#simpatía

LIVE

“¿Bailamos o nos besamos?”

Estuvimos un rato juntos.

Me quedé contigo porque me gustaste por tu simpatía.

Me retaste a darte un beso, y como me gustaste, me atreví a dártelo.

Y sí, me quedé con ganas de más, y admito que la presencia de mi hermano a varios metros de nosotros, me limitó para seguir con los besos.

Fuimos al baño. Entramos cada uno al correspondiente. Yo moría de nervios, por no saber que iba a seguir, pero emocionada por lo bien que me sentía al estar contigo.

Te espere un momento fuera del baño. Esperaba de espaldas a donde tu venía para sentir esa sorpresa bonita.

Saliste, y me preguntaste: -“¿que haces?”; te respondí: “refrescándome”.

Me volviste a preguntar: “¿que hacemos, bailamos o nos besamos?”

Yo opté por seguir bailando, sin saber que ahí nos quedaríamos, en la pista de baile con tus amigos.

Y ahora, después de tanto análisis, me quedé con la duda, que no me atormenta, pero unas amigas hicieron que me surgiera esa duda, después de haberme bajoneado al saber de tu verdad.

¿Qué hubiera pasado si te hubiera dicho que nos besáramos?

¿A donde me hubieras llevado para seguir besándonos?

¿A qué más hubiéramos llegado empezando con los besos?

Pero también analicé que mi decisión estuvo bien. Porque quise retarte a que me siguieras. Que yo te hubiera besado primero, pero por desafío tuyo.

Sólo iba a bailar una canción contigo. Pero tu simpatía me atrapo, me cautivó. Esa simpatía que siempre he buscando en un hombre.

Conocí a un chico el sábado..

Conocí a un chico el sábado.

Conocí a un chico cuando me invitó a bailar, y le dije que solo una canción.

Lo que fue más de una canción porque me gustó.

Me gustó su simpatía para bromear, me gustó su cara, su barba.

Me gusto como me desafiaba al estar bailando.

Me gustó su porte de charro ese día. Me gustó como me besó. Su caballerosidad.

Me gustó que me hiciera reír.

Tengo que admitir que me ilusionó. Me ilusioné, más bien.

Lo que iba a ser sólo una noche, pasó a ser el resto del tiempo de la música sonando. Cuando yo no bailo ese género.

Un día después, me entero que tiene novia, y que de todos modos es un cabrón mujeriego que se la pasa enamorando muchachas a cada rato.

Que su novia sirve en la iglesia de un pueblo, y es sordomuda. No compito con ella, ni quiero. Lo mejor es alejarme.

Pero no puedo evitar recordar lo bien que me hizo sentir esa noche.

loading