#jesús

La preocupación comienza donde se acaba la fe. Un remedio para la ansiedad es la fe. Dios nos pide que vivamos por fe, no por vista, pero nuestra naturaleza caída tiene la tendencia a todo lo contrario. Lo que esperamos, lo que no vemos, nos genera ansiedad.

La oración permite trasladar el peso y la carga en el alma del creyente al corazón y las manos de Dios. En ese sentido, podemos decir que la oración es terapéutica; una poderosa fuente de paz y gozo.

Jesús venció la tentación, venció la enfermedad, venció la pobreza, venció al mundo y también a la muerte, es por eso que la muerte ya no tiene un aguijón con el cual lastimarnos, porque Jesús soporto ese aguijón por nosotros, ¿Quién le puede quitar la victoria a quien ya la tiene?

Jesús es la esperanza que vive para siempre, en nuestro presente y nuestro futuro tenemos esperanza suficiente para continuar, cuando entendemos que Jesús es nuestro todo.

Mucha de nuestra ansiedad surge por que deseamos ser forjadores de nuestro propio destino y creemos que depende de nosotros lo bien que nos irá en el futuro pero nuestro futuro está forjado por JESÚS.

Tu enemigo quiere distraerte. Para poder sorprenderte. Y escúchame, no está disparando indiscriminadamente sus flechas. Está hecho a medida en su estrategia. Ha estudiado tus tendencias y hábitos, tus más profundos miedos y debilidades, y ha apuntado a esas áreas en particular. Sabe que no puede destruirte. Estás eternamente segura en Jesús. Pero tiene la intención de desviar tu atención encendiendo cualquier número de fuegos internos en tu vida, como la inseguridad, la intimidación, la ansiedad, la preocupación o el trabajo. Quiere que estés desenfocada mientras él se escabulle por detrás.