#my weird thoughts
Querida Dorothea:
Te conocí a inicios del 2015, en medio de una sala repleta de gente. Estabas en un grupo de amigos, riendo, soltando chistes, y luego me viste a la distancia sentada en un sofá sola, tímida e introvertida. Decidiste venir hasta donde estaba yo, te presentaste y a rastras me llevaste a tu grupo para presentarme a tus amigos.
Después de ese día empezamos a hablar constantemente, y yo empecé a tenerte confianza, porque siempre fuiste tan sencilla y de mente abierta, que nunca tuve miedo a ser rechazada, o juzgada por ti. Encajamos tan bien que nuestra amistad creció a la velocidad de la luz, y se mantuvo hasta el día de hoy, después de siete años de altas y bajas, de peleas y reconciliaciones, de alejarnos y luego estar más juntas que nunca.
No hay duda de que no existe una persona más leal e incondicional como tú, porque puedo decir con seguridad que a pesar de los problemas en nuestra amistad, nunca hablaste mal a mis espaldas, así como yo también juré nunca hacerlo. No hay duda de que eres una de las personas más importantes en mi vida, y que por ti siempre dejaré todo el orgullo con tal de no perderte.
Querida Dorothea, estoy infinitamente agradecida contigo, porque aunque nací siendo hija única, la vida decidió recompensarme con una hermana de otra sangre. Te amo.
