de la representación: de entregarse a los intereses y al estilo del escritor”, dijo Wylie a ABC. “Yo adopto la personalidad de los ochocientos cincuenta escritores que representamos, así que padezco una suerte de masivo desorden de personalidad”.

En esa entrevista, Wylie explica que su manera de trabajar es bastante simple: si el escritor está vivo él es quien decide respecto a la reproducción y distribución de su obra; en caso de que el autor esté muerto, son sus sucesores los que toman las decisiones. Le causa gracia que muchas veces los editores digan: “Yo conocí mejor al autor que su esposa”, como se ha dicho con autores como Jorge Luis Borges o Italo Calvino. Ante ese tipo de declaraciones, Wylie responde con sarcasmo: “Claro, tú sabes más de Italo que su mujer, quien durmió a su lado cuarenta años”.

El pasado 8 de octubre de 2020, la poeta Louise Glück recibió el Premio Nobel de Literatura. La ganadora no era tan conocida en el mundo hispanoparlante, y solo había sido publicada por Pre-Textos, una pequeña casa editorial española que, durante catorce años, tradujo y publicó en castellano (en ediciones bilingües) siete de sus once libros, con títulos como El iris salvaje (2006),Las siete edades (2011)yUna vida de pueblo (2020).

Tras el anuncio de la Academia Sueca, la agencia literaria que representa a Glück, liderada por Wylie, ignoró definitivamente los intentos que hizo la editorial independiente para renovar los contrato de seis de los siete títulos de la poeta.

Al poco tiempo, los responsables de Pre-Textos comenzaron a recibir llamadas de varios colegas españoles, a quienes la empresa del agente norteamericano les propuso publicar los poemarios de la ganadora del Nobel. “Dentro de nuestra profunda decepción, nos hemos emocionado primero con la reacción de algunos de nuestros colegas”, dijo el editor de Pre-Textos, Manuel Borrás, a El País. “Nos han dicho que no habían aceptado el ofrecimiento”.

El Nobel obtuvo el galardón por su novela Tiempos recios, considerada por la crítica como el regreso a la gran novela realista-política. 

image

La nota de El País:

En una ceremonia, transmitida por vídeo desde la Real Casa de Correos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en compañía de la junta y el jurado de la Fundación Francisco Umbral y el alcalde de Majadahonda, José Luis Álvarez Ustarroz, le entregó al Nobel el galardón. Vargas Llosa habló sobre el papel de la literatura en la sociedad y charló con el periodista de EL PAÍS Juan Cruz acerca de temas como el lugar que ocupa Madrid en la vida del autor, de la libertad dentro de su obra y, principalmente, del origen y objetivo de su última novela.

Tiempos recios transcurre en la Guatemala de los años cincuenta y aborda el golpe de Estado para derrocar al presidente Jacobo Árbenz orquestado por Estados Unidos, a instancias de la United Fruit Company. El alzamiento contra su Gobierno liberal en 1954 estuvo encabezado por el coronel Castillo Armas, que también cayó poco después, en una operación en la que participó el dictador de Santo Domingo, Trujillo. Es justamente este entramado geopolítico el que es reconstruido por Vargas Llosa mezclando voces y perspectivas en la narrativa de la novela.

Conversación. Mircea Cărtărescu en primera persona. La FILBA llegó a su final y pese a las circunstancias pandémicas pudo llevarse a cabo de manera virtual con invitados de lujo como Siri Hustvedt, Vivian Gornick, Joyce Carol Oates, Jamaica Kincaid y Sharon Olds. 

Pero, particularmente, uno de los esperadísimos invitados fue el escritor rumano Mircea Cărtărescu quien fue entrevistado por Lala Toutonian. Imperdible. 

#escritores    #mircea cărtărescu    #rumania    #literatura    #libros    #soledad    

Seix Barral publica El Silencio, la nueva novela de Don Delillo, una historia que condensa en 112 páginas las consecuencias de la comunicación, la información y la tecnología en la actualidad. “¿Qué pasaría si, de repente, falla el sistema? ¿Y si fuera solo una pantalla blanca?”, se pregunta el también autor de Submundo.   

En la entrevista de Xavi Ayén para La Vanguardia, Don Delillo manifiesta:

“Intento que cada libro sea distinto. Esta novela no se parece a las que he escrito antes, seguramente tampoco a ninguna otra de las que se encuentran en la librería. El cuerpo del artista es el mismo, pero en términos de lenguaje es una obra distinta. No sé, cuando trabajo en una novela, trato sobre todo de pasar un buen rato, disfrutar. Es la actividad más placentera que conozco, con intensas iluminaciones.”

Roberto Bolaño entrevistado en exclusiva para el programa Perfiles de dos continentes. La fecha, posiblemente 2003, el año de su muerte. Bolaño señala aquí que ya tiene cincuenta años. Archivo excepcional.

Comentarios abajo mencionan:  Sinopsis: Roberto Bolaño: una mirada crítica. Entrevista por Eliseo Álvarez. Films for the Humanities & Sciences. Tranquilo Producciones, Canal (a), Barcelona. Julio 2003. DVD.

Anchamente, largamente

Foto:Roiz Roiz

¿Dónde debo aterrizar; posarme?

Derrapo. Penosamente, tu boca es pequeña como aquel avión, pero tu pista de aterrizaje es la más grandiosa que conozco.

Anchamente, largamente.

Se lleva mis brazos, mis piernas, pero no mi sexo atroz, arrogante.

Hasta se lleva tus propios brazos, tus piernas, y tu propio sexo atroz, arrogante.

Pero todo es tan natural y laxo; también, fundamental,

cuando en las mañanas despertamos amancebados con dolores genitales…

Testigo son este lapicero y tu papel higiénico.


Por Adriana Castillo

Sobras contra el tiempo

Foto:Daniel

Todo vamos a morir, es inevitable. El cuerpo dejará de funcionar, todo nuestro organismo empezará a podrirse. Todo lo que sabemos de la muerte, se habrá apoderado de nosotros a como dé lugar. Además, estamos invadidos, prácticamente, infectados por toda la tecnología que desespera, que desasosiega.

Pienso en Vera solo cuando todo me falta, cuando escribo una palabra, una línea, en todo lo que me ha visto a hacer y ya no lo hace.

Yo en aquel tiempo estaba desempleado, viviendo con mis ganas de escribir, de culminar los libros que tenía en la cabeza, pero dicha situación me estaba desesperando porque no encontraba nada creativo. El vacío superaba mi condición. Entonces pensé que necesitaba experiencias, y advertí que el edificio de Vera quedaba a dos o tres cuadras del parque donde me encontraba. Pero Vera ya se había instalado en Estados Unidos.

¿Por qué tendríamos que funcionar por separado si lo concebimos como un solo Todo? No es una novela por entregas, a pesar de que esa fue la recomendación que me hizo antes de partir por una ayuda económica para sus herederos. Son partes, justamente, de ese Todo.

Quizá deba de sacudirme un poco de mis prejuicios. Ser más tolerable. Detestaría que me tomaran por una amargada, una roñosa. No, eso no. Si tengo o no tengo razón no importa, cualquier cosa me sirve para continuar haciendo mis operaciones, mis pinturas sobre las personas. Pero en ese entonces, una caricia en el rostro, en el cabello, una mirada hosca, furibundo, porque siempre estábamos de acuerdo en todo. Vera solo miraba cabizbaja como aceptando cualquier disparate así no estuviera de acuerdo conmigo.

Por Arturo Pedraglio

¡Mire! Fuente, fría, fruta, fresca… ¡cuál gresca! Eternamente jugosa y gustosa, ¡qué cosa! Y hábilmente salerosa y valerosa, ¡cuán hermosa!

Entre el follaje se distingue un coco sentado en la punta de una espada que se va de paseo y deja rastro con su almohada desplumada. Crea confusión entre las cañas de azúcar posando en ellas unas cuantas arañas y vacila a las ramas haciendo sonar sus seiscientas veintiún mil campanas.

-Melanie Flores Bernholz,El capitán de proa.

Si me vieras cuando vuelo alto,

Tan alto como si siempre hubiera podido,

Jamás sospecharías que me cortaron las alas

Y que estas que llevo son de cartón.

loading