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vivalatinamerica:

tengo que escribir un ensayo en español sobre el autoritarismo de ja*r b*lsonaro mándenme ayuda

Brasil ante todo y Bolsonaro sobre todo

Para poder hacer un análisis sobre el autoritarismo que ha corrido por las venas de muchas naciones latinoamericanas, sería imposible e incluso irresponsable darle la espalda al país más grande y poblado de América Latina. En la región americana, el autoritarismo ha prevalecido de una manera u otra por mucho tiempo debido a muchas fallas y debilidades sistémicas, pero en los últimos tiempos este autoritarismo ha podido prosperar gracias al presidente brasileño que lo exacerba.

“Brasil ante todo y Dios sobre todo”. Esa campaña llevó a Jair Bolsonaro a una victoria decisiva en la segunda vuelta presidencial del país el domingo 28 de octubre de 2018, en las elecciones más polarizadas de Brasil. Obtuvo el 55 por ciento de los votos, derrotando fácilmente al candidato izquierdista Fernando Haddad. Bolsonaro apeló a los brasileños al prometer “romper el Sistema” después de unos años tumultuosos. La nación sufrió una profunda recesión a partir de 2016 y esa crisis económica estuvo acompañada de una agitación política tras un escándalo de corrupción que dejó ilesos a algunos líderes de alto perfil. En este contexto, el aumento de los delitos violentos ha dejado a algunos votantes anhelando el orden y la seguridad, que Bolsonaro, un exmilitar, prometió cumplir.

Sin embargo, la adopción de Bolsonaro de “la ley y el orden” tiene un trasfondo alarmante, ya que ha expresado una afinidad problemática por la pasada dictadura militar del país. Pero sus opiniones antidemocráticas solo arañan la superficie de su inquietante retórica, ya que el presidente también lanza libremente declaraciones misóginas, racistas y anti-LGBTQ.

En este momento, Jair Bolsonaro lleva tres años como el presidente de Brasil y desde varias maneras ha deteriorado la democracia su administración. Su alcance autoritario se nota en temas como la seguridad pública, los derechos humanos, la libertad de expresión y el medioambiente. Más recientemente el presidente brasileño ha puesto en cuestión la legitimidad del sistema electoral brasileño y ha exaltado teorías de fraude sin ninguna prueba. Además, como exmilitar y ejecutor de fuerzas militares, Bolsonaro ha designado a numerosos militares a puestos gubernamentales. En el país con más homicidios del mundo, el presidente ha facilitado el acceso a más armas mientras incentivando la violencia, y particularmente contra la población negra e indígena, ya que incluso ha autorizado la intervención militar en la Amazonia.

​Para empeorar las cosas, se ha agravado la situación ante la pandemia. Además de su discurso negacionista acerca de la pandemia, Bolsonaro ha apoyado tratamientos contra la COVID-19 sin ninguna calificación científica. Adicionalmente, en un informe presentado por la comisión del Senado, encontraron gravísimas infracciones que sugieren que el mandatario debería ser imputado de crímenes contra la humanidad (y ocho delitos más). Se acusa al presidente de nueve delitos brasileños que son todos tipificados en el Código Penal de Brasil e incluyen: infracción de medidas sanitarias, charlatanería médica, incitación al delito, epidemia con resultados de muerte, falsificación de documentos, uso irregular de dinero público, prevaricato y atentados contra la dignidad del cargo.

​El mandatario ha dicho que “solo Dios” puede destituirlo de su cargo presidencial, notando que, para él, las elecciones solo pueden resultar en tres cosas: “Prisión, muerte o victoria”. En eso ha tenido mucho éxito en la fábrica de una base de seguidores radicalizados y leales a su retórica, y es una base protegida por la constitución que manda libremente Bolsonaro. Entonces así será: mantendrá su posición como mandatario hasta que sea encarcelado o hasta que muera.

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