#maticidio
Días grises para aquellos que buscan la eternidad, bajo los faroles de inmensas ciudades alejado de nuestra realidad.
Dicen que el hombre es seducido y ultrajado por el amor, pero es más que eso, es sentir sin temor ni rencor.
Amar como un pretexto hacia la vida misma, amar los días grises como amamos los veranos en nuestra piel.
Sé que mis pasos ya no siguen tus pasos, sé que mis manos ya no sostienen tus manos. Pero te regalo consuelo cuando quieras buscar el alba y el arrebol, cuando quieras encontrar el destino y el amor.
Entre cartas de despedidas, fotografías guardadas donde antes yacían zapatillas, te recordaré. No por lo que fuimos ni lo que quisimos, sino por lo qué pasó y lo que se vivió.
Compartir momentos efímeros de sonrisas extraviadas en el olvido, nos hacen recordar que la eternidad puede durar minutos, aunque en realidad sólo eres tú y yo en la inmensidad de las ciudades, calles populosas, vitrinas de consumo y noches de perdidas.
Los días después de nuestros días pasan violentos, rutilantes y despiadados. Aquellos días que tanto intentamos olvidar, dejar enterrados en aquellos senderos que no visitaremos jamás.
Antes podría jurar que tu sonrisa iluminaba todos estos oscuros y álgidos rincones de mi alma, mas creo que sólo fue parte de mi obsesión, parte de aquella irracionalidad que poco a poco fui engendrando.
Crecer es sentir / Crecer es sentir.
