#primeramor

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Seguí su mirada hasta que se cruzó con la mía, en ese instante lo supe: ya no había punto de retorno. No solo la curiosidad mató al gato…

No me quieras.

Huye, aparta tus palabras de mi.

Piel de roca, corazón de cristal,

Nada me toca.

1:30

Su partida era inevitable, prematura, inútil: se marchó únicamente para voltear su cabeza hacia atrás en cada paso que daba.

Link de la canción:

Créanme cuando les diga que Amy Lilley será grande ❤️

¿Quien iba a imaginar que sus ojos son tan difíciles de olvidar?

Y si, y decido pensar que ella piensa en mi, que siente, que sabe que su recurrente recuerdo no me abandona, que me acompaña de día, que me muerde de noche, cuando no duermo por qué es mejor imaginarla, es mejor fantasear que ella ocasionalmente se acuerda de mí tanto como yo de ella.

No tengas miedo, así tú piel cargue más cicatrices que caricias, el amor es real y te está mirando a los ojos.

Dicen que la flor dura lo que dure el sentimiento; 

Si es así, 30 días son insuficientes para el Crisantemo. En 21 días olvidé el olor de una Orquídea.

Sabrás entonces, que la eternidad no es tan eterna, que todo nos perderá, que la mejor manera de perpetuar un recuerdo es vivirlo por vez primera, tú fuiste mi vez primera.

Los girasoles inmaduros muestran su cara al sol, tienen movimientos que les permiten seguir su luz. Cuando el día está nublado, se ubican mirándose los unos a los otros, no se necesita nada más que la compañía de otro igual, otro imperfecto, otro desabrigado para sobrepasar los malos días.

¿Quien no quisiera ser un girasol?

La flor dura lo que dure el sentimiento, pero conservo la esperanza, de que en medio de todas las flores que te hayan dado, sea yo la primera, que te entregué una de papel.

Mientras ella exista, el sentimiento seguira con vida, quizá en angustia, quizá vagabundo, pero mientras no agonicé de indiferencia, ni se vista de rencor, tú y yo seguiremos bailando, al son de yo no sé qué, bajo la mirada de esa fulana de tal, en una hora y fecha sin precedentes.

Tocaste mi corazón, escondiste parte de tu piel bajo mis huesos, y no hace falta decir la condena que pagaremos por eso.


El amor me miró a los ojos, crudo y frío; ningún suspiro, por profundo que sea, alcanzará para llenar este hueco llamado olvido.

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