#nochedeletras

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Es la primera vez que escribo un te amo con lágrimas en los ojos.

“Siempre voy a querer que te vaya bien, sabes, por las risas, los buenos momentos y esas veces tumbados mirando películas donde parecía que la vida iba en cámara lenta. Ojalá al enamorarnos también nos enseñaran que el amor termina y no hay porqué enojarse, que a veces las despedidas son realmente sanas, que las personas cambian y es normal dejar de querer lo que querían. Pero a nosotros no nos pasó el tiempo, nosotros teníamos todo y sin querer se nos fue la mano con las cagadas, preferimos mentirnos, descuidarnos, hacernos daño, dejamos que el miedo ganara cada guerra y cuando nos dimos cuenta ya era tarde, ya las ganas, los planes y las promesas se habían ido a otro parte. A veces la historia termina y sólo queda la duda de saber qué habría pasado de haber hecho las cosas bien, de ser una realidad ahora toca imaginarse los futuros, la casa, los perros, los años, las arrugas y la vida, suspirar, agradecer por el ratito y seguir adelante. Y créeme, aunque no fue el mejor final, aunque ahora nos odiemos, aunque para olvidar no seamos buenos igual que al bailar, siempre voy a querer te vaya bien, que me olvides bien, que sanes bien y que me recuerdes bien, porque sea lo que sea lo que hayamos tenido, lo hicimos de lo mejor”.


Que te vaya bien.


-Emmanuel Zavala

“Probablemente un día despertarás y te darás cuenta que tienes más de veinticinco, que odias tu trabajo, que la carrera que elegiste no te llena, que ves a muchos atreviéndose a hacer cosas y en el fondo te quedas con una pequeña duda, una reacción de ansiedad hacia el vértigo. Probablemente te sentirás frustrado, que eres pequeño, que si te encontraras a ti mismo a los dieciocho le dirías: No te creas todo lo que te dicen, sal y roba besos, nadie puede romperte, eres más guapo de lo que piensas pero necesitas mejorar tu actitud. Probablemente tendrás miedo de empezar, creerás que ya es tarde, que no son iguales las posibilidades. Pero por mucho que un precavido temor incite al espanto; tendrás que decidir si caminar por el mismo rumbo que te ha llevado a preguntarte sobre tu presente o cambiar por completo la dirección. Probablemente vas a cometer varios desaciertos pero no hay triunfo sin errores de los cuales aprender. Necesitarás levantarte más temprano, pasar unos meses privándote de ciertos placeres por los cuales trabajas para pagar, y te diré otra cosa: los resultados no llegan de un día para otro. Hay que chingarle, disfrutar, escucharte, sentir el gozo de que aquello que te apasiona te alienta y cuando seas feliz disfrutando cada senda del camino podrás descubrir lo maravilloso que es encontrar un sentido en la vida.”


Así como tú sonríes, Quetzal Noah

“No te vas a morir ahora que se ha ido, aunque algunos días parezca que sí, aunque algunas noches pienses en llamarlo y regresar, aunque algunas madrugadas el mundo ya no parezca algo tan lindo. Abraza el dolor, deja que te enseñe que si algo va a volver a partirte en tantos pedazos debe valer un chingo la pena, te lo juro, no estabas pidiendo mucho y no eres ni loca, ni inmadura, ni exigente como tanto decía, simplemente estabas en el lugar equivocado, y la próxima vez, no pases por alto las luces en rojo, porque te aseguro que en mas de una ocasión ese puto príncipe azul te dejó bailando sola y no te fuiste. No te preocupes, día tras día va a doler menos, y también habrá días en que parezca que jamás podrás superarlo, pero entre más tiempo en soledad pases mejor sabrás que vales toda la jodida pena, te vas a negar a desperdiciar tu tiempo con imbéciles y el amor propio te hará sentirte la más pinche guapa del planeta, dejarás de necesitarlo y si un día regresa lo mandarás al carajo de vuelta, porque dejaste de amarlo y te amaste a ti de nuevo. Nomás no vuelvas a pasar por alto las señales, no vuelvas a pensar que con el tiempo le convences, no vuelvas a hacerte pendeja si no es lo que buscas sólo porque te gusta, nomás no vuelvas a creer palabras si te demuestran lo contrario, porque esa alma está rompemadres de chula y no brilla con amores a medias, así que deja de apagarla tú solita”.


Ahora que se ha ido.


-Emmanuel Zavala

“Tú eres bonita del alma, porque por dentro llevas esa cancioncita que haría bailar a cualquiera, porque no importa si estás entera o en pedazos tú quieres con cada poro, cada lunar y cada peca, porque con tu sonrisa haces que hasta escuchar canciones en el carro sea algo jodidamente mágico, porque te preocupas más por las medidas de tu cerebro que del cuerpo, porque te vale un carajo si tienes alguien a tu lado o si estás sola tomando una copa de vino en una noche cualquiera, porque hace rato que te gustas y te encanta cada puto centímetro de ti. Por eso tú eres bonita del alma, tú eres guapa del corazón, tú eres de esa poesía que te enciende el pecho y qué bonita te ves ardiendo”.


Bonita del alma.


-Emmanuel Zavala

“Se cansó de la misma mierda, ya no le importa si nadie la llama, si se queda sola otro fin de semana, hay muchas opciones afuera pero ninguna de su talla, dice que la soledad ya no le cala, prefiere quedarse en casa a ser la rara, la loca, la que le importa un carajo si el celular no suena, la que brilla solita y se aleja de donde la apagan, la que se ve bien pinche bonita con el amor propio en el largo de su espalda. No busca nada, se rindió, no quiere de amor ni por hoy ni por mañana, porque el último cabrón que vino la dejó hecha la chingada, por eso se arregla para ella, por eso trabaja para ella, por eso las noches de perreo son con las amigas, con el tequila y con esa cancioncita que le hace bailar hasta las tristezas. Y así está bien, no le hace falta nada, no necesita de otro pendejo que le diga que no es igual al resto, ya no quiere ser de ratos ni de madrugadas, porque después de ese último corazón roto, aprendió que para enamorarse primero tenía que tener bien en claro que a ese cuerpo, a esa alma y a esa magia de una diosa como ella, no le debe rezar cualquiera”.


Diosa.


-Emmanuel Zavala

“Estoy seguro que en otra historia fuimos felices, que algún universo paralelo logramos ser menos pendejos y más valientes, que ahí sí hicimos ese viaje del que tanto hablamos, que ahí nos tomamos con fuerza y cumplimos cada plan que teníamos, que ahí sí llegué un día a media tarde, metimos todas tus cositas a mi carro y nos hicimos bolas para compartir mis cajones. Y yo sé que ahora eres feliz, que andas por ahí volteando el mundo a sonrisas y en verdad me alegro, porque cuando te dije que quería siempre lo mejor para ti, eso también incluía serlo conmigo o sin mí, y por acá las cosas no van mal, pero de vez en cuando tu recuerdo me brinca y le pone un ligero toque amargo a todos los intentos que han venido después de ti. Creo que a veces lo que nos hace adictos al pasado es no saber escoger los siguientes amores, querer estar acompañados cuando aún no hemos sanado las heridas, escoger con prisa y sin cuidado lo que debería ser con calma y a sonrisas, por eso nada termina siendo tan increíble y las ganas voltear hacia atrás jamás se apagan. Pero ahí es donde uno debe saber hacer las paces con el pasado y avanzar, borrar el historial de Waze, las fotos y el número por si las dudas o por si los mezcales, porque sé que los dos seremos felices, cada uno sonriéndole a unos ojitos que sí nos supieron cuidar nomás tantito mejor”.


Otra historia.


-Emmanuel Zavala

 ¡Vas a estar bien, eres brillante, no lo necesitas!”.

-Helen McCrory

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