#mi familia no me quiere
Primero se ríen
a tus espaldas;
luego vienen
los insultos
y las miradas.
Después hablan
en voz baja
creyendo
que no las escuchas
como si no estuvieras
en la misma habitación
que ellas.
Por último
comienzan las amenazas,
los gritos
y las ganas de salir de casa,
de no estar
nunca más
en este nido de víboras
al que no puedes llamar hogar.