La vida llamó a mi puerta

Hoy llamó la vida a mi puerta

Y me preguntó cómo estaba sin ti,

Que cómo fue tras la tormenta,

Si había algo que quería pedir.

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¿Qué tal un después? le dije yo,

Que nos espere tras esa esquina,

Que la felicidad que me prometió huyó,

Pero ella contestó, que mi petición declina.

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Con ternura me miró a los ojos y dijo

Que a los ilusos no recompensa pero perdona,

Así que dará a nuestros corazones cobijo

Y nuestra pena condona.

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Y nos regaló la esperanza,

El convencimiento que ella es sabia,

La fe, que no acabó nuestra andanza

Y en la segunda toma, no estaremos en Babia.

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- S.T.S.

Nuestro tiempo

El día me sabe a ti,

La noche, al ayer.

Y el ahora me susurra a mí,

Lo que pudimos tú y yo ser.

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- S.T.S.

Tú no conoces el amor

Querido amigo, tú no conoces el amor,

que cambie tu norte, tu sur, y sin pavor

saltes confiado al vacío o lo que te pida,

mientras que sientes temblar toda tu vida.

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Verás que es como esa flor en el desierto

que sin darse cuenta florece en destierro;

mas no alberga ni un atisbo de flaqueza,

y se convierte en un oasis de belleza.

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Es encontrar el hogar en dedos entrelazados,

contar el día en interminables suspiros,

desear que el tiempo y espacio quedasen parados,

mientras estás en sus brazos y en uno fundiros.

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Hace que el escéptico crea en lo imposible,

y que el ateo que la divinidad es factible,

pues sin ser blasfemia ves a Dios en su sonrisa

sintiendo en tu alma una tierna caricia.

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Oh no, tú no conoces el amor,

has encontrado amantes sin ser amado.

Desconoces ese embriagador dulzor

de con un callado te quiero ser besado.

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Y es que lo encuentras cuando sufres ausencia

de palabras y se te nubla el juicio.

¿O acaso al fin se aclara, y silencia

el resto, todo ese fútil bullicio?

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Si lo conoces, olvidarás amigo

que hubo un ayer sin su presencia,

que pudo haber paz sin su abrigo,

y en tu alma perdurará su esencia.

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- S.T.S.