#rutina

muchas veces me he cansado de la rutina,

pero nunca dejaré de intentarlo

Te puedo insistir un par de veces para que te des cuenta que realmente no te quiero perder, pero donde no veo lo mismo de tu parte, un besito y nunca más. Ya seas amig@, novi@ o lo que sea, si no es mutuo el interés.

SI te pones a analizar la vida, los ruidos, la luz, el sonido desde que abres los ojos por la mañana y los sentidos despiertan un día más.

Como estamos medidos con el tiempo, como el reloj nos hace vivir en una rutina.

Y la rutina no está mal mientras que seamos conscientes de lo que somos y cómo lo hacemos.

Ser agradecidos con lo que tenemos en el momento, te hace disfrutarlo y darte cuenta que no te hace falta nada.

Si no estás a gusto con algo en tu vida, puedes empezar a cambiarlo. Tu, nadie más lo hará por ti. Tal vez sea el momento de cambiar de hábitos.

Aprender a ser conscientes de la vida, es lo mejor que le puede pasar a una persona. Despertar de verdad a lo que es la vida sin apegos, desencadenando informaciones que solo te han estado estorbando para seguir con la vida.

Ser conscientes y agradecidos desde que abrimos los ojos por la mañana, para que el día fluya cómo tenga que fluir y nosotros tener esa paz para aprender de lo que se nos presente.

Todo es un proceso, y nunca es tarde para aprenderlo.

Hoy la mañana me sonreía,

y yo, que tengo alergia a la alegría

no he sabido cómo complicarme el día.

No he sabido amargarme el café

ni ahogarme en tareas

ni amilanarme con porqués

ni saltar al divisar la azotea.

Mira que lo he intentado

pero no me ha quedado

remedio.

Hoy el día no ha sido malo

y he escapado al tedio,

sonriente interiorizado,

estornudando por dentro.

:

Me siento cada mañana en el sillón a las 12, siento el sol cubrirme con delicadeza y el viento juguetear con mi cabello, mientras tanto mis ojos se pierden en el paisaje, entre aquellas montañas inamovibles y esa urbe que cada día avanza más, miles de sentimientos y recuerdos pasan fugazmente para luego perderse en los recovecos de mi mente. Repito esto cada día, tanto es así que ya es parte de mí.

M.B

Es triste como las cosas que nos gustaban en un principio se vuelven tan rutinarias, que terminamos odiandolas.