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1921 07 23 Annual - Carga del regimiento Alcántara - Ferrer Dalmau

1921 07 23 Annual - Carga del regimiento Alcántara - Ferrer Dalmau


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1921 09 16 ‘Voluntarios para morir’ - Ferrer DalmauLa historia de los legionarios del Blocao de la M

1921 09 16 ‘Voluntarios para morir’ - Ferrer Dalmau

La historia de los legionarios del Blocao de la Muerte, en la guerra de Marruecos. El blocao de Dar Hamed se encontraba en la ladera Este del Monte Gurugú y era una posición expuesta. El 15 de Septiembre de 1921 veinte hombres del Batallón Disciplinario de Melilla bajo el mando del Teniente José Fernández Ferrer relevaron a los legionarios que ocupaban la posición. Los rifeños renovaron sus ataques esa misma noche con fuego de fusilería e incluso un pequeño cañón, causando varios heridos, entre ellos el Teniente Fernández, de gravedad. A la mañana siguiente se envió a un hombre para solicitar refuerzos al blocao más próximo, donde el Teniente Eduardo Águila no dudó en presentarse voluntario, pero el Alto Mando le denegó la petición. En su lugar le permitieron que 16 hombres acudiesen al socorro del blocao Dar Hamed, solicitó voluntarios y toda la guarnición se presentó, de modo que eligió entre quienes tuviesen menores cargas familiares. Tras hacer testamento y donar su paga a la Cruz Roja, sabedores de su destino pero sobrados de coraje, los 16 hombres partieron bajo el mando del legionario de primera Suceso Terrero López, logrando alcanzar la posición todos los efectivos, aunque sufriendo varios heridos. El fuego enemigo no cesaba si no que se incrementaba. A consecuencia de los continuos disparos mismo, fallecería el Teniente Ferrer, posteriormente el Suboficial y así sucesivamente hasta quedar al frente de la posición Suceso Terreros quien, ante lo difícil de la situación, no se amilanó sino que se dedicó a animar a los defensores dando vivas a España y a La Legión. A medianoche se estaban quedando sin municiones y Terreros envió a dos hombres para solicitar ayuda, mientras los rifeños se acercaban cada vez más, disparando su cañón tan cerca del blocao que este quedó en ruinas, sin que los defensores dejasen de combatir, hasta que la posición cayó y todos los españoles fallecieron, siendo rematados los heridos a cuchillo. A la mañana siguiente otra partida con refuerzos llegó al blocao para encontrar a todos muertos, siendo ascendido Terreros póstumamente a Cabo en ese mismo instante, empleo con el que le recuerda la Historia.


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1921 07 17 Igueriben - Ferrer DalmauDurante el avance del general Fernández Silvestre, comandante ge

1921 07 17 Igueriben - Ferrer Dalmau

Durante el avance del general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla en la primavera de 1921, la posición de la colina de Igueriben protegía, junto con la de Talilit e Intermedias A y B, los alrededores de Annual, campamento base español. Fue establecida el 7 de junio y componían su guarnición 316 hombres, pertenecientes al Regimiento de Infantería de Ceriñola. Estaban apoyados por la 1.ª Batería del Mixto de Artillería con cuatro piezas Schneider, cuatro máquinas Hotchkiss de la compañía de ametralladoras de posición y varios soldados de la compañía de telégrafos de campaña, junto a un puñado de policías indígenas. A primeros de julio quedó al mando de la guarnición el comandante malagueño Julio Benítez Benítez.En el lienzo de Ferrer-Dalmau puede verse lo más característicos de la posición, tal y como la dibujó el único oficial superviviente de su defensa, el teniente Luis Casado, que años después escribiría un libro sobre lo sucedido: Un parapeto, que se inició con piedras de la propia colina a primeros de junio y que fue perfeccionado posteriormente por tropas de Ingenieros. Tenía, aproximadamente, la altura de un hombre, estaba aspillerado, coronado por sacos terreros y rodeado por una alambrada clavada sobre estacas de madera. En el centro del recinto se hallaban las clásicas tiendas cónicas, con funciones de puesto de mando, enfermería y dormitorio. A ambos lados de la entrada se situaban las ametralladoras, mientras que las piezas de artillería se emplazaron en la parte opuesta de la posición.Desde la primera semana de julio de 1921 se produjo en la zona, inesperadamente, la irrupción de un verdadero ejército de cabileños hostiles, liderados por Abd-el-Krim. Igueriben quedó cercada y hostigada por el fuego enemigo. El problema más grave para los defensores sería la falta de los víveres y el agua, que eran proporcionados periódicamente desde Annual y que el certero fuego de los rifeños obligó a interrumpir. Los de Igueriben fueron agotando los suministros, a la par que aumentaba el número de heridos. Ante la gravedad de la situación, se organizaron varios convoyes de auxilio, que, para ascender por aquellas serpenteantes sendas, tuvieron que marchar fuertemente escoltados. Hubo que desarrollar verdaderas operaciones de combate bajo un intensísimo tiroteo enemigo para conseguir alcanzar la posición.Nuestro artista ha representado en su obra la llegada del convoy de Igueriben del día 17 de julio de 1921. Iba compuesto por hombres del Parque Móvil de Artillería al mando del teniente Ernesto Nougués Barrera y de la 1.ª compañía de Intendencia del alférez Enrique Ruiz Osuna. Como escolta contaban con el escuadrón de Caballería de Regulares n.º 2 del capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Las mulas transportaban, sobre todo, barricas con agua y algunas municiones para los cañones y las armas ligeras.La marcha del convoy resultó una auténtica odisea, en la que los Regulares fueron relevándose en un avance escalonado, ocupando una tras otra sucesivas alturas, bajo un intenso fuego de los harqueños que les produjo numerosas bajas de soldados y oficiales. Las proximidades de la posición estaban batidas eficazmente por un enemigo que disparaba agazapado y protegido desde la cercana Loma de los Árboles. Los últimos metros del avance fueron liderados personalmente por el capitán Cebollino. La columna consiguió alcanzar Igueriben gracias al fuego de apoyo y el sacrificio de los Regulares, pero también -y eso es lo que quería realzar en su composición nuestro pintor-, a la abnegación de los soldados de reemplazo.En el lienzo vemos a los defensores tras el parapeto, liderados por Benítez, que, como relata Casado, sin descanso dirigió la defensa, atendiendo a todos los frentes y elevando la moral de las tropas


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