Tú eres suficiente para mí, ¿Puedo serlo yo para ti?

Quiere gritar en su oído “TOCAME” hasta dejarle sordo, porque si él empieza a tocar entonces ella también podría tocarle.

Recordando el hecho de “porque” engorde culpo un poco a mi padre. Siempre me sentaba a su lado cuando era la hora de comer, él siempre comía mucho, su plato siempre estaba más lleno que el de todos los demás en la mesa. Y cuando mamá olvidaba que no me gusta el tomate crudo, o algo en específico, mi papá lo comía por mí. Siempre que dejaba la mitad de mi plato porque me sentía demasiado llena para continuar, él decía, “¿Te ayudo?”, y comía todo lo que había dejado en mi plato, entonces yo me podía levantar a jugar. Entonces cuando tenía 7 años y mi papá se fue de la casa y tuve que aprender a comer sola porque mi mamá trabajaba y mis hermanos no estaban, entonces me comía toda la comida de mi plato porque no había nadie a mi lado que me pudiera “ayudar”. Pienso que fue por eso, y no porque dejo un vacío tan grande que la única forma de llenarlo fue comiendo.

Espero recuerdes mi voz amable, sonora; como tu padre, o el hombre que hubieses querido de padre.

Encontré pasión con otros hombres, de vez en cuando. Pero preferiría perder todo eso si pudiera tener unos días más con él. Una sola charla trasnochada. Nunca me importó demasiado la pasión. Pero esa clase de intimidad que teníamos, eso era lo que yo atesoraba.

Lo siento, pero aún sigo siendo esa pequeña niña que te necesita, papá.

Tal vez nunca podamos arreglar nuestra relación y no hay un tal vez en el hecho de que es mi culpa.

Quiero que me beses, me abraces, me mimes, pero no estas.

Te odio por dejarme, pero me odio más a mí por no ir tras de ti.

Siempre vuelvo al mismo pensamiento que me duele como la primera vez: Se fue

A veces, cuando el pasado toca a la puerta y me trata como hace cuatro años, sigo siendo un imbécil.

Pájaros en la boca y otros cuentos

Lo comprendió mejor cuando, años más tarde, su padre abandonó la casa para irse con una mujer de pelo encanecido y, antes de marcharse para siempre, le dijo que la amaba. Aquella vez supo con seguridad que eso no era cierto, pero que estaba escrito en el guion de lo que un padre debía decirle a su hija antes de abandonarla.

Nefando

Aprendí a decir te amo y lo siento al mismo tiempo

No la llames tu bebé porque ese fue el nombre que legítimamente me diste. Y es una tontería compartirlo con otra persona.

Él hacía todo porque estaba enamorado y tenía la esperanza de que alguna vez ella lo quisiera también.

Las cosas que perdimos en el fuego

Despierto en la madrugada sintiendo tu fuerte respiración en mi oreja, te buscó ciego en la oscuridad, palpando la sabana, esperando sentir la suavidad de tus muslos, abrazo la almohada imaginando que es tu cuerpo, despierto para verte pero no estas, ya no estás. Veinticuatro años tuve para acostumbrarme a dormir solo y dos meses para darme cuenta que sin ti no quiero dormir así.

Sinceramente lo único que quiero es dormir por el resto de mi vida