#escritora en tumblr

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alexandra-ari:

Estoy envuelta en ese transparente deseo que estremece mi cuerpo.

En ese juego luces encumbradas y senderos entre sombras, de descifrado verbal, donde intentas desvelar los misterios que fluyen por mi piel, moldeas cada curva que define la feminidad de mi silueta.

Se acrecienta la curiosidad de mis margaritas a la espera de esa boca que se desliza lenta como un caracol.

La flor es aroma de excitación… cita que acaricias y que recitas como mucho amor, en mi jardín.

Alexandra

¡Mire! Fuente, fría, fruta, fresca… ¡cuál gresca! Eternamente jugosa y gustosa, ¡qué cosa! Y hábilmente salerosa y valerosa, ¡cuán hermosa!

Entre el follaje se distingue un coco sentado en la punta de una espada que se va de paseo y deja rastro con su almohada desplumada. Crea confusión entre las cañas de azúcar posando en ellas unas cuantas arañas y vacila a las ramas haciendo sonar sus seiscientas veintiún mil campanas.

-Melanie Flores Bernholz,El capitán de proa.

alexandra-ari:

Deja que el aire, sea viento, y barra tus miedos…

deja que el aire sea sonido entre las grietas de tus creencias…

deja que el aire sea suspiro y beso, entre tu boca y la mía…

deja que el aire te envuelva, te toque y me toque en lugares prohibidos…

deja que sea tu aire, mi aire y me respires…

deja que sea lo cotidiano, que seque y moje tus sábanas…

Alexandra

alexandra-ari:

Sigues dejándome sin aliento, cómo el primer día!!!… porque no hay tempestad, ni desolación entre nuestras almas, ni baja temperatura en nuestros cuerpos, ni falta de intensidad en nuestros besos.

Es un estado, de estar, donde quieres estar compartiendo muchas cosas, pero es en nuestros cuerpos donde las almas se expresan. Es en nuestros actos donde hacemos nuestro mejores o peores poemas de vida. Pero a pesar de la hormona que te desbarata, nos dejamos atar, sentir y liberar sin obligación, solamente con esa libertad de querer estar con quién amas.

Alexandra

gabriel-bielm:

Divino altar donde los cuerpos yacentes se sacrifican para gozo de las almas.

Ceremonia pagana de comunión entre la tierra, el fuego y aire; gemidos al viento y clamores al cielo.

Cuerpos que se funden, cabalgando esas caderas, entre placeres que arden, entre efluvios… hacia el climax emergente.

Gabriel

Así como el agua entre los dedos, la vida se me iba escapando, todos mis sentimientos se diluían en noches eternas de soledad.

Hasta el día que volviste, y pintaste de colores mi vida, iluminaste los rincones más oscuros de mi corazón. Y ahora no quiero que te vayas.

-Asleep.

Vi el cielo, tan inmenso, tan azul, y me reí por dentro, recordando las veces que anhelé sentir esa paz a tu lado.

-Asleep.

Era como volver a nacer, cada vez que me abrazabas, cuando escuchaba tu melodiosa voz. Así era, hasta que te marchaste con tu voz, y mi alma comenzó a morir poco a poco.

-Asleep.

Tengo miedo, no puedo mentirte, ni puedo mentirle a mi alma y mi corazón. Tengo miedo, de volver a nuestro lugar, de regresar a aquellos días de lluvia donde nos dejamos ir, tengo miedo a recordar.

-Asleep.

Fueron años tormentosos los que se acercaban a mi puerta luego del día trágico.

A través del cristal podía seguir viendo tus ojos, una mirada perdida que buscaba entre las sombras un remanente de amor.

Se nos había escapado el amor entre los dedos, como agua se había derramado hasta la última gota, y aquella ocasión no habíamos podido salvar nada.

La vida se encargó de hacerme pagar por todos mis pecados, y también de arrastrarme hasta el fondo del mar para poder ver claramente todo lo que necesitaba.

Busqué consuelo en lugares desconocidos, y en amores no correspondidos, en mentiras amargas que se clavaban como una daga en el corazón.

Llena de espinas, al acercarme a rosas traicioneras fue que volví al camino. Encontré la luz, una luz familiar, una luz que había estado ahí siempre.

Eran los mismos ojos que vi aquella última noche a través del cristal. Y eran esos ojos que memoricé luego de una larga despedida en nuestro jardín perdido.

Ahí estaba la respuesta, era la calma después de la tormenta, y era la recompensa por tantos años de lucha.

Todo, para hacerme saber, que la felicidad está en los lugares que el corazón sabe.

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