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El primer trago de la cerveza le supo a felicidad. Se relajó por completo y de su rostro se ausentó el gesto de pena y duda por no saber dónde dormir.  Entre la pena y la incertidumbre una caguama no da las respuestas, pero al menos hace que a uno se le olviden las preguntas.

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El estrés es una reacción natural que manifiesta nuestro organismo cuando nos enfrentamos a una situación desconocida, un problema o si no podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor.

El Instituto Nacional de Estadística sitúa a España como el país de Europa con mayor nivel de estrés laboral. Según estudios recientes, nueve de cada diez españoles, de entre 18 y 65 años, ha sufrido estrés en el último año.

Las mujeres perciben mayor nivel de estrés que los hombres, afectando a una de cada dos. También influyen la edad y la ocupación, siendo más común en personas menores de 45 años. Los estudiantes, aquellos que buscan su primer empleo y las parejas con niños son quienes más lo sufren.

La conciliación laboral y familiar es una de las causas principales del estrés entre los españoles. El exceso de actividad, la falta de tiempo, el cansancio o los problemas del sueño son otras de las causas más frecuentes. En general, son las cuestiones familiares, laborales o relacionadas con la salud las que más estrés generan.  

¿Qué es el estrés y cuáles son sus síntomas?

El estrés es un proceso inconsciente en el que el cerebro genera una serie de reacciones químicas con el fin de huir de la situación que produce malestar o tensión. El problema se genera cuando no podemos liberarnos de ella, guardándola en nuestro interior y sufriendo el denominado “estrés crónico”.

Se puede manifestar tanto de forma física como psicológica. Los síntomas más comunes son:  

  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Insomnio o incapacidad de dormir adecuadamente.
  • Irritabilidad.
  • Cansancio permanente.
  • Somnolencia.
  • Variaciones frecuentes en el peso corporal.
  • Falta de concentración.
  • Falta de motivación o de deseo sexual.
  • Sentimiento de frustración e incapacidad para tomar decisiones.
  • Problemas de memoria y ansiedad.
  • Problemas gastrointestinales: diarrea, estreñimiento…
  • Rigidez en la mandíbula.
  • Tensión muscular.
  • Palpitaciones, taquicardias, etc.

El dolor de cabeza, insomnio o cansancio son algunos de los síntomas más comunes del estrés.

Consejos contra el estrés

1. Aprende a gestionar las emociones y pensamientos. Para ello, puede serte muy útil el mindfulness, una filosofía que ofrece una serie de estrategias y técnicas para aprender a gestionar las emociones y pensamientos. También te permitirá conocerte mejor, además de ayudarte a combatir los niveles de estrés y ansiedad.

2. Identifica las situaciones de estrés. Evita aquellas que sea posible y, afronta con tranquilidad y actitud positiva aquellas que no puedes evitar. No te anticipes a los resultados, ni te agobies por cosas que, en realidad, no tienen tanta importancia.

3. Es conveniente realizar alguna actividad física, que te relaje física y mentalmente, así podremos reorganizar nuestra mente y olvidarnos de los aspectos de nuestra vida que nos generan estrés.

Elejercicio físico libera hormonas que nos generan sensaciones positivas y agradables como la serotonina, dopamina y endorfinas; nos ayuda a despejar; favorece una mejor conciliación del sueño; y, ayuda a regular la ingesta de alimentos.

Actividades como el yoga te ayudarán a relajarte y mantenerte en forma.

4. Evitar en todo lo posible el consumo de sustancias que puedan agudizar el problema como, por ejemplo, la cafeína, nicotina, drogas u otros medicamentos no recetados por nuestro médico de cabecera.

5. Seguir una dieta sana y equilibrada. Una alimentación saludable es fundamental para gozar de buena salud.

Los hábitos alimenticios pueden verse alterados en situaciones de estrés. Para evitar que esto suceda opta siempre por alternativas saludables y de fácil preparación, en lugar de alimentos preparados y poco saludables; e intenta mantener el orden y cantidades de las comidas.

6. Dedica un tiempo para ti. Aunque nuestro ritmo de vida acelerado no nos permite disfrutar de mucho tiempo para nosotros mismos, es fundamental sacar un rato de dónde sea. Dedícate un tiempo a tu mismo y disfruta de alguna actividad que te guste (hacer ejercicio, un masaje o baño relajante, un paseo…) o practica técnicas de relajación como el yoga, que te ayudará a reducir de forma significativa los niveles de estrés.

7. Dormir bien. Uno de los factores clave para estar de buen humor es dormir bien. El sueño reparador es un gran anti-depresivo, no te quites horas de descanso. Ayúdate con una infusión relajante de tila, melisa o valeriana o un vaso de leche con miel antes de dormir.

8. Guarda tiempo para tu vida social. Para desconectar del estrés pasa tiempo con tus amigos y realiza actividades diferentes.

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