Alma gemela no te olvido aunque me arranqué el corazón.

Te extraña mi alma, te quiere apartar mi razón.

• Quiero escribir para vos y decirte que aunque no me digas que me quieres, lo sé.

Lo siento en mi interior.

Porque no es tan fácil olvidarte, me es muy difícil.

Te pienso cada día desde que me levanto hasta que me voy a dormir.

Deseo volver a tenerte en mis brazos.

Te extraño de noche y de día.

Deseo volver a verte y entregarte mi amor.

Sentir esa chispeante chispa y perderme entre las horas estando con vos.

Amor mio vuelve a mis brazos aunque me duela tu engañó.

Vives en mi mente, siempre presente.

Como olvido que te fuiste sin sentido.

Fuiste frío, cruel, duro conmigo.

Yo esperaba mucho más.

Cuesta no mandarte a la mierda.

¡Que cruel!

Me negaste un abrazo, un te quiero, un hasta luego.

Duele haberte mostrado mucho de mi.

Para no recibir nada de vos.

Pareciera que no me quieres, aunque parece que me mientes.

Decías que provoque el rechazo.

¿Pero que tenía que hacer con alguien que no demostraba amarme?

Con alguien que no quería nada serio…

¿Cómo olvidó que me negaste un beso?

¿Por qué te fuiste así? ¿Qué costaba irse bien?

Creo que tendré que olvidarte, cueste lo que cueste.

Me duele perderte, pero más me duele no haberte tenido.

Me rindo a mi suerte. Aceptando que te fuiste.

Yo te dejo aunque tu me pienses y seas mío.

No aguanto más la incertidumbre de no saber que quieres.

Te olvido por siempre, mi temporalmente.

¡No te tardes tanto que puedes perderme!

No olvidarte me da miedo

Tengo miedo.

Miedo a no olvidarte, miedo a no dejar de pensarte.

Me pregunto si llegará el día en que todo esto pasé, quisiera tener respuestas, quisiera entender el por qué de las cosas, por qué pasaron así?

Por que apareciste en mi vida, por qué no fuimos felices, por qué tuve que alejarme?

Podría contestar éstas preguntas con la típica contestación que me doy día día, “tenia que aprender del vínculo para fortalecerme”.

Pero a estás horas de la madrugada me siento débil, alejarme no me aseguraba no pensarte, no extrañarte.

Y me preguntó el por qué no puedo dejarte atrás, si habían más cosas que perder que las de ganar.

Me quedo en blanco con una vacío en mi corazón, insatisfecho y desolado.

Las noches son largas, los días cortos.

Durante el día estoy bien, no me importa una mierda tu existencia.

Pero de noche tocas todas mis fibras más delicadas.

Y me pregunto si también pensarás en mi y te preguntarás “por qué murió”

No se ni como te llegue a querer, no se si te quiero.

Decidí irme y por ende decidí no volver más, no me arrepiento.

Pero no sé siente lindo, pensarte y no saber de vos.

No poder hablarte porque ya tomé mi decisión y me siento bien porqué me decepcionaste.

Pero aquí estas por la madrugada, en mi mente.

Con respecto a ti.

Estoy pensando en ti, en nosotros. En el tiempo de lo que huyo de lo que fuimos y lo que podríamos haber resuelto.

Bueno la introducción me hace quedar como la que no remo, pero ambos sabemos que hice lo que estuvo a mi alcance, dije lo que me molestaba. Aún así no tuve respuestas tuyas de querer mejorar todo esto que “teníamos” y en comillas por qué nunca fuimos nada, no iba a pasar nada, no iba crecer.

Me entre a nuestro vínculo tirándome el lance de conocer a alguien que me busco y me invito a pasear, nada como la naturaleza.

Aunque sabía que no eras el clase de chico que me iba a hacer su princesa. Decidí no darte un beso, conversando me gusto tu manera de ser, la verdad que me gustó. Y como negarle a alguien un beso, quien de su boca salen cosas que te gustan.

Cuestion creció, pero no me querías cuidar, ni cautivar, me querías tener ahí.

Por que me deseabas pero no me querías cuidar. Era un capricho.

Es por eso que no me arrepiento de haberte sacado de mi vida, por que fuiste como la prueba de simulacro para ver si volvía a caer con idiotas. Pero no puedo negar que te extraño, cuando yo reía con vos, cuando se notaba que te morías por mi y sobre todo que me dieras un beso.

Aunque nunca me dijiste, ni te extraño, ni te quiero, ni porfa nunca te vayas.

Yo te llevo HOY en mi corazón pero quizás UN DÍA YA NO.

#amigosconderechos

A través del universo diré:

Ya estoy cansada, harta de equivocarme en el amor, en ver señales que aparecen y luego aparecen erroneas y equivocadas.

Perdón si alguna vez no me di cuenta de lo que algún día trataron de decirme pero siempre esperé todo de ustedes. Universo, Dios, tu que lo dictas todo.

Sigo esperando y sigo atenta a todo lo que ponen para mí, pero necesito ayuda que me guíen, que me dicten lo que realmente es para mí y quienes son para mí. Quiero sentir el amor pero ya no quiero equivocarme de persona otra vez, diganme si realmente es el.

Porqué se metio en mi cabeza y no sé porqué. Por qué me hace nacer esas ganas de ir en contra de lo que yo voy. Me hace querer ir tras él, querer saber de más de él, conocer y compartir más con él. Pero pido está ayuda porqué parece tan difícil llegar a ese momento para hablar con el de corazón a corazón. Y necesito ver y saber si realmente podré con el, si es él. Tengo miedo a equivocarme otra vez, no quiero desilucionarme más.

Díganme si es él, si también me piensa y pensó como yo lo hice con el.

A veces tengo miedo a que sea tan solo una ilusión mía de escapé y que no sea real, pero a la vez trato parar lo que me esta pasando, pero simplemente no tiene freno. Después me entra el miedo de que NO. ¿cómo podría ser? ¿que me estoy creyendo?. Nunca me toco estar en este lugar, ni nunca lo imaginé con el, juro nunca lo imaginé. ¿Que és? ¿Es real?. Estas preguntas necesito contestarme, mis queridos guías, guianme!

Les juró no desperdiciar esta vez la oportunidad, quiero ser felíz con un amor igual, compatible, compañero, igual a mi para amar. Aunque me cueste luchar contra mis miedos, inseguridades y mi desconfianza. Muestrenme si puedo confiar y lo haré.

Quiero ver cambios para mi que hagan crecer mi fe. No perderla como muchas veces me paso en el amor. Merezco un amor bonito.

No tengo dudas que hay alguien para mi allá afuera, sólo ayudenme a reconocerlo y a no dejarlo ir nunca.

Que llegué mi igual, ya lo estoy esperando, estoy preparandome para ti cariño mío. Y si ya lo estás manifestate corazón. Mi corazón espera su igual para iluminar nuestras almas. Donde quieras que estés y seas quien seas, aquí estoy para ti y por ti. ¡Muestrate para mí!

Es poco lo que te conozco. Y ya pongo todo el juego a tu favor.

No tengo miedo de apostarte perderte si me da pavor.

No me queda más refugió que la fantasía.

No me queda más que hacer, que hacerte una poesía.

No condicionaré el presente de un pasado que pasó por un futuro en el que a lo mejor ni se convierte.

Lo mágico de él es que uno aprende a pecar como demonios y a amarle como a los ángeles.

Estropeamos todo romance intentando hacerlo eterno.

¿Te ha pasado que estás buscando un lápiz y lo tienes en la mano? Bueno, algo así pasa con la felicidad.

Distingo tus latidos en el ruido del espacio.

Si la música no suena más alto que tus problemas; estás escuchando la canción equivocada.

Podría decirte muchas cosas, pero si me miraras a los ojos te darías cuenta de todo.

Puedes descomponerme cuantas veces quieras, más yo siempre volveré íntegra, fortalecida, ave renacida de entre las cenizas.

Puedes tirar de mí, forjarme a salir, consumirme como un insecto hasta la raíz de mi cuerpo, más mi espíritu será tu inalcanzable, verdad que sólo puede ser contemplada a la luz de otra verdad.

¿Cuántas veces necesitarás remendar tus vacíos ahogándome en los míos, regocijándote de que existan? Puedo ser yo la presa de tus humillaciones constantes, blanco fácil de tus injurias, más jamás seré tu víctima, ¿una víctima sentiría pena por alguien más que por ella misma?, ¿una víctima miraría desafiante a los ojos que la desintegran sin parpadear un instante?

Que grites, que golpees la mesa y me estampes con palabras contra tus paredes ficticias, ¿en perseguirme, inmundo, qué interesas? En el fondo sé muy bien que yo soy todo lo que jamás podrás ser, ¿acaso no te empeñas por eso en hacerme desaparecer?

A nadie le importa lo que vos me hagas, ni las veces en las que yo deba volverme ave, al fin y al cabo, acostumbrada estoy a convertirme en fénix. Más para el resto la culpa no es de quien apunta con la honda a matar, sino de quien se queda a contemplar su propia muerte, una y otra vez, inexorablemente.