#invetario

Literariamente hablando, es mi primer contacto con Umberto Eco. Aún después de haber olisqueado y hojeado incontables veces El nombre de la rosa, terminé por comprar su más reciente libro casi de manera impulsiva.

Número Cero es una sofisticada parodia del periodismo, pero una tan precisa y genial que podría pasar por ser un divertido y cínico manual para el mismo, desde la manera en la que se va urdiendo la creación de un periódico que planea anticipar las noticias hasta las discusiones que tenían los reporteros, el redactor (en este caso el protagonista), y el director de este diario de futuro tan incierto, que giran en torno a cómo funciona una nota, cómo se propaga, de qué manera debe redactarse para resultar más fidedigna ante determinado público y un sinfín de instrucciones a manera de furibundos diálogos.

Pero lo más interesante de todo termina siendo uno de sus más diligentes reporteros, obsesionado con la muerte de Mussoulini. Investigador incansable, sus teorías acerca de su verdadera muerte terminan abarcando capítulos enteros donde uno pareciera estar sumergiéndose en otra novela completamente distinta sin darse cuenta hasta que, pum, regresamos a la cantina en la que estaban sentados. Braggadocio (tal es el nombre de este curioso reportero) terminará siendo pieza clave en el desenlace de la novela y también una dura lección de lo que es el periodismo a final de cuentas: una libertad reprimida.