Iglesia de todos los santos - Cuenca, Ecuador (2016)Ecuador es un lugar especial en el mundo para m&

Iglesia de todos los santos - Cuenca, Ecuador (2016)

Ecuador es un lugar especial en el mundo para mí, que he tenido la enorme fortuna de visitar y conocer hace muy poco gracias a la enorme generosidad de María, la madre de mi pareja, en el que nos hemos sentido cuidados y acogidos como en nuestra propia casa gracias a su hermano Pablo y su mujer Vero, que regentan juntos en al ciudad de Cuenca el estupendo restaurante La Chalupa, y a la familia de Verónica que nos ha tratado como a dos hijos más (gracias y mil veces gracias, Don Rafael y Doña Blanca).

Cuando ni mi salud ni mis obligaciones me habían permitido aún comenzar a editar y compartir el material fotográfico que me traigo de allí, nos hemos encontrado con el sobresalto de un terremoto de magnitud 7,8 en la costa de Ecuador que, seguido de más de doscientas réplicas, ha dejado en el momento de escribir esto 655 víctimas, miles de heridos e incontables daños materiales. En este punto, no puedo dejar de hacer dos cosas. Por una parte, repasar mentalmente cada uno de los espacios increíblemente hermosos que he tenido el privilegio de conocer, cada una de las personas increíblemente hospitalarias, amables y cálidas que me he cruzado allí, y preguntarme qué ha desaparecido, qué permanece intacto. Pero sobre todo, no puedo dejar de preguntarme por qué una desgracia de estas dimensiones ha pasado de puntillas por los informativos, por mis redes sociales, en comparación con otras tragedias en las que se repiten ad nauseam esos hashtags de pray for estoypray for lo otro, y por qué las campañas de recogida de ayuda son de tan bajísima intensidad mediática.

Supongo que el problema tiene una doble dimensión. Ecuador es para mucha gente el gran desconocido que era para mí antes de visitarlo, del que nadie sospecha la increíble variedad geográfica y natural que alberga (desde los enmudecedores altiplanos y picos de la sierra, hasta el amazonas, pasando por Galápagos), su hermosísima arquitectura colonial y tradicional ó la fascinante colisión entre la tradición indígena y la modernidad arrebatadora de sus generaciones mas jóvenes, responsables de un clima cultural apasionante y en constante movimiento. Y, al mismo tiempo, que en esa visión primermundista (en el peor sentido de la palabra), capitalista y caucasocentrica en la que, sin querer, operamos tanto en Europa, Ecuador no es un país lo suficientemente deprimido como para que nos de penita y nos ofrezca estampas de stock de imágenes de ONG en campaña contra el hambre, ni lo suficientemente sobredesarrollado como para considerarlo “uno de los nuestros”.

La realidad es que un país maravilloso y su maravillosa gente, tan merecedores de nuestra atención como otro y seguramente más que nosotros mismos, se ha visto sacudido por una tragedia que va a truncar en parte el enorme esfuerzo de sus gentes y sus administraciones para modernizarse de una manera sostenible y sensible con las necesidades de sus ciudadanos. Una parte del gran trabajo de Ecuador por mejorar sanidad, educación e infraestructuras, de construir suministros de energía que reduzcan su dependencia del crudo, se ha visto truncado, retrasado o complicado enormemente.

Así que sí, Ecuador necesita, como cualquier país o persona que ha sufrido una desgracia, atención, cariño y ayuda. Y como cualquiera que la necesite, agradecerá enormemente que se la prestes. Hay muchas ONGs realizando trabajos coordinados de reconstrucción y ayuda, como Medicos Sin FronterasoPlan Internacional. Puedes también dirigirte a la embajada de Ecuador en tu país e informarte sobre como puedes ayudar. Y puedes, sobre todo, no volver a olvidar que Ecuador existe y creerme cuando te digo que es uno de los países mas hermosos, con más cosas que enseñarte y que más merecen tu visita, tu tiempo de calidad allí y tus divisas de turista que puedas conocer nunca.

¡Aguanta Ecuador, nuestro corazón está contigo!