#poesía en español

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Casi nunca supe apreciar
lo que trataste de
enseñarme en vida,
mi inconsciencia era tremenda
y mis demonios
me arrastraban ciegamente
a la deriva.


Adalid de la bondad,
la rectitud y el orden
en persona,
por más que me querías
en casa, contigo,
a mi me llamaba lo de fuera
pero, papá,
los años no pasan en valde,
las cornadas de la vida
no son de broma
y ahora que no estás,
por poder hablar contigo
daría tantas cosas,
¡Cuanto te echo de menos!
me sirve de poco la ronda,
que hago todos los domingos
para dejarte, como un imbécil,
sobre tu tumba
un par de rosas.


Tuvimos que esperar al final,
a casi el último suspiro
para lograr entendernos,
respetarnos y
descubrir que realmente
éramos uno.
Yo soy tú, tú eres yo,
dos destinos con un
mismo futuro.
Maldita cama de hospital,
vidas que se extinguen
como el humo,
joder, yo te creía inmortal
y me dejaste sólo y
con la garganta hecha un nudo.


Ese verano,
las hojas comenzaron a caerse
antes de lo debido,
el universo ya te mostraba
su tristeza y
todavía no te habías ido.
Yo te acariciaba el brazo
durante horas,
a ti se te apagaban las fuerzas,
noches largas, mucho dolor,
lágrimas, alguna risa
y confidencias,
en tus ojos se veía amor,
en los míos
se reflejaba tristeza.


Nos tocaba despedirnos
sin paños calientes y
a lo bestia,
de un zarpazo te marchaste,
antes de tiempo
¡puto cáncer!
y dejando todo a medias.
Una familia rota,
a mí perdiendo el norte y
lágrimas que nunca se secan.


Ya te has ido papá pero,
allá donde estés,
mirarás orgulloso tu obra:
un hijo que se viste por los pies,
que lucha por sus sueños y
no se amilana ante las derrotas.


Ya te has ido papá
y por más que lo intento…


tu ausencia me persigue y
sigo con el alma rota.

Estate quieto, ponte derecho, guarda silencio,
átate los zapatos, colócate el jersey, la camisa por dentro,
no se contesta a los mayores, obedece a tu hermano,
se dan las gracias y te vas sonriendo,
deja eso en su sitio, habla bien, para quieto un momento,
camina despacio, no vayas siempre con la cabeza loca y corriendo,
ya te he escuchado, no quiero jugar más, no sigas insistiendo,
súbete a la acera, bájate de esa valla, no se habla comiendo,
baja la música, apaga la tele y desenchufa los videojuegos,
no grites tan alto, espera tu turno, meas contra el viento,
¡vaya niño mal educado! te pasas la vida maldiciendo…
Puta híperactividad,
no cesa un momento,
sois vosotros quiénes me tenéis que aguantar,
pero soy yo el que la sufro por dentro.

Lo que no te mata,
a veces,
tampoco te hiere de muerte,
pero se te clava en el alma,
te angustía las noches,
sodomiza tus días
y te lleva, sin darte cuenta,
a perderte;
te cambia el caracter,
debilita tus ansias y
se apodera, durante meses,
de tu corazón y tu mente,
te convierte en un ser
melancólico, nostálgico,
esclavo de su propia suerte.
Lo que no te mata,
a veces,
tampoco te hiere de muerte
pero, lo que es seguro,
es que no te hace más fuerte…

Enséñame

Enséñame a hablar

con palabras sentidas  y sinceras,

las necesito para crear certezas

y ahuyentar los miedos y las dudas.

Enséñame  a caminar

dame los medios y los instrumentos

para crear puentes y caminos

por dónde marchemos todos unidos.

Enséñame a soñar,

que la esperanza esté siempre latente

en cada letra, en cada verso

buscando siempre un nuevo sueño.

Amanda Ackermann

La  fuerza de la vida

No  hay medida para el ser ,

ni medida para el dar,

solo importa  que te abras,

que respetes  otro pensar.

De la vida  aprendemos

que se puede aún amar,

la conciencia  y el compromiso

va marcando el actuar.

No prejuzgues  tus respuestas,

sólo busca en tu interior,

agradece a la vida ,

cada nuevo despertar.

Amanda Ackermann

        Sentido de la vida

Porque te quiero en la noche oscura

y más te quiero si tú me faltas,

eres la arcilla que modelamos

con nuestras manos y nuestras voces.

Eres la luz , eres la sombra,

eres la vida , eres la muerte,

eres el puente entre mis hermanos,

eres el canto con otros cantos.

Porque te quiero en la noche oscura

y más te quiero si tú me faltas,

eres el eco de mis verdades,

eres recuerdo, eres nostalgia.

Amanda Ackermann

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Ayer 

Ayer soñé el pasado

que el dolor ya no sentía,

que mis heridas cerraba

con el calor de los míos.

Ayer soñé  que era  niña,

que era ingenua  y confiada,

que creía  por igual

en todos los seres humanos.

Ayer soñé con la vida,

con ustedes mis hermanos,

ayer soñé el futuro 

de ese mundo necesario.

Amanda Ackermann

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