#insomnio
Un amor así te cambia la vida
Creí que ya te había superado.
Solo quiero caer de este barco y que la marea bajo la tormenta decida si me ahogo o conquisto nueva tierra.
Descuida reconstruir mi ser hubiese sido una gran inversión, no te culpo por marcharte.
D. M.
Es mejor que trates de ganar la confianza de otro, que intentar restaurar la que destruiste.
D. M.
El hecho es… que siempre pienso “esta vez funcionara”.
D. M.
No me merecía pero que jodido fue sacarla de mi mente.
D. M.
Es un tanto agobiante por lo menos de levantarse 30 cm en aire sobre el lodo.
D. M.
Llevate las promesas rasgando cada una de las ilusiones, apaga la radio y ahoga las melodías que descontrolaban nuestros cuerpos y destruye los poemas dedicados a las noches de nuestros desvelos.
D. M.
Juro que veo a mi alrededor y nunca veo a nadie, no me refiero físicamente, físicamente siempre están pero emocionalmente no hay nadie.
Quizá habría olvidado ya, lo que era que el aire acariciara tu cara en este frío noviembre y sentir la luminiscencia de esos atardeceres envolviendo mi existencia en colores que para mi imaginación hoy todavía son inimaginables… Había olvidado ya, lo que era encontrarme en lo simples detalles que ofrece la naturaleza.
Ojalá nunca tengan esa sensación de estar con alguien y aun así sentirse solos.
No aguantaba con todo este peso. Y no hablo de algo meramente físico. Sino de ese peso intangible, que solo el alma puede cargar. Esa ancla que te hace trasnochar y liberar sentimientos mortíferos para la mente.
Ansiedad le llaman algunos.
No fue fácil.
No fue fácil comenzar a quererte, mucho menos tenerte en mi mente todo el día.
No fue fácil arriesgarme a soltar mis miedos por fantasmas del pasado.
No fue fácil comenzar de cero y adentrarse a lo desconocido.
De verdad que nada de esto ha sido fácil, y aún así decidiste arreglar los escombros que hoy en día soy con tu amor y sinceridad.
No puedo querer a medias. Y ese es mi problema.
Has estremecido todo en mí desde tu llegada.
Encuentra alguien que te extrañe los viernes por la noche. Los domingos por la tarde lo hace cualquiera.
A veces las personas somos solo eso: momentos.
De la decencia a la decadencia, solo hay un paso
Hay recuerdos que no paran de seguirte.