#frasedeldia

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Si me vieras cuando vuelo alto,

Tan alto como si siempre hubiera podido,

Jamás sospecharías que me cortaron las alas

Y que estas que llevo son de cartón.

Yo me enamoro de vibras,

de sonrisas, de miradas.

Porque si de físicos atractivos hablamos,

tengo bastante de donde elegir.

Pero, ¿Una alma atractiva?

No se encuentra a diario.

Quiero correr lejos

hasta no sentir las piernas,

Y entonces, que me salgan alas.

Quiero volar hasta un rincón

al fin del mundo,

donde nadie sepa mi nombre.

En la montaña más alta

haré una pequeña cabaña.

Tendré un perro,

un caballo y un loro.

Y no habrá ningún ser humano

amenazando con poner

mi mundo de cabeza.

El mundo es una tremenda pelota girando en el espacio de milagro,

Y aquí estoy yo, vergüenza de mis ancestros,

Llorando porque me ilusioné y me partí el corazón yo solita.

Los poetas aprenden a querer en silencio;

A través de letras protegidas con recelo,

a través de versos sobre nubes de algodón y olas de salitre, con lenguaje disfrazado.

Entre las sombras, aprenden a amar como aquel que no quiere ser amado.


-Elizabeth Pilarte.

Yo no escribo sobre amor.

Escribo tragedias en versos, porque es todo cuanto conozco.

No hablo de sonrisas, de esperanza

Hablo de tristeza y de abandono,

De rabia, de dolor.

Yo no escribo sobre paz,

Escribo sobre guerras,

Pues es cuanto el mundo me brinda,

Y también es cuanto brindo al mundo.

No escribo sobre ti,

Escribo sobre mí,

Que escupo todo cuanto pienso

En letras de mi propia sangre.

Extraño el sonido de su voz.

Sus mensajes diarios.

Sus audios eternos.

Su mirada inquieta.


La extraño tanto,

Y duele tanto.


Ojalá no lo hiciera.

Ojalá pudiera apagar mis sentimientos.

Ojalá pudiera tenerla.

No estaba lista para un final tan precipitado. Pero lo nuestro se fue al diablo más rápido que Hitler.

Chica de ojos soñadores, cuanto quisiera poder ser yo quien te vende las heridas y te abrace hasta dormirte.

Pero la vida sigue, y al menos pude robarme unos minutos en tus brazos.

Todo cuanto quería era que me quisiera.

Como siempre, terminé consiguiendo lo contrario.

Kintsugi


Imagina un alma rota vagando en pena, buscando pedazos que no recordaba haber perdido. ¿Dónde están? Empieza a olvidar que una vez estuvo completa.


Hay muchas almas rotas caminando, cuando encuentran un retazo, lo toman y lo guardan junto a otros muchos, esperando devolverlos a sus dueños. Y luego, se unen a otros, esperando que hayan guardado casualmente uno de sus trozos perdidos.


A veces, si ninguno encuentra nada, separan sus caminos en mutuo acuerdo, buscando nuevamente a alguien que pudiera ayudarlos a completarse.


El problema nace, pues porque para unir cada trozo nuevamente se precisaba de cierta energía que nacía solo de un inmenso

agradecimiento mutuo. Entonces podían formar un contrato de almas para reencontrarse en la tierra y encontrar su camino espiritual.


Por lo tanto, como ya estarás pensando,

si solo una de ellas recuperaba una parte del mosaico, era imposible completar dicho propósito.


Entonces el alma que no ha encontrado lo que buscaba se dedica a vagar en pena, suplicando por algo que nunca llegaría. Pero el alma que no ha hallado nada, no siente una conexión lo suficientemente fuerte como para acordar concretar su camino espiritual juntos.


Es allí cuando el alma poseedora de su pieza perdida se resigna y empieza a buscar a los dueños de los retazos que había acumulado en su búsqueda. Algunos los tomaban y se unían a otros que les parecían más afines. Tarde o temprano, llega aquella que, además de completarse, le elige como compañero terrenal.


En otras tantas ocasiones, las almas buscan otros medios cuando sienten que ya no pueden encontrar a alguien adecuado. Entonces hacen acuerdos con almas de planos superiores, comprometiéndose a dedicarse a un arduo trabajo espiritual en la tierra, cosa que sin duda llevaría a un sufrimiento importante.


En fin, cosas de almas rotas.



-Elizabeth Pilarte.

Yo ya no creo en humanos.

Creo en la lluvia, que me reconforta el alma cuando me moja la espalda.

En el sol, que me recuerda que estoy viva cuando quema mi piel.

En la brisa, que me alborota el pelo hasta que ya no tiene caso intentar ponerle orden.

¿Pero en humanos?

Ni siquiera ellos creen en sí mismos.

Hay gente que está por estar.

Procura quedarte por los que están por un buen propósito.

Tu doble moral nos sirve a ambos.

A ti, para creer que me engañas.

Y a mí, para verte bien ambas caras.

Lastima a alguien cualquiera y le darás motivos para llorar.

Lastima a un escritor y le darás combustible para crear.

La gente tiene esa manía

de apuñalarte el amor propio,

y sugerirte

no tomarlo “personal”.

¿Jugamos un juego?

Es sencillo, como el gato y el ratón.

Solo que nadie sabe si es presa o depredador.



¿Te parece confuso?



A mí también me lo pareció al principio…

Verás, existen humanos extraños.

Gustan de juegos con reglas enredadas,

de esas que suben, bajan, dan la vuelta y, de nuevo, se enderezan



¿Jugamos un juego?



Te advierto que, al final, es probable que todos pierdan.

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