#el mar de la fertilidad

LIVE
La corrupción de un ángel (1971) -Yukio Mishima Género: Drama, Clásico.Esta novela fue concluida p

La corrupción de un ángel (1971) - Yukio Mishima

Género: Drama, Clásico.

Esta novela fue concluida por Mishima la misma mañana del día de su suicidio. Se inicia con la adopción del joven Toru por parte de Honda, viejo y acaudalado jurista. Toru, prototipo de belleza masculina, frío e imperturbable, evoluciona desde un talante ejemplar hasta alcanzar una sublimación del individualismo de modo cada vez más inhumano y autodestructivo. Una gran novela en donde Mishima expresa su desprecio por el Japón moderno y por el progreso económico, causa de la pérdida de los valores espirituales.

Citas:

“Tal vez, pensaba a veces, él era una bomba de hidrógeno dotada de conciencia. En cualquier caso estaba claro que no era un ser humano.”

“Sólo amaba las imágenes distantes que no fuesen reflejo de sí mismo.”

“Su engaño le había inducido a romper el espejo que tanto le atormentaba y a huir hacia un mundo sin espejos.”

“¿Nadie era aún consciente del hecho de que el mundo se hallaba completamente dominado por el mal? ¿Se conservaba el orden, procedía todo conforme a las leyes sin que se detectara en parte alguna el más ligero rastro de amor? ¿Se sentían las gentes felices bajo su hegemonía? ¿Se había extendido sobre sus cabezas, en forma de poema, la maldad transparente?”

“…tras sus errores y fracasos podía felicitarse de su destreza para ver a través de las máscaras. Su visión no le fallaba en tanto no estuviera nublada por el deseo.”

“La maldad que bañó esa vida había sido la conciencia de sí mismo. Una conciencia de sí mismo que nada sabía de amor, que hacía pedazos sin alzar una mano, que paladeaba la muerte cuando daba lugar a nobles condolencias, que invitaba al mundo a la destrucción al tiempo que buscaba para sí el último momento posible.”

“Le gustaban las personas que se negaban a comprender al mundo.[…]
Necesitaba una locura que entenebreciera su propia claridad. Debería tener junto a sí a alguien que viera de manera completamente diferente todas las cosas que él veía con tal claridad.”

“La imaginación y la lógica son mis armas, más precisas que la naturaleza, el instinto o la experiencia, completamente impermeables en su conciencia de la apariencia y en su acomodación a ésta.”

“He confiado en mí mismo hasta el grado de la tristeza. Me pregunto cuándo incurrí en el hábito de lavarme las manos después de cada roce con la humanidad…”

“Cuando más grande es la disciplina, mayor es la inclinación a la violencia y llego a cansarme de accionar el botón de control. No debo creer en mi propia docilidad. Nadie sabe qué sacrificio constituye para mí mostrarme amable y dócil.”

“Debo ser mi propio soporte y seguir viviendo. Porque siempre me hallo flotando en el aire, resistiéndome a la gravedad, en las fronteras de lo imposible.”

“Pero el sol demasiado brillante del invierno penetra incluso la transparencia de mi corazón. Es en tales instantes cuando me contemplo con alas que no reconocen obstáculos y veo también que nada haré en absoluto con mi vida.
Probablemente lograré la libertad pero una libertad próxima a la muerte.”


Post link

El pálido rostro de Tôru, delicadamente esculpido, era como el hielo. No manifestaba emociones, ni afecto ni lágrimas.
Pero él conocía la felicidad de observar. La Naturaleza se lo había dicho. Ningún ojo puede ser más perspicaz y agudo que el ojo que nada tiene que crear, que no tiene más que mirar. El horizonte invisible más allá del cual no podía penetrar el ojo consciente era mucho más remoto que el horizonte visible. Y todo género de entidades surgían en las regiones visibles y accesibles a la conciencia. El mar, las naves, las nubes, las penínsulas, el rayo, el sol, la luna, las miríadas de estrellas. Si ver es una cita entre el ojo y el ser, es decir, entre el ser y el ser, entonces debe ser como las imágenes reflejadas de dos seres. No, se trataba de algo más. De ver más allá del ser, de cobrar alas como un pájaro. Transportaba a Tôru a un reino invisible para los demás. Allí incluso la belleza poseía unos confines podridos y costrosos. Tenía que haber un mar nunca profanado por el ser, un mar sobre el que jamás aparecieran los barcos. Tenía que haber un reino en donde en el límite de todas las capas diáfanas nada surgiera, nunca un reino de añil sólido y firme en donde la visión se despojara de todas las argollas de la conciencia y se tornara transparente, en donde los fenómenos y la conciencia se disolvieran como el óxido plúmbico en ácido acético.
Para Tôru la felicidad consistía en lanzar sus ojos hasta tales distancias.

Yukio Mishima
La corrupción de un ángel(1971)

He experimentado el orgullo y el placer íntimos de ver cobrar forma gradualmente el concepto en el horizonte. He puesto allí mi mano desde fuera del mundo y he creado algo y no he saboreado la sensación de ser arrastrado al mundo. No me he sentido recogido como la ropa lavada cuando llega un aguacero. Ninguna lluvia ha caído que me diera existencia dentro del mundo. Al borde del anegamiento intelectual, mi claridad se ha mostrado segura del oportuno rescate de los sentidos. Porque la nave ha cruzado siempre. Jamás se ha detenido. Los vientos marinos han trocado todo en mármol veteado, el sol ha mudado en cristal el corazón.
He confiado en mí mismo hasta el grado de la tristeza.

Yukio Mishima
La corrupción de un ángel(1971)

¿De dónde proceden las dificultades en mi existencia? ¿O por decirlo de otra manera, la ominosa tersura y disposición de mi existencia?
A veces pienso que semejante serenidad se debe al hecho de que mi existencia es una imposibilidad lógica.
No es que yo formule a mi ser difíciles preguntas. Vivo y me muevo sin un poder motivador pero eso es tan imposible como el movimiento perpetuo. Tampoco es mi destino. ¿Cómo puede ser un destino lo imposible?
Parece como si desde el momento en que nací en esta Tierra mi ser supiera que era contra toda razón. No nací con defecto alguno. Nací como un ser humano imposiblemente perfecto, una perfecta película negativa. Pero este mundo está lleno de positivos imperfectos. Sería terrible para ellos revelarme, cambiarme en un positivo. Por eso es por lo que me temen tanto.
Lo que más me ha divertido ha sido el solemne precepto de que sea fiel a mí mismo. Eso es una imposibilidad. Si hubiera tratado de obedecerlo, habría muerto inmediatamente. Sólo hubiera podido significar hacer una unidad del absurdo de mi existencia.
Habrían existido medios de no haber poseído yo dignidad. Sin dignidad habría resultado fácil lograr que otros y yo también aceptáramos todo género de imágenes distorsionadas. ¿Pero es tan humano ser desesperadamente monstruoso? Aunque desde luego el mundo se siente seguro cuando lo monstruoso es realidad.
Soy muy cauteloso pero me falta en gran medida el instinto de autoconservación. Y tanto me falta que a veces me embriaga la brisa a través del foso. Como el peligro es lo habitual, no existen crisis. Bien está tener un sentido del equilibrio porque no me es posible vivir sin un milagroso género de equilibrio; pero de repente se torna en un cálido sueño de desequilibrio y colapso. Cuando más grande es la disciplina, mayor es la inclinación a la violencia y llego a cansarme de accionar el botón de control. No debo creer en mi propia docilidad. Nadie sabe qué sacrificio constituye para mí mostrarme amable y dócil.
Pero mi vida ha sido sólo deber. He sido como un torpe grumete. Sólo gracias a los mareos y las náuseas he podido sustraerme al deber. La náusea correspondía a lo que el mundo llamaba amor.

Yukio Mishima
La corrupción de un ángel(1971)

Sí. Las olas, al romperse, constituían una clara visión de la muerte. Así se le antojaban a él. Boca

Sí. Las olas, al romperse, constituían una clara visión de la muerte. Así se le antojaban a él. Bocas entreabiertas en el instante de la muerte.
Jadeando en la agonía, vertían innumerables hilos de saliva. En el crepúsculo la púrpura terrestre se trocaba en una boca lívida.
En la boca entreabierta del mar se hundía la muerte. Mostrando una y otra vez, al desnudo, la muerte, el mar era como una fuerza de policía. Rápidamente disponía de los cuerpos, ocultándolos a las miradas de la gente.
El catalejo de Tôru captó algo que no debería estar allí.
De repente sintió que un mundo distinto era extraído de aquellas mandíbulas entreabiertas. Como no era dado a ver fantasmas, parecía indudable que existía aquello. Pero ignoraba qué era. Tal vez se trataba de una trama formada por organismos microscópicos en el mar. Un mundo diferente aparecía a la luz que centelleaba en las oscuras profundidades y él sabía que era un lugar que conocía. Quizás tuviera algo que ver con recuerdos incalculablemente lejanos. Si existía una vida anterior, entonces se trataba de eso. ¿Y cuál sería su relación con el mundo que Tôru estaba constantemente buscando, un paso más allá del horizonte? Si era un juego de algas marinas en los vientres de las olas al romperse, entonces quizás el mundo entrevisto en aquel instante constituía una miniatura de las rosáceas y purpúreas grietas y cavidades viscosas de las hediondas profundidades. ¿Pero existían los resplandores y centelleos de un mar atravesado por los rayos? No era posible tal cosa en aquel tranquilo mar del crepúsculo. Nada había que exigiera que aquel mundo y este mundo fuesen contemporáneos. ¿Se hallaba en un tiempo diferente el mundo que había atisbado? ¿En un tiempo distinto del medido por su reloj?

Yukio Mishima
La corrupción de un ángel(1971)

Imagen: Ansel Adams


Post link
 ¿Y cuáles son los cinco signos de la caída del ángel? Cuando un ángel se remonta y revolotea emite

¿Y cuáles son los cinco signos de la caída del ángel?

Cuando un ángel se remonta y revolotea emite por lo común una música tan bella como ninguna música, ninguna orquesta y ningún coro podrían imitar; pero cuando la muerte se aproxima, la música se extingue y la voz se torna tensa y débil.

En tiempos normales, tanto de día como de noche, fluye del interior de un ángel una luz que no admite penumbra, pero cuando la muerte se acerca la luz se debilita de repente y el cuerpo se envuelve en tenues sombras.

La piel de un ángel es tersa y se halla bien ungida e incluso si se sumerge en un lago de ambrosía rechaza el líquido como hace la hoja del loto; pero cuando se acerca la muerte, el agua se adhiere y no se desprende.

La mayoría de las veces un ángel, como un molinete de fuego, ni se detiene ni es asible en lugar alguno, está allí y aquí casi al mismo tiempo, se escabulle, se mueve y escapa, pero cuando la muerte se aproxima permanece en un lugar y no puede huir.

Un ángel transpira una fuerza que jamás parpadea, pero cuando la muerte se acerca la fuerza desaparece y el parpadeo se torna incesante.

Éstos son los cinco signos mayores: las túnicas antaño inmaculadas se tornan sucias, las flores de la corona se ajan y caen, el sudor brota de las axilas, un fétido hedor envuelve el cuerpo, el ángel ya no es feliz en su propio lugar.

Yukio Mishima
La corrupción de un ángel(1971)

Imagen: Andreas Birath


Post link
loading