#una chica mas

Qué difícil es dejar de lado lo que éramos antes de conocer a alguien; como si nuestro sentido de individualidad arañara la puerta invisible que nuestro inconsciente coloca allí únicamente para creernos el espejismo dónde estamos inmersos. Pues claro ¿cómo mierda vamos a concretar una relación con los vestigios de nuestro antiguo-yo? Ese retazo desganado y maloliente del pasado lleno de ego, desilución, inseguridades y demás cosas que ya se sobreentiende. Sucede que nos creemos mundos enteros y nunca llegamos a ser una totalidad de nada. Sucede en realidad, que es más fácil transitar nuestras adversidades interiores al lado de alguien que añoramos. Porque hacemos esto: les robamos tiempo, amor, paciencia, sabiduría, experiencia. De manera metafórica claro, porque alguien que no quiere que le roben su casa, no deja la puerta abierta.

Sin embargo, también nos roban a nosotros… Nos roban sonrisas, ganas, historias y hasta nuestros gustos, porque terminamos cediendo para coincidir o disfrutar aún más la individualidad del otro. ¿Cuántas veces cediste ante el gusto del helado? ¿El color del cepillo de dientes? ¿Dónde van los muebles en la casa? No me mal interpreten, es una gran muestra de afecto que te den o dejes la prioridad a la elección. El tema es que ahí araña nuestra individualidad, nuestro sentido primitivo y posesivo de la vida, ahí es cuando el tiempo empieza a desgastar las cosas románticas convirtiéndolas en algo amenazante, algo descontrolado que pareciera a propósito u incluso adrede. No es tan así mis polluelos, el ladrón no ingresa si no dejás la puerta abierta. Lo que nos molesta, son las cosas que permitimos por creer en un falso amor romántico, estandarizado y soso. Liberar tus expectativas o las que deposita el otro en vos, es aprender amar de manera espiritual (entiéndase como elevada, sin demasiados enrollos).

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@fisurarte

Sat, 05 Feb 2022 14:17:29