#alcoholismo

Cada vez que lo veo dominado por el vicio, intentando ver a su hijo con ojos amarillos anegados en alcohol, balbuceando como un niño que aún no aprende a hablar, tambaleándose cada dos pasos e insultando a las personas que dice querer, me siento hundido… no, no hundido, arrastrado a un estercolero con grilletes de hierro.

Y de pana intento no seguir su camino, ignorar que me rompe, escapo subiendole el volúmen a la música, pero es gracioso que igual nada funciona, porque mi estúpido corazón late entonces al ritmo de la desesperación.