#fotografa artstica

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gabriel-bielm:

La vida se torna mágica si tu miras a la vida con ojos mágicos… 

porque la vida es un poco así,

aunque los sentidos nos engañen, 

aunque la maldad penetra en el mundo, como la nada en el país de Fantasía… 

pero mientras haya sueños, ilusiones y esas ganas de vencer a la Nada, 

los sueños seguirán vivos…. 

la clave está en no perder el entusiasmo, en no quedarte sin tus sueños por el camino, porque es la savia de la vida…

Gabriel

gabriel-bielm:

Amado señor mío no tengas miedo, no te muevas, permanece en silencio, nadie nos verá.

Sigue así, quiero mirarte, yo te he mirado mucho, pero no eras para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate donde estás, tenemos una noche para nosotros, y yo quiero mirarte, nunca te he visto así, tu cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos, y acaríciate, te lo ruego.

No abras los ojos si te es posible, y acaríciate, son tan hermosas tus manos, he soñado con ellas tantas veces, ahora las quiero ver, me gusta verlas sobre tu piel, así, te lo ruego, continúa, no abras los ojos, yo estoy aquí, nadie nos puede ver y yo estoy cerca de ti, acaríciate, amado señor mío, acaricia tu sexo, te lo ruego, despacio.

Es hermosa tu mano en tu sexo, no te detengas, a mí me gusta mirarla y mirarte, amado señor mío, no abras lo ojos, todavía no, no debes tener miedo, estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel.

Tendrás mis labios, cuando te toque por primera vez será con mis labios, tú no sabrás dónde, de repente sentirás el calor de mis labios sobre ti, no puedes saber donde si no abres los ojos, no los abras, sentirás mi boca donde no sabes, de repente.

Tal vez sea en tus ojos, apoyaré mi boca sobre los párpados y las pestañas, sentirás entrar el calor en tu cabeza, y mis labios en tus ojos, dentro, o tal vez sea en tu sexo, apoyaré mis labios, allá abajo, y los abriré bajando poco a poco.

Dejaré que tu sexo entreabra mi boca, entrando entre mis labios y empujando mi lengua, mi saliva descenderá por tu piel hasta tu mano, mi beso y tu mano, uno dentro de la otra, sobre tu sexo.

Hasta que al final te bese en el corazón, porque te deseo, morderé la piel que late sobre tu corazón, porque te deseo, y con el corazón entre mis labios tú serás mío de verdad, con mi boca en el corazón tú serás mío para siempre, si no me crees abre los ojos, amado señor mñio, y mírame, soy yo, quién podrá borrar este instante que sucede, y este cuerpo mío ya sin seda, tus manos que lo tocan, tus ojos que lo miran.

Tus dedos en mi sexo, tu lengua sobre mis labios, tú que te deslizas debajo de mí, aferras mis caderas, me levantas, dejas que me deslice sobre tu sexo, despacio,quién podrá borrar esto, tú dentro de mí moviéndote lentamente, tus manos en mi rostro, tus dedos en mi boca, el placer en tus ojos, tu voz, te mueves lentamente pero hasta hacerme daño, mi placer, mi voz.

Mi cuerpo sobre el tuyo, tu espalda que me alza, tus brazos que no dejan que me marche, los golpes dentro de mí, es violencia dulce, veo tus ojos que buscan en los míos, quieren saber hasta donde hacerme daño, hasta donde quieras, amado señor mío, no hay final, no acabará, ¿lo ves?, nadie podrá borrar este instante que sucede, para siempre echarás la cabeza hacia atrás, gritando, para siempre cerraré los ojos separando las lágrimas de mis pestañas, mi voz dentro de la tuya, tu violencia que me tiene aferrada, no queda ya tiempo para huir ni fuerza para resistirse, tenía que ser este instante, y este instante es, céeme, amado señor mío, este instante existirá, de ahora en adelante, existirá hasta el final.

Alessandro Baricco “Seda”

gabriel-bielm:

La leyenda del árbol de Sakura; una historia de amor

Había una vez…

Hace cientos de años, en el antiguo Japón, la guerra no cesaba de traer ríos de sangre. El país se encontraba triste y desolado. Sin embargo, existía un hermoso bosque que ni la guerra había podido devastar. Estaba lleno de árboles frondosos que dejaban adivinar a lo lejos su exquisita tranquilidad. Este le daba consuelo a los atormentados habitantes del país. Por fuerte que fuese la guerra en curso, nadie se atrevía a perturbar la paz que emanaba de ese bosque.

Sin embargo…

Dentro del bosque había un enorme árbol que parecía muerto, pese a la vida que lo rodeaba. En realidad el árbol no estaba seco ni mucho menos. No obstante, por alguna extraña razón nunca florecía. Sus ramas llenas de hojas vivían durante un tiempo sin que floreciera nunca. Por mucho tiempo el árbol permaneció solo, sin ninguna flor. Los animales le daban la vuelta pues temían que algo pudiera pasarles si se acercaban al árbol. Y no solo eso, alrededor de su tronco la hierba tampoco crecía. El árbol vivía sus días en completa soledad.

Pero un buen día…

Un hada compasiva se conmovió al ver el árbol en tan precarias condiciones. Entonces, con cuidado, se acercó a él con una propuesta. Le dijo que ella le lanzaría un hechizo. Haría que durante 20 años él pudiera sentir lo que siente el corazón humano. De esa forma quizá lograba emocionarse y florecer nuevamente. El hada agregó que podría convertirse en un ser humano o en una planta según fuera su deseo. Sin embargo, al cabo de los 20 años, si no lograba recuperar su vitalidad, moriría al instante.

El árbol aceptó…

Durante un tiempo se convirtió en humano. Sin embargo, decepcionado al ver la guerra a su alrededor decidió convertirse en árbol nuevamente. Los meses pasaron despacio, se convirtieron en años y el árbol no lograba sentir emoción alguna para florecer otra vez. Sin embargo, una tarde, el árbol moría de aburrimiento y decidió convertirse y caminar. En su camino se encontró cerca del río a Sakura, una hermosa jovencita. Impresionado por su belleza, el árbol se acerco a ella. Sakura fue dulce y amable con él, para corresponderle él la ayudó a cargar agua hasta su casa. Tuvieron una agradable conversación sobre muchas cosas. Y fue así como la amistad comenzó.

Todos los días

Sakura y el árbol que se puso a si mismo el nombre humano de Yohiro (que significa esperanza) se veían para platicar, reír, cantar y leer libros con historias maravillosas. Mientras más a fondo conocía Yohiro a Sakura, él sentía la necesidad de permanecer a su lado. Un día, Yohiro le confesó su amor a Sakura, y tras esa confesión le mostró quién era en realidad. Ella quedó muy impresionada y por unos minutos guardó silencio. Al final, ella sabía que no podía dejar de ver al árbol pues lo amaba demasiado. Pasaron los años y el plazo de los 20 años llegó por fin. Sakura le confeso su amor al árbol. En ese momento, el hada conmovida llegó a su encuentro y le ofreció a Sakura fundirse con Yohiro en forma de árbol.

Y entonces floreció…

Ella miro a su alrededor por unos segundos y con mucho amor accedió a fundirse con su amado. Fue así que el milagro se hizo. Al instante, en el centro del bosque el hermoso árbol de Sakura comenzó a florecer. Dejando ver el amor de ambos en cada uno de los pétalos de las flores. El árbol se quedó con el nombre de Sakura, que significa “flor de cerezo”. Desde entonces, el amor de ambos perfuma los campos de Japón.

Por STEFAN MARTIRADONI

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