Hace tres años hice este cómic. He encontrado mi casa, y la he dejado, y la he encontrado y la he dejado. Sospecho que así serán siempre las cosas. Al parecer es un ciclo que se repite.
Tal vez en algún momento, algún lugar sea definitivo.
Sentí alegría al ver que Manuel Oviedo, uno de los tantos reclamantes de tierras que les fueron arrebatadas en el Urabá antioqueño (Colombia), pudo volver a su predio después de muchos años. Como el despojador destruyó su casa y todo lo que había alrededor, los vecinos encontraron un techo viejo y lo trasladaron hasta su predio. Me pareció muy bonito ver una casa caminante. Por ahora es solo un techo, espero que pronto vuelva a ser un hogar.