#análisis

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John Williams directing the Obi-Wan theme, I AM LEGITIMATELY EMOTIONAL RIGHT NOW.

OKAY OKAY THE SHEER MUSICAL GENIUS OF THIS THOUGH

The piece starts out with a recurring motif inspired from bits and peices of the original Force Theme - particularly the last swell before the ending of the original theme we all know so well.

But instead of rising then gently descending to resolve as the original theme did, this motif descends, and descends, because Obi-Wan himself does - diminished, lost, grieving alone and unwilling to reach out to the Force the way he did before the fall of the Jedi. The phrases are more disjointed, more piecemeal - the great theme of the Force broken asunder by Order 66, alive only in warped echoes and peices of its once whole glory.

But, as this new theme progresses, we begin to hear a new motif with trumpets - approaching, rising, like warlike steps, that we think should end in a great clash but only culminates in a quiet, almost atonal wash of violins - the same dissonance calling back to the immolation theme that played when Obi-Wan left Anakin burning on Mustafar.

BecauseObi-wan realises Anakin is alive. The darkness that approached - that Obi-Wan dragged himself out of his stupor to face - is no other than Anakin. And in that moment he remembers and grieves afresh, as the theme brings us back to Mustafar.

But where does the memory of Mustafar lead us?

The dissonance and atonal theme of Mustafar merges into a chorus of trumpets - playing the penultimate few notes of the Force theme far more clearly than the beginning of the peice, again and again, climbing as the violins do, as Obi-Wan finds new purpose - or perhaps understanding that his purpose never changed.

But even as this steady echo of the Force theme progresses, it does not fully resolve, instead mirroring the warlike step notes of trumpets we saw in the middle of the peice.

Obi-Wan and Anakin. Their themes perfect foils to each other and yet still perfectly matched as brothers are.

The theme does not resolve - it does not balance itself - because it is not yet time for the Force to be fully balanced. Balance will only come to the Force when Vader becomes Anakin again for the love of his son.

“Ser humano”. Redundante expresión. ¿No? ¿Acaso por el simple hecho de ser humanos no somos seres ya? ¿Acaso alguien conoce un humano que no sea un ser?

Y continuamos. Todavía no he abandonado la intención de mirar estos errores en la película para aprender de ellos. Esto no existe con la (única) intención de lanzar basura a la película.

Demasiados planetas

No quiero decir que no me guste la riqueza que tiene el mundo de Star Wars. Es un mundo complejo, colorido, lleno de historias que nunca serán contadas pero que contribuyen a la credibilidad de la historia principal.

Cuando digo que había demasiados planetas a lo que me refiero es a la aventura de los tres protagonistas. El argumento les lleva a saltar de un planeta a otro, complicando todo de más.

Algunos planetas sólo sirven para conocer a personajes con los que no vamos a establecer ninguna conexión ahora que la saga está tan avanzada y a los que solo veremos de pasada una vez más sin ningún tipo de satisfacción porque sus motivaciones no han sido establecidas con suficiente detalle para que sintamos satisfacción al verles triunfar o cambiar (ni deberíamos. Estos personajes no deberían existir cuando sólo queda menos de un cuarto de historia).

En mi opinión, la aventura de Rey, Finn y Poe podría haberse hecho en menos viajes. Algunos de esos planetas de más se utilizaron sólo para que esos nuevos personajes tuvieran una conversación profunda con Poe sobre que la Resistencia está en todas partes y con Finn sobre que no está solo… Esas conversaciones deberían haber sido entre los protagonistas.

¿Dónde está el crecimiento en las relaciones?

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Y con esto ya he cubierto también el punto en el que quería hablar de que no hablan entre ellos. Son tres personas, viajando juntas, que no hablan. Es como si compartiesen un destino y hubiesen alquilado el Halcón Milenario por el precio de la gasolina.

Finn no hace nada

En El Despertar de la Fuerza, Finn tenía una función definida. Era un antiguo Storm Trooper que había encontrado su conciencia. Su función era de medio espía, medio pista de que el lado oscuro puede ser redimido.

En Los Últimos Jedi ya se empezaba a notar que Finn era más un estorbo en el guión que una herramienta. Le mandaron a ser embajador de la causa con Rose y ella resultó ser lo mejor de esta subtrama. Me llena de rabia que los guionistas hayan escuchado a los Big Bang fans y Rose haya sido relegada a un par de líneas en la última película. Rose era un buen personaje, que formaba buena dinámica con Finn.

En El Retorno de Skywalker, Finn simplemente va siguiendo a los otros dos gritando “Rey” cada vez que no ha dicho nada en varios minutos.

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Mientras tanto, Rey, que antes era su amiga, ahora reacciona como si Finn fuera un estorbo. Como ese chico que no para de preguntarte si tienes planes para el fin de semana y tú sigues sacando excusas esperando que para el vigésimo quinto fin de semana haya pillado lo que quieres decir.

Hay un momento en la película en que Rey está en medio de una pelea con Keylo Ren. Los dos están muy concentrados con sus sables y sus movimientos… y Finn vuelve a llamarla. “Rey!”. Y por un segundo, un instante fugaz, os juro que creí que Rey se iba a dar la vuelta, agua de mar golpeándole la cara, Keylo amenazando a su espalda, iba a mirar a Finn y decir “¿Qué, Finn? ¿Qué cojones quieres ahora?”. Y me sentí muy decepcionada cuando eso no pasó.

Según yo lo veo, los guionistas crearon el personaje para la primera película sin pensar en qué papel tendría más adelante. 

Me da mucha pena que estas películas no se planearan como una historia unificada, sino como capítulos independientes que solo se relacionan entre ellos porque los mismos personajes están en ellos. 

SI te pones a analizar la vida, los ruidos, la luz, el sonido desde que abres los ojos por la mañana y los sentidos despiertan un día más.

Como estamos medidos con el tiempo, como el reloj nos hace vivir en una rutina.

Y la rutina no está mal mientras que seamos conscientes de lo que somos y cómo lo hacemos.

Ser agradecidos con lo que tenemos en el momento, te hace disfrutarlo y darte cuenta que no te hace falta nada.

Si no estás a gusto con algo en tu vida, puedes empezar a cambiarlo. Tu, nadie más lo hará por ti. Tal vez sea el momento de cambiar de hábitos.

Aprender a ser conscientes de la vida, es lo mejor que le puede pasar a una persona. Despertar de verdad a lo que es la vida sin apegos, desencadenando informaciones que solo te han estado estorbando para seguir con la vida.

Ser conscientes y agradecidos desde que abrimos los ojos por la mañana, para que el día fluya cómo tenga que fluir y nosotros tener esa paz para aprender de lo que se nos presente.

Todo es un proceso, y nunca es tarde para aprenderlo.

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