#reflexiones

LIVE

Todavía no encuentro una cura más efectiva para el dolor, que un abrazo de la persona correcta.

verso-abstracto:

Se quedó a dormir; dentro de toda intención, sobre la inquietud de su alma…

Mabel

Todo el mundo siempre se va, no sé por qué pensé que contigo sería diferente.

Eternizado

Mes doce

Él:

He pasado horas tratando de encontrar las palabras adecuadas para comenzar a escribir. Es curioso cómo, aun lejana, todavía tienes influencia en mí. Me han embargado sentimientos encontrados —aunque familiares— después de leerte. Te he leído en la intimidad de mis secretos, saboreando cada palabra a oscuras, a la luz de una vela y en silencio, como se disfruta un placer prohibido o un crimen inconfesable. Muy pocas cosas me inspiran esa clandestinidad y tu respuesta ha sido una de ellas, sobre todo por la parte que me toca, pues, a veces, cuando uno sufre, piensa que nadie puede entender su dolor, hasta que la otra persona —que es la misma que causa ese pesar— rompe el silencio y descubrimos que en su historia somos equivalentes; es decir, le causamos el mismo o incluso más dolor del que nos causó.

Eso es algo que ya me temía pero que al leerte he podido confirmar. Y no me enorgullece, aunque tampoco me provoca ningún conflicto con mi conciencia. A los dos nos tocó una dosis de sufrimiento, una herida que se volvió cicatriz. Eso es algo que, a estas alturas, resulta ineludible. Después de una guerra siempre quedan secuelas, y los dos lo sabíamos. Lo que determina que ese dolor permanezca o se borre es cuántas veces volvemos a tocarnos la cicatriz. Me alegra que hayas encontrado a alguien que te haya ayudado con el proceso de curación, que te haya hecho olvidar las noches que pasaste rompiendo en llanto, maldiciendo a todo y a todos, pero sabrás también que yo no he corrido con la misma suerte, que todavía soy incapaz de pronunciar tu nombre sin que me tiemble el alma, que todavía eres una herida sin sanar, al menos del todo, y no, tampoco me enorgullezco de eso.

Hoy quiero serte sincero también. Y quiero decirte que te equivocas. Te equivocaste cuando dijiste que no entendía que no hayas podido estar con nadie porque terminaban perdiendo ambos al estar yo ahí, en forma de recuerdo; te equivocas porque lo hago, porque te entiendo, pues he pasado por algo similar. La diferencia es que yo a ellas no las comparo contigo, no me hace falta. Sólo paso de largo, porque doy por hecho que no van a hacerte justicia. Nunca.

Siempre he envidiado esa capacidad casi intrínseca que poseen algunos para visitar esos espacios de su memoria donde viven personas que alguna vez quisieron con el alma y pasar de todo ello con total indiferencia. Es como si el recuerdo no surtiera ningún efecto emocional; todo lo contrario a lo que pasa conmigo, cuando cada palabra tuya me devuelve a los primeros días del final, esos días llenos de incertidumbre en los que no dejé de preguntarme si acaso lo que acababa de hacer era o no lo correcto, qué sería de ti y de mí a partir de entonces, cómo íbamos a tratarnos, de qué manera dirigirnos la palabra, o si acaso era mejor clausurar este mutuo acuerdo de correspondencia y olvidarnos del todo, como si nunca hubiésemos existido para ambos, como si no nos hubiésemos cambiado la vida, aunque sea un poco.

Yo no puedo y perdóname por no pensar todavía de ese modo. He pasado tanto tiempo de mi vida a oscuras, alejado del mundo, hasta que llegaste a rescatarme de mi propia desidia, y es por eso que se me hace difícil olvidarte, admitir que tú, la única persona por la que hubiera dejado tanto negativismo, ahora estás con alguien que seguramente nunca podrá quererte en tantos aniversarios con la misma intensidad que yo fui capaz de quererte en un día, en unas horas, en unos minutos. Te he escrito tanto que, más que hacerte inmortal para el mundo del arte, te hice inmortal para mí, para sufrirte a solas, echarte de menos, buscando en mi aliento la calidez de tu boca, buscando en mis dedos el rastro de tu piel, que a estas alturas sospecho que ya ha olvidado mi tacto.

Te he inmortalizado tan hermosa y dolorosa, tan bella y cruel, como si fueses la personificación de los sueños de un poeta maldito, de un escritor herido de abandono y pérdida que cambiaría su alma por un bálsamo que acalle el infierno de su mente con tal de no tener que soportar aquella distancia que ahora nos separa más que nunca, porque no es una distancia de kilómetros solamente, sino de vidas. Nos separan las vidas que quise vivir contigo; nos separa la vida que ahora llevas sin mí. Pero quiero que sepas que no me arrepiento, porque en algún momento eso fue lo que más deseé hacer y ha sido la fuerza de las palabras lo único que me ha salvado de la desesperación y la tristeza que todas las noches me hablaban con tu voz de viajes y futuros. Gracias por la respuesta, pues he querido reconciliarme con este vacío que dejas porque ya no quiero estar en guerra con este miedo, con este fracaso que ya no tiene razón de ser, porque incluso las derrotas se vuelven livianas cuando aceptamos que quien las provoca ya nunca más volverá a nosotros. Deseaba redimir el dolor y con tu respuesta me estás ayudando también, como antaño. Eres ese breve aliciente que antes despertaba tormentas y que ahora protagoniza esta redención que me faltaba.

Gracias, Erika, por la paz que me entregas, pues sé que, aunque nunca voy a olvidarte, tampoco quiero hacerlo. Seguirás siendo el aura feliz y nostálgica con la que decore mis textos. Seguirás apareciendo en mis líneas, a veces explícita, otras veces escondida, fragmentada o entera, con el mismo rostro y otro cabello, con la misma mirada y otros ojos. Es una de las cualidades de ser musa: nunca te irás del todo, nunca serás olvidada ni por mí ni por quien me lee, aun si quien me lee te pone otro nombre o te dibuje con los recursos de su propia mente. Seguirás estando ahí cuando te llame o invoque las sensaciones que me regalaste, y yo continuaré encontrando tus formas en las siluetas que forman parte del decorado de esta habitación oscura en donde flotan mis recuerdos en forma de niebla y lluvia de imágenes mudas.

Dentro de todo, sé que algún día también seré feliz. No es una promesa sino la seguridad de un porvenir. Seré feliz porque de alguna manera me lo merezco, y encontraré a alguien que por fin logre disipar ese encanto tuyo que todavía me invade, y rompa esa cadena que me ata todavía a tu recuerdo, hasta proclamarse musa sempiterna, porque sé que nunca voy a dejar de escribir. Sé también que la voy a querer como siempre quise quererte y como nunca pude. La voy a querer incluso mil veces más, porque uno siempre valora a quien viene con intenciones de construir un futuro, de quedarse a afrontar riesgos, a ceder incluso parte de sí con tal de que los planes llevados a cabo funcionen como deberían. Mientras tanto, sigue siendo feliz, que algún día estaré en el mismo camino, y podré mirarte sin sentir que te estoy perdiendo de nuevo, una y tantas veces. Sólo entonces te convertirás en una herida que por fin habrá sanado.

Con cariño,

Dashten Geriott

Sunsets of South Bank . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Sunsets of South Bank
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
#london #southbank #reflections #reflection #travel #instatravel #sky #water #lights #reflexiones #reflectionphotography #reflexão #reflectiongram #nighttime #night #nightsky #travellingthroughtheworld #wanderlust #dusk #skyline #london_city_photo #london_enthusiast #londondiaries #travelawesome #nightskyphotography #londonatnight #londonnightlife #visitsouthbank #southbanklondon #londonist (at South Bank London)
https://www.instagram.com/p/B8o2W4ylUDC/?igshid=ize4fffxu749


Post link


Empecemos por reflexionar sobre las propias palabras.

El diccionario Littrédefine el olvido como «la pérdida del recuerdo». Esta definición es menos evidente de lo que parece, o más sutil: lo que olvidamos no es la cosa en sí, los acontecimientos «puros y simples» tal y como han transcurrido (la «diégesis» en el lenguaje de los semióticos), sino el recuerdo.

¿Qué significa realmente recuerdo? Siempre según el Littré, el recuerdo es una «impresión»: la impresión «que permanece en la memoria». Y la impresión se define como «… el efecto que los objetos exteriores provocan en los órganos de los sentidos». Según esta definición, lo que olvidamos es ya un acontecimiento tratado, en cierto modo un fragmento de materia; interna no una exterioridad absoluta, independiente, sino el producto de un primer tratamiento (la impresión) del cual el olvido no sea tal vez otra cosa que la continuación natural. No lo olvidamos todo, evidentemente. Pero tampoco lo recordamos todo. Recordar u olvidar es hacer una labor de jardinero, seleccionar, podar.

Los recuerdos son como las plantas: hay algunos que deben eliminarse rápidamente para ayudar al resto a desarrollarse, a transformarse, a florecer. Estas plantas que realizan su destino, estas plantas desarrolladas, se han olvidado en cierto modo de sí mismas para transformarse: entre las semillas o los brotes que les dieron vida y lo que son actualmente no existe ya un vínculo aparente; la flor, en este sentido, es el olvido de la semilla (recordemos el verso de Malherbe que continúa esta historia: «Y los frutos han dejado atrás la promesa de las flores».)



Las formas del olvido
Marc Augé

aquarius15:

“Fire”

#the last of the romantics #n.r.hart

Realmente, no es eso a lo que tengo miedo.

No. Es un miedo que puede ser absurdo para la mayoría, que pocas personas entiendan, y que me avergüenza verbalizar, pero que comentarios como los que muchas veces se escuchan y leen hacen que, de repente, me traicione la mente.

Porque lo que en verdad temo es no gustarte cuando me tengas delante, no provocarte, excitarte, despertar tu morbo y lujuria. Temo que al descubrir mi cara y cuerpo a escasos centímetros no sea lo que pensabas o imaginabas que se escondía tras estas palabras, y que mi prácticamente nula experiencia haga que te sientas estafado cuando quizá no sea capaz de darte y hacer lo que otras mujeres dan y hacen sin pestañear ni despeinarse.

Temo… No ser suficiente, provocar el rechazo al que estoy acostumbrada, y que esperes acabar y poder marcharte sintiendo que ha sido, que he sido, una pérdida de tiempo y pensando “Una y no más”.

Odio esa mierda de imágenes, porque hacen aflorar las inseguridades contra las que he luchado y conseguido (más o menos) superar, y me llevan de vuelta a un punto de partida de autoboicoteo que detesto… Pero que en días como los que atravieso en estos momentos (al que dijo el eslogan de “Me gusta ser mujer” le reventaba a hostias), no puedo evitar

Encuentra alguien que te extrañe los viernes por la noche. Los domingos por la tarde lo hace cualquiera.

Está lloviendo en cualquier parte y no es contigo. Se besan, hambrientxs y no somos nosotrxs dxs. ¿Qué fue de la jodida tormenta? ¿Qué ocurrió con nosotrxs dxs?

Y de pronto te encuentras en el pozo, pero, ya no ahí tristeza o angustia, solo algo latiendo muy dentro de ti que te hace desear salir adelante…

eBook Kindle de “La cuenta de los días”:  https://amzn.to/2WCL6o5 Gracias a toda la gente que lee y

eBook Kindle de “La cuenta de los días”:  https://amzn.to/2WCL6o5 

Gracias a toda la gente que lee y comparte estos poemas. 


Post link

Puedes dejar de contar

cuando quieras.

Los días volverán

a sucederse en bucle

en sus ciclos sempiternos.


Se morirán los amantes

pero no el amor,

al igual que se apagarán las guerras

pero no la hoguera del odio.

Se secarán los campos,

germinarán las flores;

las nubes del cielo gris

serán lluvia bajo la que bailar mañana

y en tiempos de caos o calma

sólo habrá que tener paciencia.

Todo cambia.

Para seguir completando ciclos

por los siglos de los siglos

hasta que “nada” no sea ni una palabra.


Mientras tanto, y pase lo que pase,

la vida es la vida.

El arte es inmortal.


La poesía nunca muere.


Si te ha gustado, más cosas por aquí:https://www.facebook.com/ArsKiros/

Es de madrugada

cuando estoy pensando en mañana,

que ya es hoy,

que es ayer

cuando se queda escrito.


Todo tiempo es oscilante

salvo el constante

paso del tiempo.


Inalterable,

inexorable.


Estas cuentas

son la suma de los días

que va restando hasta el final

que no es sino una de las divisiones

de las obras, de mi vida.


Es de madrugada

y estoy pensando que estos poemas

son la efeméride de los días

del efímero momento.


Si te ha gustado, más cosas por aquí:https://www.facebook.com/ArsKiros/

Cojo el coche

y me voy a América.

La tengo al lado.


Y no es “América” en realidad,

hablo de Estados Unidos,

pero se lo tienen muy creído

y nos la han colado.


Teorizo sobre la colonización

mientras me como una hamburguesa

con kétchup rodeado de Los Ángeles.


Al final saco nada en claro

sobre cómo salir de la situación

en la que claramente estamos.


Si te ha gustado, más cosas por aquí:https://www.facebook.com/ArsKiros/

Un rayo me despertó en la noche,

pero no fue el ruido,

sino la luz,

lo que impactó de repente

contra mis ojos ciegos.


Cuando los abrí era un marino

en medio de una tormenta;

bote que no está preparado,

árbol que no es palmera.


A flashes y pestañeos

avancé hasta la mañana

cuando ya había acabado el sueño

y los edificios estaban en calma.


Entonces salí de la cama

y reflexioné desterrando dramas:

El temor es una tormenta. Pasajera.


Si te ha gustado, más cosas por aquí:https://www.facebook.com/ArsKiros/

loading