#poesía del alma

Si usted me quiere en su vida, abráceme fuerte, hágalo a diario. Sonría cuando le sople al oído, cuando le diga lo mucho que me encanta y lo bellísimo que ante mis ojos es. No se queje cuando le bese los dedos y el anverso de sus manos, esas con las que me acaricia el cabello y me toma del rostro para decirme: te amo.

Si usted me quiere en su vida, sepa que me gusta inventar pretextos para permanecer a su lado, como por ejemplo decirle: tengo frío, endúlceme los labios, aquiete mis latidos y entíbieme los pasos.

Permanezca conmigo unos minutos más en mi boca cuando le abra su cuenco para saciarnos de ternura, cuando le abrace la cintura y le aspire todas sus dudas. Cuando le muerda los lóbulos y le selle los párpados con la piel de mis inocentes locuras.

Si usted me quiere en su vida, entienda que yo amo con pasión y con entrega. Que antes de ser luz soy sombra. Que soy mujer pero también niña que añora atención, respeto, protección y compañía… de usted, de su inteligencia, de su inocencia, del sonido superlativo de su voz. Ámeme intensamente como sé amar yo. Que por la mañana se deje besar la espalda con el roce de mis sueños, y se deje humedecer silenciando los pensamientos y el tiempo. Que me haga su prioridad como la que yo le estoy haciendo… para en la noche viajar, conectados más allá del firmamento.

Si usted me quiere en su vida, por favor, deje los miedos… entienda que si estoy con usted es porque lo quiero… lo amo y lo amaré más allá del entendimiento.

—Paloma Zerimar ©