postrada a Su Diestra, mi Entrega se requiebra en los pequeños placeres que evocan mi Libertad. Y desde Sus Pies me elevo cual mariposa de carne, abierta y húmeda ante Su Voluntad.
Hasta mi último pensamiento… Hasta el último erizar de mi piel. Hasta el tremolar de Mi Alma… Hasta el sentido más profundo que suspira… Tú, Mon Monsieur.