#primavera
Vamos a ver, cómo explico yo esto para que quede claro como advertencia, como consejo de vida o muerte: NUNCA DEJÉIS DE TOMAR LA PÍLDORA EN PRIMAVERA ¡NUNCA! Las consecuencias pueden ser desastrosas y no solo porque vuestros familiares puedan descubrir un aumento de visitas al Redtube en el historial de vuestro explorador, NO.
Si esto fuera un prospecto diría lo siguiente: puede sufrir crisis de refrotamiento contra la gente y lo que no es la gente, disminución repentina del rendimiento en el trabajo, efusividad extrema a la hora de exteriorizar su estado de ánimo, promiscuidad compulsiva, locura transitoria en parques, hormonosis aguda y lametosis. Evitar especialmente en días soleados y en zonas de costa.
P.D. Esto lo escribo en un momento de lucidez transitoria antes de mi muerte por chichinosis.
Con el buen tiempo vuelven muchas buenas y sanas costumbres. A saber: coger la bici para todo, el terraceo, el pantalón corto, llevar los pies al aire, secarse el pelo al sol, la vitamina D en vena, practicar sexo al aire libre, ducharse con agua fría, depilarse enterit@, dejar de maquillarse (bien por el sudor, bien porque el moreno es suficiente contraste), embadurnarse de crema solar (y por tanto tener la piel más hidratada), pintarse las uñas de los pies (lo que provoca un estiramiento involuntario de todos los músculos de la espalda), dejar el café por la melatonina, las fiestas de pueblo, las verbenas, tender la ropa al sol, los vermuts…
Para mí existe un lugar donde puedo practicar casi todas ellas a la vez y además es gratis (un detalle fundamental cuando tu economía de guerra no permite muchos excesos). Ese lugar es la TERRAZA COMUNITARIA.
Me encanta subir a este espacio “privado” pero de todos, el único y verdadero lugar de reunión de la comunidad por su imprevisibilidad e informalidad; me encanta subir y encontrarme a la dominicana del primero con su hijo correteando; me encanta encontrarme universitarios tomando el sol y alguna que otra cerveza; me encanta que la gente coloque sus macetas y colonice de vida los rincones donde antes solo había tela asfáltica, me encanta que los pájaros se sienten en el borde del peto y dejen su rastro de mierda corrosiva… me encanta, a fin de cuentas, que se convierta en un microcosmos, una unidad de referencia de lo que debería ser un ecosistema urbano ideal.
Lamentablemente la gente zafia suele arruinar y boicotear la felicidad de los demás por pura pobreza del alma o por envidia. Los actuales presidentes de la comunidad viven en el último piso (y por lo tanto justo debajo de mi amada terraza y justo encima de mi vivienda). Ella tiene la sana costumbre de llevar tacones en casa y “hablar” gritando por lo que tenemos que ser conscientes a la fuerza de su presencia. Además la mala baba les caracteriza por encima de todo. Hace poco el destino, que es sabio y justo, quiso castigar a esta familia e inundó la terraza. El desastre debió ser monumental y, aunque la derrama para la comunidad debió ser de la misma escala y no puedo decir que me alegre de la mala fortuna de estos señores, mereció la pena perderles de vista (y sobre todo de oído) durante el arreglo.
La “terraza-tendedero” seguirá siendo de todos y habitarla será la mejor manera de mantenerla limpia y en perfectas condiciones. Espero que no se les olvide quitarse los tacones antes de subir. Vuestro techo es nuestro suelo nenes. Esoesasí
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Primavera