#santiago
Lluvia de dos noches
La temperatura superando el umbral de tolerancia al frío, la lluvia incesante chocando contra mi ventana y el vivo recuerdo de tus manos cálidas encontrándose con mi cuerpo.
Que ganas de volver a sentir(te)
Buena compañía
Estar acostados en la misma cama, uno al lado del otro, mirándonos a los ojos con la más pura intención mientras en el fondo se sienten las gotas de la intensa lluvia que se estrellan contra la ventana. Compartir un café, quizás dos, escuchar tu disco favorito y hablar de la inexistencia de Dios, fumar un cigarillo y preocuparse de dónde botar las cenizas.
El uno al lado del otro… qué bonito ha de ser.
Discúlpame, pero necesito hacer un paréntesis antes de continuar con esta conversación. Creo que esta es una velada fantástica, me encanta este lugar, la música, las luces, la decoración, la estética en realidad de aquí me tiene perdido e incluso de mirar alrededor me distraigo de lo que es esencial. Hace tiempo que no me sentía perdido en la libertad y verme aquí me hace sentir bien, honestamente bien. Sé que a veces crees que yo leo tu mente, y desearía que así fuera pero en la mayoría de los casos sólo es suerte, un “presentimiento de que esto es lo que quieres” y ya está.
A pesar de que hoy me siento bien, quiero decirte que no es mi día, no me siento así, hoy no tengo suerte, hoy me hace falta algo y sigo sin saber que es y me siento extraño, tengo un mal presentimiento.
Cariño, ay cariño sólo tú eres capaz de hacerme tiritar con tu mirada y sé que quieres que me vaya, te extrañaré, beberé veneno si eso te quita la sed, sólo recuerda mi calor en tu espalda y el vértigo en la curva de tu pierna cuando ya no esté.