#darach macleod

La noche le brindó una bonita imagen de los jardines bañados de la escasa luz que la casa emanaba, pero también un ligero frescor que en el caso de Darach no le desagradaba, aunque no podía decir lo mismo de lo que le parecía a Isabelle. Dispuesto estaba de abrir su boca para asegurarle de que volverían en unos minutos, en cuanto el insistente Flaming se hubiera olvidado de ellos, no obstante, ella se adelantó, diciendo algo que a él le sorprendió hasta el punto de provocar una leve risa cargada de incredulidad.

— ¿Tenía controlado al señor Flaming o vuestra reacción? — inquirió con cierta malicia, pues quiso transmitirle que la había salvado de sí misma y no del varón que la había estado molestando — Hasta en la distancia pude sentir el fuego de vuestra mirada, que por cierto, ahora mismo nos vendría muy bien — bromeó para intentar quitarle hierro al asunto aunque ignoraba que podía ser peor.

—Ummmm — entrecerró la mirada sin retirarla en ningún momento de los ojos femeninos, un gesto que acompañó con una mueca ladeada de sus labios cerrados —  ¿Detecto cierto sarcasmo? —sonrió, plenamente divertido por la curiosa forma en la que la castaña le agradeció haberle salvado de una segura mancha en su reputación y la vergüenza que ello hubiera acarreado — Darach MacLeod. Su salvador y ahora, a ojos de los que observaron y escucharon, su gran amigo — dijo divertido y sin poderse contener. — Así que tiene permiso para utilizar mi nombre de pila. Dígame, señorita Rowlands ¿Desde cuándo somos amigos? ¿Desde nuestra más tierna infancia o desde la adolescencia? Habría que darle mayor credibilidad a nuestra amistad para no quedar al descubierto.— exageraba un poco pero… ¿y lo que estaba disfrutando?