#serendipia literaria

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Yo siempre quise que fueras más como yo, tu siempre quisiste que fuera más como tú y fuimos tan renuentes a acercarnos uno a la esquina del otro. Supe desde un primer momento que tu no eras el hombre de mi vida y aun así me empeñe tanto en hacer de ti ese hombre, queriendo encajar una pieza en un lugar del rompecabezas que para ser honesta no le corresponde. Quise amarte incondicionalmente pero la verdad estaba llena de condiciones amor, tus condiciones y las mías entremezcladas en un elixir venenoso porque la verdad tu nunca fuiste como yo y yo jamás fui como tú y nos culpamos una y otra vez en silencio por esa cruda realidad.

Lys Martz

Nunca supe explicar que es lo que significas en mi vida ¿sabes? Llegaste a mi cuando era una chica inocente llena de sueños y sin saber lo que era perder el control, no conocía lo que era sentir ardiendo cada parte de mi ser; llegaste en ese entonces y me enseñaste lo que era tener mariposas en el estomago antes de tener el alma y el orgullo llenos de vidrio. Ojala todo hubiese terminado en ese tramo de historia, en como me enseñaste a idealizar y luego te fuiste dejándome en un oscuro vacío, ojala todo hubiese terminado con el epilogo en el cual juntaba todas mis piezas y seguíamos caminos distintos. Sucede que nuestros caminos por tanto tiempo fueron en círculo, en algún punto siempre nos estuvimos encontrando, amándonos de nuevo, soñando de nuevo, abriendo nuevas heridas…volvía a decantarme con tu mirada, a derretirme bajo tus dedos, a perderme en esa sonrisa que siempre ha sido mi debilidad. Una y otra vez volvimos a bailar esa canción que no iba realmente ni contigo ni conmigo, pero que resulta que juntos se volvía el mejor vals en la historia. Fuimos eso, el sol y la luna siempre girando hasta encontrarse en un eclipse, la cuestión es…¿cuantos eclipses puede aguantar este universo?

-Lys Martz

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