#7 de abril

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Colombiana girasol

Me crucé con la colombiana girasol cuando tenía 16. Su nombre siempre me gustó, yo siempre llamé Lulilu a mi colombiana girasol.

Me hace gracia llamarla así, llamarla mi pequeña gran colombiana girasol. Es irónico, porque Lulilu tiene el pelo negro como un tizón y la sonrisa más blanca que la nieve de enero. Tiene los ojos más castaños que el chocolate del Valor de mi calle, y tiene el corazón más grande y rojo que en mi vida he visto.

Nunca hablé mucho de Lulilu, porque temía que si hablaba mucho de ella, se disipara y fuera solo un producto de mi imaginación. La quería mantener en mi corazón como uno de mis secretos más bonitos, como una de mis flores más bonitas, como mi solecito de primavera que siempre brilla.

La llamo girasolpor eso, porque es mi sol de primavera. Porque desprende calor, luz y positivismo allá por donde va. A Lulilu la aprendí a querer por sus restos de chocolate amargo y por los miles de acentos que trataba de imitar a diario.

Lulilú me enseñó a amar el teatro y la poesía también, me enseñó a confiar en lo que creo, y en escribir aunque no siempre me vayan a leer porque sabía que si yo se lo pedía ella siempre lo haría.

La colombiana girasol saca lo mejor de mí desde que nos conocemos y hace que persiga mis sueños. Ella es de las pocas personas en las que me quiero convertir cuando crezca.

Hoy, cumple 19 años, y la verdad, es que no hago más que pensar en todo lo que va a conseguir. Va a conseguir llenar de alegría miles de corazones por su manera de actuar, millones de personas en anfiteatros por ella se levantarán a aplaudir. Lo más importante, es que será gran amiga, gran apoyo y más impulso para tanta gente como lo fue para mí.

No sé si algún día esto lo vea, no sé si algún día esto lo vaya a leer. Pero independientemente de que eso pueda o no pasar, que sepas colombiana girasol, que te quiero de aquí al sol.

Feliz cumpleaños colombiana.

Con mucho amor del madrileño,

Mari

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