#editado biel

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biel-magno:

Somos un presente, con un pasado acuestas, un gran secreto y un futuro por hacer, pero al mismo tiempo incierto. Somos lo que aprendemos y desaprendemos, somos aciertos y equivocaciones, amores y desamores también el recuerdo de lo que pudo ser y no fue y de lo que fue a nuestro pesar. Algunas alegrías, algunos fracasos, noches de pasión y algún insomnio. Somos momentos buenos y momentos inolvidables, también algún momento que no se olvida a pesar de no quererlo.

Gabriel

biel-magno:

El tiempo se detiene para hacerse infierno en ese eterno encuentro de los cuerpos que se baten en ritual sagrado, se miran se desean y se desatan las pasiones… dónde toda aflicción es placer… el tiempo se detiene donde todo sentimiento se vuelve eterno… pero todo fluye al mismo tiempo, el fuego se inflama, el placer es agua que hierve desde las profundidades, y una nívea lava se precipita donde los gemidos rompen los callados, en esa oración que culmina para después sentirse en esa danza del vientre que se ancla en el arbolado mástil… que iza orgasmos, que se derraman entre rituales orgiásticos, hasta tocar el cielo con el alma y quedar exhausto en las sábanas….

Tu lo eres todo para mi, averno y luz, guía y regalo. Avalancha de placeres infinitos que desborda mis sentidos.

Gabrel

biel-magno:

Guardo en mis pupilas la belleza de tus ojos; en mis manos los secretos de tu cuerpo; en mis oídos el lenguaje visceral de tus gemidos, el aroma del deseo de tu piel; el sabor de la ambrosía de tu boca y el néctar de tu placer… pero lo que más guardo de esa noche es la complicidad de nuestro climax… Gabriel

biel-magno:

Báculo que se eleva y se alza entre la custodia de esas caderas que lo amparan hacía la profundidad de tu ser… divino encuentro. Cuerpo ungido con aceites perfumados entre las manos que amasan deseos. Caricias en la piel y en la mente. Tántricos ritmos cadenciados, pura transformación, donde el fuego es profanación en la profundidad del templo sagrado es alquimia. Todo son arroyos de placer, clamor, pináculos erectos tocando la gloria… plenitud en el alma… placer en el monte venusiano…pura magia!!!

Gabriel

biel-magno:

Tu alma como una flor apretada, enroscada en sus pétalos, entre la oscuridad del invierno, que no es otra cosa que vida interior que reposa en lo más profundo del alma y esa luz que renace, como Perséfone, que eclosionará cómo flor abierta, florecer de primavera. Lo esotérico del espíritu dará paso a lo exotérico, luz radiada, candente. La luz negra atrapada en la profundidad de la carne, será júbilo de vida efervescente, clamor y canto de placeres por ese deseo intenso, será poema y verso de un sentimiento profundo que brota ante la mirada de tu caballero errante.

Gabriel

biel-magno:

Bajo el amor que me profesas, en esa sumisión tan ejemplar, sacrifico tu cuerpo que transita por el infierno del deseo y de la pasión…

En esa plegaria que quema y devora las entrañas, se funden los cuerpos, no solo en la lujuria, también en ese querer infinito de tu Señor por el sendero ascendente hacia la luz. Sabiendo que el amor, no tiene otro deseo que el realizarse, en lo que nos une y nos eleva.

Gabriel

biel-magno:

“A veces es bueno extender las alas y dejarse llevar, unas veces por las corrientes del pensamiento, otras de la imaginación, también por esa corriente que se susurra al oído y te lleva a donde tu pasión desea.”

Gabriel

biel-magno:

Cuando hay musicalidad en las palabras y profundidad en el mensaje es como un tango, donde no sólo se mueven los pies, al ritmo de la música y en armonía de quien te guía; también hay un sentimiento complice que transciende los pasos, seduce y se crea emoción y sentimiento.

Gabriel

biel-magno:

Esa encendida espalda asentada en esas posaderas que evocan una tentadora manzana, donde pecar es gozar… adornada por esos divinos hoyuelos fetiches eróticos de la misma Venus… esa nuca, esos hombros para ser besadas…. vienes a mis sombras y entre susurros encenderé tu mente y con mis manos tu piel….

Gabriel

biel-magno:

Somos esa metáfora de la vida. Como si nuestros cuerpos, nuestras almas fuera una alegoría de la naturaleza… siempre ese batir de olas que todo lo trastoca, lo moldea y lo esculpe… al final, somos remanso en las orillas de nuestras almas, mientras en la profundidades, todo sigue latiendo intenso, al unísono.

Gabriel

siir-poesia:

Somos los cuatro elementos, también un quinto, el éter. El el plano tierra está lo mineral, la sustancia que conforma el cuerpo. En el plano agua, está lo vital lo que anima el cuerpo; el agua está relacionado con la vida. En el plano aire, se relaciona con la parte emocional que situamos en el corazón. En el fuego, lo mental, lo relacionamos con la mente. Estos cuatro elementos conforman la encarnación de un cuerpo con todas sus facultades. El éter, ese quinto elemento, lo relacionamos con ese espíritu que aglutina todo el ser. Ahí están las facultades superiores y los sentimientos más elevados, como el Amor, la Compasión también un tipo de inteligencia más elevada y profunda que se diferencia de la mental. La inteligencia mental nos faculta para el conocimiento, la inteligencia más elevada nos lleva a la Sabiduría.

Gabriel

Tu fuieste ninfa inicial, doncella angelical, de niveas manos, pero también portadora de ese potencial Pecado que late en lo más profundo de esa piel latiente y ese cuerpo enmascarado…

De tu propia crisálida, rompiste viejas máscaras que dejaron ver ese espíritu felino ante tu propia conciencia…

Liberando ese cuerpo y mente reprimido en tu propio ser… tu naturaleza reclama, con chorreante avidez, mientras tus carnes se abren a ese deseo de sacrificar el cuerpo, férvido de enagenante lujuria, que aflije sus entrañas, para desplegar alas… mientras yo, hambriento de tu feminidad, te arranco gemidos… soy lobo y también metáfora de ave rapaz de altos vuelos… penetró tu mente, tu cuerpo hasta liberarte el alma, ante la presencia divina de la mirada encendida.

Gabriel

biel-magno:

Mientras el búho escondido ulula en esa fría noche de desasosiego, de penumbras y neblina que se adhiere a la piel, como el abrazo gélido de un espectro. 

Camina ante ese vigilante castillo, que se hace protagonista en el horizonte, mientras la melancolía domina su mente y el miedo le persigue subido en su pensamiento. 

El castillo se va dibujando nítido. Unas luces de tonalidades cálidas, le otorgan bondad y un aliento de ilusión ilumina su ojos. Dispersa la niebla del miedo, como lo hace ese rayo dorado de sol en el valle levantando la ilusión, es alba en su esperanza.

En el castillo que parecía vacío, siniestro, fantasmal, late dentro un corazón, que palpita intenso, ardiente. Unos brazos fuertes, arroparán sus miedos… ya no queda melancolía, sino el entusiasmo vivo de quién convertirá la escarcha en rocio de deseo…. 

Dulces sueños, para la Dama de las Bellas Letras… amor eterno en Ella.

Gabriel

gabriel-bielm:

Cuando tu me miras así, siento algo indecible, inenarrable, tan grande, tan intenso…

entonces!,

dejo que la música de las caricias hablen por mí, que el sentimiento y a la emoción se expresen, en el silencio, para que me comprendas mejor. Gabriel

gabriel-bielm:

Parecía que la foto hablaba por si sola, pero has hecho que su mensaje sea más bello y más intenso. Tienes esa capacidad “excepcional”, de ser la excepción que confirma la regla, donde la imagen y las palabras se superan así misma. Gabriel

gabriel-bielm:

Divino altar donde los cuerpos yacentes se sacrifican para gozo de las almas.

Ceremonia pagana de comunión entre la tierra, el fuego y aire; gemidos al viento y clamores al cielo.

Cuerpos que se funden, cabalgando esas caderas, entre placeres que arden, entre efluvios… hacia el climax emergente.

Gabriel

gabriel-bielm:

Sería una verdadera tristeza,

vivir sin haber amado,

amar fin haber sentido.

No solo en los placeres de la carne,

en esos encuentros pasionales,

en los anhelos de la mente,

si no en esa dicha del corazón,

en ese éxtasis místico

que te inunda el alma.

Gabriel

gabriel-bielm:

Ante mí, dos realides de un mismo deseo. Una es dominante en sus convicciones y entregada en sus voluntades. Al mismo tiempo, sumisa y ciegamente entregada cuando desnuda su cuerpo, desnuda su mente y su alma.

Gabriel

gabriel-bielm:

Cuando llega la noche, no es manto oscuro lo que trae…. mira, mira bien el cielo y veras como todo está lleno de luz.

De día una sola luz te deslumbra, de noche, no hay una luz que te deslumbre, si no millones de estrellas que te iluminan y te inspiran a un pensamiento mágico…

de noche, hasta la mirada es más profunda y el silencio se expresa con vehemencia…

Gabriel

gabriel-bielm:

Me adentro en tu alcoba, entre tus sabanas, cómo esa serpiente que es tentación y pecado… sigiloso, me voy enroscado entre tus piernas, por los píes, hasta alcanzar esos candentes y suaves muslos… mi boca, mis manos, recorren tu piel, despacio, esnifando tu aroma, lamiendo la piel sabrosa, dibujando tu figura… dejo de momento ese volcán que emana esa lava caliente… voy subiendo, por tu vientre, entre el remolino, entre tus orondas caderas… llego a esas montañas, de pezones firmes y erecto, los muerdo, los lamo, con esa codicia, con hambre de hembra en celo… Voy subiendo, hasta alcanzar tu boca, entreabierta, con tu lengua que juega y le retuerce en mi boca con mi lengua… respiro tu aliento, tu saliva es delicia… muerdo tu cuello para inyectar el veneno del deseo susurrando palabras obscenas, delicias para la mente… mis manos juegan con tu vulva abierta, mojada, llena de ese húmedo deseo… rodean ese botón henchido entre su capuchón de pliegues y esos labios se seda… te doy la vuelta, mi miembro erecto y punzante roza tus nalgas apretadas; retiro tu pelo largo, y miro ese cuello esa nuca con tanto deseo, la beso la muerdo… poca a poco, voy arrastrando mi lengua por tu columna, tu cuerpo se arquea, se retuerce en sensaciones… al llegar a tus glúteos, hundo mi boca entre esas nalgas… todo está candente, humeante… con mirada lasciva elevo tus caderas, acaricio tus más íntimos y profundos infiernos… hundo mi boca, mi lengua y bebo tu elixir que emana a borbotones… entre gemidos, te penetro, te cabalgo, profundo, con tempo hasta hacer que pongas el grito en el cielo y tu placer en las sabanas… siguiendo este erótico relato de placeres compartidos…

Gabriel

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