#babipm
Algunos días solo deseo viajar al pasado y pedirle disculpas a mi yo de esa época, por todo lo que soportó sin merecerlo.
Es el vivo recuerdo de tu partida lo que no me deja continuar con mi vida.
Aún reproduzco tus audios, tu voz y tu risa siguen siendo mi tranquilidad.
Quería verle, aún me encontraba en esa etapa de mi vida en la que lo único que pedía, rogaba a diario, era verle de nuevo.
Cuando dejas de emocionarte por ver a esa persona, por que esa persona te escriba o te busque, cuando por fin recuperas la paz de no esperar nada de alguien que sabes que no lo mereces, es hermoso, porque sientes cómo recuperas el control sobre ti mismo.
No importa cuán duro luches, cuando la depresión y la ansiedad llegan, tu vida se derrumba, lo poco que habías construido se cae a pedazos, y cuando se van, tienes que volver a empezar desde cero.
Sucede que un día estás bien, te ríes, bailas, cantas sin importarte que piense el mundo, sencillamente eres tú; pero entonces llega esa sensación, el vacío en el pecho, el estridente sonido de tus pensamientos, la desesperación por saber qué sucede, entonces vuelves al agujero del que tanto luchaste por salir.
Hay días en los que extraño desesperadamente a la persona alegre y tranquila que era antes de convertirme en este ser que carga con un alma vacía.
Se fue sin decir adiós, es por eso que todas las noches sueño con que aún sigue aquí.
A veces creo que alguien me entiende, pero luego hace o dice algo que me recuerda por qué callo mis rarezas.
Hacía mucho tiempo que no me interesaba alguien, tanto que olvidé por completo el desborde emocional en el que te sumes cuando de corazón te importa alguien más.
No había ni una parte de mí que hubiera dejado de quererle, aún después de tantos años.
Cuando la melancolía aprieta tanto, mis ojos se convierten en diluvio.
Cuando te rompes por primera vez, no hay nada que puedas hacer para evitar que suceda de nuevo, te rompes y ya nada vuelve a ser igual, los recuerdos duelen más, las canciones pesan más, cada verso es una grieta más, todo se convierte en un más que abruma constantemente.
No me permito tener dependencia emocional, así que cuando siento que voy a querer mucho mucho alguien, huyo.
Mi corazón ardía en dolor constantemente desde que se fue.
Hace años que me rompí por primera vez, ahora mis fragmentos son tantos que cuando cada uno de ellos duele, este dolor se vuelve insoportable.
Todos necesitamos algún tipo de despedida, porque cuando alguien se va sin decir adiós, algo dentro de nosotros queda incompleto.
Las personas rotas creemos que estamos destinados a estar solos, y quizás sea así.
Nunca deja de parecerme increíble la forma en que escribir me ayuda a atenuar el dolor de mi alma.