#georges bataille

LIVE

El corazón es humano en tanto en cuanto se rebela (eso quiere decir: ser un hombre es «no inclinarse ante la ley»).

Un poeta no justifica —no acepta— por completo la naturaleza. La verdadera poesía se halla fuera de las leyes. Pero la poesía, por último, acepta la poesía.

¡Insertarme en lo que me rodea, explicarme o no ver en mi insondable noche sino una fábula para niños (tener una imagen o física o mitológica de mí mismo)! ¡No!…

Renunciaría al juego.

El delirio poético ocupa un lugar en la naturaleza. La justifica, acepta embellecerla. El rechazo pertenece a la conciencia clara, que valora cuanto le acontece.

La clara distinción de los diversos posibles, el don de llegar hasta el último confín, son resultado de la atención serena. El juego sin retorno de mí mismo, el ir más allá de todo lo dado exigen no sólo esa risa infinita, sino también esta meditación lenta (insensata, pero por exceso).

Sentía como un remordimiento la imposibilidad absoluta de anular mis afirmaciones.

Como si una intolerable opresión nos desazonara.

Deseo —que hace temblar— de que la fortuna que sobrevenga, en la incertidumbre de la noche, imperceptible, sea sin embargo aprovechada. Y por fuerte que fuera ese deseo, no podía sino observar el silencio.

Solo en la noche, me quedé leyendo, abrumado por ese sentimiento de impotencia.

Sensación de un combate decisivo del que ya nada me apartaría ahora. Siento miedo al tener la certeza de que ya no evitaré el combate.

¿La respuesta no sería: «que olvide este asunto»?

Diez cien casas se derrumban
cien y luego mil muertos
en la ventana de la nube

Vientre abierto
rostro alzado
reflejo de extensos nubarrones
imagen de cielo inmenso

Más arriba
que lo alto del cielo oscuro
más arriba
en una loca hendidura
una estela de luz
es el halo de la muerte.

Hambre tengo de sangre
Hambre de tierra ensangrentada
Hambre de pescado hambre de rabia
Hambre de basura hambre de río

Soñaba alcanzar la tristeza del mundo
al borde sin esperanza de un extraño pantano
soñaba con espesas aguas donde recobraría
los caminos perdidos de tu beso profundo

sentí entre mis manos un animal inmundo
escapado a la noche de una selva de espanto
y supe que era el mal por el que tú morías
lo que entre risas llamo la tristeza del mundo

una luz loca un fulgor de trueno
una risa liberando tu larga desnudez
un inmenso esplendor al fin me iluminaron

y vi tu dolor como una caridad
irradiando en la noche la larga forma clara
y el grito de tumba de tu infinitud.

[…]

tu boca sellada a mi boca
y tu lengua en mis dientes
la inmensa muerte te acogerá
caerá la inmensa noche

entonces habré hecho el vacío
en tu cabeza abandonada
tu ausencia esnifa desnuda
como una pierna sin medias

esperando el desastre
en que se extinguirá la luz
seré yo suave en tu corazón
corno el frío de la muerte.

[…]

Boñiga en la cabeza
estallo odio el cielo
quién soy yo para escupir las nubes
amargo es ser inmenso
mis ojos son gruesos cerdos
mi corazón tinta negra
mi sexo es un sol muerto

[…]

desnuda te reías a carcajadas
gigantesca bajo el baldaquino
me arrastro para dejar de existir

deseo morir por ti
quisiera aniquilarme
en tus caprichos enfermizos.

loading