#delicadeza
La delicadeza no es debilidad.
Hace falta valor para ser delicado
en un mundo tan falto de identidad.
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Era como esa cajita musical que un día me regaló Papá, frágil, bella e imperante, recuerdo cuando me la trajo, mis ojos se perdían en los surcos de mi techo y mis manos buscaban un lugar donde descansar, en cama y bajo el dolor de una fiebre esperaba a papá, prometió llegar, mi respiración era débil, solo quería descansar, pero… Papá había llegado tenía con el un pequeño regalo, se agachó a mi lado, me acarició la frente y dejo reposar en mis manos una pequeña cajita, la abrí con delicadeza y bajo el peso de una tapa encontré una bailarina que esperaba para danzar, la alegría inunda aquel recuerdo, papá fue mi héroe, pero igual que aquella cajita se rompió con el tiempo, un hechizo de belleza que poco a poco se fue desvaneciendo, perdí aquella cajita por no comprender su delicadeza y a el … aún no se por qué.
Ficou acertado que eu a levaria até a casa daquele homem com quem ela conversou durante algumas semanas pela internet e que seria o primeiro dela depois de mim. Às duas da tarde subi até o apartamento dela e quando abriu a porta porcebi que a timidez havia tomado conta daquela menina alegre e espontânea. Abracei-a e ela aninhou-se no meu peito: “Relaxa, meu amor: vai ser gostoso, você vai ver. E eu vou estar ali te esperando…”
Ela me olhou com seus olhos grandes e com as mãos juntas no meu peito, afastou-se um pouquinho e abriu a blusa revelando um sutiã floreado de rendas cobrindo os seios pequenos e delicados: “Estou bonita, amor?“ perguntou com uma inocência comovedora. Abracei-a novamente: “Linda, amor. A putinha mais linda da cidade.” Só pude ouvir sua vozinha abafada contra meu peito perguntando: “Jura?“
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