#boyandboy
Fue la primera vez que nos sucedió, nadie debería tener que tolerar semejante humillación. Caminábamos por las veredas del centro de la ciudad tomados de la mano, como cualquier pareja que recién comienza. Sólo que no supimos ver que no sólo era nuestro comienzo o primera vez que andábamos de la mano, sino que también era la primera vez que otras personas veían a dos chicos pasear tomados de la mano tan tranquilamente. Nos duró poco. Y ese fue nuestro error, quizás más mío que suyo. Tres cuadras caminamos y nos soltamos. Me pregunto quién podría tolerar semejante cantidad de insultos, por lo menos doce personas se tomaron la libertad de insultarnos injustificadamente. La única persona que nos gritó “putos de mierda” básicamente nos halagó comparándolo con los demás que expresaron su intolerancia y desagrado al vernos.
A veces pienso que si al menos hubiéramos salido mentalizados en que eso podía suceder, quizás antes de superar ese momento en que junté el coraje de tomarlo de la mano pensando en cuál sería su reacción, quizás, nos habría afectado menos y unos días después no me hubiera acobardado tanto al punto de pedirle perdón y cortar el recién nacido brote de cariño.