#grouponadas
La ilusión con la que empezabas a jugar al Conejo de la Suerte nunca era la misma que cuando se terminaba el juego. Siempre te ibas con las mejillas vacías. Lorena, la más guapa de la clase, nunca te besó debido a tu pronunciado acné; Jaime, en cambio, parecía coleccionarlos. Aquello te marcó para siempre. Pero ahora que te has hecho mayor, Lorena ya no es lo que era y, seguramente, se moriría por volver a jugar contigo. Lo sentimos Lorena, tu tiempo pasó.
A quien madruga, Dios le ayuda
No quisiera yo contradecir al Altísimo, pero levantarme a las 4 de la mañana me haría sentir más en The Walking Dead que en The Office.
- Que las cafeterías no estén abiertas, no me ayuda.
- No disponer de transporte público, no me ayuda.
- Que un chaval 10 años más joven que yo vuelva de fiesta y me recuerde que ya no estoy para estos trotes, no me ayuda.
La primavera es la estación del año más puñetera de todas. Está esperando a ver qué ropa te pones para hacer justo lo contrario. Si te levantas y ves que está nublado, coges tu paraguas, tu rebequita, y cuando sales a la calle hace un sol de narices. Y al contrario pasa lo mismo, basta que te pongas tus sandalias nuevas para que se ponga a nevar. La primavera… ¡la mala leche altera!
Los americanos sí son apañaos… han encontrado un hueco entre salvar a la Tierra, limpiar las telarañas que deja Spiderman y plastificar sus enseres por si pasa Miley Cyrus y los lame, para celebrar uno de nuestros platos insignia. You’re the milk!
