#anécdota

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¿La vez que jale? ¡Oh! Ese día fue súper loco. Partí corriendo de mi casa y le empecé a pegar a un vagabundo. Le saqué la chucha, le empecé a pegar patadas, le tiré un escupo, eso estuvo feo. Le seguí pegando, estaba enojado, estaba muy enojado.

Después fui a la casa de mi polola, me acuerdo, y le tuve que comprar una wea. Le dio color porque no era lo que ella me pidió ¿Cachai? Tiene un hijo, siempre me pide cosas. Yo le dije que no me webiara porque ese día en serio estaba muy enojado, no se por qué.
Me empezó a hablar que tenía una once familiar, algo así, me habló mucho rato de eso. En un momento me dijo un comentario que “me junto mucho contigo” y yo reaccioné, yo creo que sobrereaccioné porque me enojé un poco. Intenté despertar a su hijo, me cae pésimo, me dijo que me fuera, yo le dije que no quería. Boté sus telas, eso estuvo mal. Me dijo que era el peor cumpleaños de su vida y yo, me acordé que era su cumpleaños y arranqué.
Después me fui a masturbar a la plaza, eso también estuvo súper feo y mal. Intenté llorar pero me sentía súper como… como raro. Entonces me fui a pajear de nuevo y después me senté a pensar como en mis errores y ahí llegó Julián, un amigo, un gran amigo. Me preguntó si yo jalaba. Le dije que nunca había hecho esa hueá. Me dijo que tenía un departamento acá al lado y que podíamos ir, yo le dije que bueno po’.
Y nos fuimos pa’ su casa po’. Jalamos caleta, pedimos pizza y me fui pa la casa. Igual no volvería a hacerlo hueón, me pone muy loco.

Proyecto Lupa - El regreso

Cómo conocí a Julio César, el periodista

Tenía 15 años, era verano y estaba fumando un cigarro en el Parque Los Reyes. Nunca estaba solo cuando iba para allá porque me había enterado que apuñalaron a un viejo a plena luz del día un jueves, mala volá. Me acompañaba Matías, un tuja pero fiel amigo, jugábamos a la pelota en el pasaje y siempre me invitaba una coca cola si ganaba su equipo. Cuando ganaba el mío le invitaba un pucho. No sé de dónde salió la tradición pero existía y la respetábamos. Estábamos sentados en el pasto cerca de una escultura, no me acuerdo que era pero eso da lo mismo, la anécdota es que de la nada vimos llegar a caleta de periodistas con sus cámaras y micrófonos que parecían plumeros ¿Qué hueá? dijimos nosotros. Vimos que Felipe, un amigo que vendía cogollos, pasó corriendo frente a nosotros, huyendo en volá, pero nadie lo seguía, los periodistas seguían a un viejo en sudadera y con zapatillas nike fosforescentes, en realidad era un viejo decadente, se notaba que llevaba horas con una taquicardia porque jadeaba como perro. Resultó que era un hueón llamado Julio César y que estaba grabando una hueá para un matinal llamado Bienvenidos del Canal 13. Siempre que lo veo en la tele me río porque se tropezó por pisar caca. Aún me junto con el Matías pero como una vez al año, ahora es medio narco y no me cae bien la coca, me ponen muy loco, me quedo con la bebida nomás. 

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