#triste

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AmorUn sentimiento; Bonito y doloroso pero en si es más doloroso que bonito.

Mabel-llin

Uno aveces se cansa de todo y de todos.

Y esta válido, todos nos cansamos.

Estoy sola, aún cuando estoy rodeada de personas, estoy sola. No es una cuestion de compañia, es algo diferente, es una sensacion, un dolor, un vacio, mi realidad.

Tengo el corazón echo pedazos.

Hoy me siento muy mal, hace mucho tiempo no me sentía así y aunque siempre trato de estar bien, hoy decidí no obligarme a estarlo, me dejé sentir, me dejé con este hueco en el corazón, tal vez mañana estaré mejor, tal vez no, ya veremos. Pero creo que es importante entender que no hay que estar bien todos los días.

Hoy vives con tu actual pareja, pero cuando por azares del destino te vuelves a encontrar con esa persona amada de tu juventud ó adolescencia, no cabe duda que el corazón lo sabe, se alborota y se agita, luego te llenas con una gran y natural sonrisa que apenas y cabe en tu rostro, eso es amor, el amor verdadero, el único que con tan solo verlo te llueven recuerdos y bellos momentos, se para el tiempo para abrazar “al amor de tu vida” y fundirte en un exquisito beso, el beso mas puro y sincero que has dado con todas las fuerzas de tu alma, de tu ser, un beso que das….CON TODAS LAS FUERZAS DE TU CORAZON!!!

No fuimos ni tú, ni yo… quizás no era nuestro momento!!!

El tú que vive en mí ya es una versión antigua, alguien que ya no existe, pues sé que para este punto muchas cosas habrán cambiado en ti, así como en mí.

En parte me duele, porque quisiera conocer a la nueva persona que eres. ¿Qué te gusta? ¿Aún te da miedo lo mismo? ¿Amas de la misma manera en que antes lo hacías?

Una parte de mi alma se muere por conocerte de nuevo, pero sé que solo me queda vivir con tu recuerdo. Me queda saber que en nuestras existencias siempre estará ese corto espacio de tiempo donde nuestras almas bailaron juntas y se entendieron sin palabras entre las mismas estrellas que cubrían nuestros cielos.

Ya no somos ellos…pero qué bonito fue ser ese nosotros que vive deambulando entre tantos recuerdos.

Y ahora te escribo porque sé que no leerás esto, o quizás sí, porque te extraño, extraño cómo eras y extraño lo que nunca fue. Porque una parte de mi no logra entender cómo de un día a otro eras otra persona, y empiezo a dudar si lo que sentiste era verdadero, porque dices quererme pero las palabras no son nada sin acciones.

¿Es que fue tan fácil? Decirme adiós fue tan jodidamente fácil que a duras penas me avisaste que te ibas, y pareciera como si ahora la única que sintió lo nuestro fui yo.

Y es eso, que lo nuestro fue incierto, lo nuestro fue todo y fue nada, existimos y la vez no, vivimos y soñamos, y al final: nada. ¿Cómo haces para sentir esa nada, cuando yo estoy aquí sintiendo todo, queriendo encontrar el botón de mute de mis sentimientos?

Si por mi fuera…

te tendría en este segundo, de este preciso instante, aquí a mi lado.

Te tendría para probarte a ti, a mi, a mis demonios y a quien quiera, que lo nuestro es más real que muchas cosas que sentí antes.

Y no sé si dure diez días, diez años o diez vidas, pero si me permites solo diez minutos a tu lado, sé que todo habrá valido la pena.

No sabes cuánto te esperé, así que por lo que más quieras, si vienes solo diez segundos, prometo quedarme contigo muchísimas decenas.

Hay veces que me pregunto qué es el amor, y claro, como todos, no tengo una respuesta.

Hay veces que me pregunto si realmente lo llegaré a sentir, o si son más mis ganas de amar las que me harían creer que cualquier cosa es el querer.

Vivir de la ilusión. “Fake it ‘till you make it”. ¿Qué pasaría si esa cosa tan increíble que es el amor…no fuera más que una farsa? 

Todos crecimos con historias, ya fuera en libros, pantallas o de la misma boca de nuestros padres.

Todos hablan de la noche perfecta en que conocerás a la persona indicada, y que con un solo brillo en sus ojos sabrás que ese es el hogar que siempre buscaste.

Pero ¿es eso verdad o buscamos algo inexistente? ¿es el arte replicando la vida, o la vida haciendo un triste intento de imitar el arte?

Quiero pensar que lo quise, lo quiero y lo querré, incluso antes de conocerlo, pero no saber si lo que siento es real me carcome por dentro.

Quiero dar mi todo aunque eso sea nada, y aunque todo sea falso…quizá sí me dejaría ser engañada si fuera contigo.

Hoy, quizás con palabras algo fuerte y un poco duras, aprendí algo que llevaba años evadiendo.

Me di cuenta de que quizás no he sido la mejor amiga, la persona más atrevida e innovadora, que te llama a cualquier hora y te hace sentirla persona más especial del mundo.

Me di cuenta que siempre ha habido una barrera entre el yo real y el yo que le proyecto al mundo. ¿Por que no son el mismo? Toda mi vía el miedo me ha consumido. El miedo a decepcionar, el miedo a aburrir, a cansar a la gente, a alejarlos, a sentir lo suficiente como para después tener el alma o el corazón rotos.

Toda mi vida he esperado un guion, una guía que me afirme cuando, como, donde hacer todo. Siempre he evitado tomar la decisión final, o incluso cualquier tipo de decisión, por más boba que sea. Me he enfocado demasiado en cumplir con un rol inexistente: La Niña que no siente, que no sufre, que siempre está feliz, que complace a todos y que encaja en todas partes, sin importar que.

Me he moldeado a cualquier escenario y por más bueno que eso pueda llegar a ser, tambien es dañino, porque si cambio en cada lugar que voy como si de un camaleón se tratara, ¿cuando sale a relucir la verdadera yo? La respuesta es nunca.

He tenido tanto miedo a que me dejen, que he dedicado mi vida entera a complacer a la gente, a esperar lo mejor y siempre depender de sus opiniones de mi. Si piensan que soy linda, lo soy. Si dicen que soy fea, lo soy. Y así en un ciclo asquerosente interminable.

Pero lo que es definitivamente peor es que ni he querido responsabilizarme, tomar las riendas de mi vida y aceptar la culpa y las consecuencias de mis acciones. Siempre he querido culpar a otros, solo para que no sea yo quien se equivoque. Si tan solo me hubiera dado cuenta antes de que si yo no armo mi vida….nadie lo hará por mi.

Toda mi vida he soñado con cosas simples para muchos, pero con mucho significado para mi. He soñado con tener el pelo de colores, mis brazos llenos de tatuajes, sí, piercings, ropa extravagante y la idea de una cámara y un esfero siempre conmigo. Pero, a pesar de eso, hoy estoy aquí sin nada.

Con un pelo ordinario, la piel vacía de significado y el alma llena de deseos que siempre he dejado para después.


La cosas es que depender del mañana no tiene sentido, porque lo único real es el ahora. Como dicen, es ahora o nunca. Ya he perdido mucho tiempo pensando, temiendo.

He perdido oportunidades, perdido historias, perdido la oportunidad de tal vez haber sentido y no sufrido tanto. Porque callar es morir, y nadie podría decir lo contrario. Ya nunca más dejare que el tiempo pse sin que yo tan solo espere a que mi vida mejore. No esperare a mi príncipe o princesa azul, cruzada de brazos y cantándole a los pájaros. Si siento algo, lo diré. ¿Me dará miedo? Sí.

Pero es aún más aterrorizador vivir la vida de un extraño creyendo que es la tuya.

Es aterrorizador pensar que la única vida, por lo que sé, que tengo, la estoy desperdiciando siendo alguien que no quiero ser, que no soy.

Por primera vez en toda mi vida, tomaré las riendas, aceptaré los retos y enfrentaré mis errores. Viviré genuinamente a mi, y sobretodo, lucharé por lo que quiero y nunca más seré el extra de la historia.

Estoy harta de ser el personaje secundario, dejar mi felicidad de lado solo para que los otros disfruten de la suya.

Es temporada del show, y he decidido que seré la protagonista, por primera vez. Pero eso sí, la protagonista bajo mis reglas, bajo mis estándares, y sobre todo, la protagonista que siempre he envidiado ser. Ya no más esperar, es hora de cumplir, de ser.

Porque en esta vida hay dos opciones: ser un jugador o un observador, y estoy cansada de ser el segundo.

Vengo por ti mundo, y aunque me comas y me devores, te devolveré mis golpes por el doble, el triple, las veces que sea necesario.

Por primera vez seré. No, no seré


SOY.

Decirle adiós a su aroma quizás fue la cuestión más complicada, pues las imágenes son efímeras y a veces fugaces, ¿pero un olor? El olor correcto puede traspasar cualquier barrera e instaurarse en tu cuerpo y tu memoria por siempre. Tantos que matarían por el aroma correcto, y cuántos en definitiva lo han hecho. Seguramente eso fue lo que primero me enganchó a ti.

Tu tacto sería lo segundo, esas manos inquietas que nunca podían quedarse en reposo, igual que las mías. Claro, las tuyas creando una manta invisible sobre mi cuerpo, mientras que las mías solo servían para autodestruirse y mostrar el pánico de mi alma personificado.

Si tuviera que elegir, siempre volvería a ese martes en el que la escuela pasó a un segundo plano y como un par de vándalos, nos fuimos de la primera clase, Biología, para quizás ver de otra manera la lección nueva de anatomía, fusionados en un enredo de cabello y olores en la parte trasera del viejo carro de tu padre. Ese día no solo nos vimos por primera vez como éramos, sin tapujos ni extravagancias, sino que descubrimos el universo tan extenso que vivía en la mente de cada uno.

Eras como una pintura expresionista, con demasiados trazos de diferentes colores que parecían sacados de otro mundo, pero que realmente eran cómo tú ves la realidad, siempre tan fantástica. Como alguna vez leí en un viejo libro de poesía de mi madre: “​la angustia existencial no es más que el principal motor de la verdadera estética​”. Eso eras, convertías dolor en alegría. Cogíste las heridas de mis brazos y de ellas lograste hacer crecer todo un campo de girasoles y margaritas.

Cumpliste todos y cada uno de los requisitos que mi mente pedía para finalmente bajar ese muro que existía desde que tenía memoria. El miedo se volvió un propulsor más, y gracias a tí, aprendí a ver al temor como el mejor de los combustibles, pues al vencerlo se pueden crear miles de nuevas posibilidades y llegar a lugares que antes parecían imposibles.

Eras todo y más, y fue por eso que una noche te pregunté por qué me habías elegido, y sin más, tuve la respuesta. No me habías elegido, yo te había elegido a ti. Más bien, te había creado como un simple pasatiempo hasta que ya eras tan indispensable que me acompañabas a todas partes. Eras la suma de todos los recortes de revistas que había hecho en mi adolescencia. Eras el pelo desordenado de manera perfecta, una nariz respingada y pecas por toda tu cara. Eras un cuerpo menudo pero a la vez alargado. Eras las formas extrañas en que se movían tus brazos. Pero más importante, eras tus pensamientos, que siempre hacían lo que yo quería que hicieran.

Había creado una especie de experimento de transplante de partes, donde tu eras el reluciente resultado final, todo un muñeco coleccionable para cualquiera con mis deseos y problemas, vacíos.

Eras todo y eras nada, porque no eras real.


Eras todo y eras nada, porque un día en clase de dibujo te pinté con un fino carboncillo naranja, y desde ahí nunca te volviste a ir.

Eras todo y eras nada, y en cuanto lo supe inmediatamente entendí qué debía hacer.

Decirte adiós no fue fácil. No tenías que ser real para que mi mente me jugara una mala pasada, y lo hizo. Ya tenía todo un camino donde tu y yo pisabamos las marcas en la arena que yo ya había dibujado. La idea de ti me consumía día y noche, todo tenía relación a ti y eras el tema número uno sobre el que siempre quería hablar. Por eso fue difícil decirte adiós, porque eras todo lo que quería y tenía miedo de nunca llegar a obtener.

Eso eras: una bella pintura expresionista. Al final, yo no estaba equivocada del todo.

Al finalizar esa obra de tanto tiempo en el proceso, te colgué en la pared de mi cuarto y por primera vez te vi como lo que eras: mi imaginación. Ahora era tiempo de salir del límite de mi cabeza y seguir, seguir en búsqueda de ese alguien que rompiera ese hilo tan delgado que separa la realidad de la ficción, rompiendo los muros que construí por miedo a no vivir una historia perfecta.

Pero…qué más da, la perfección está sobrevalorada de todas maneras.

Solía pensar que solo cierto tipo de personas se hacían daño a si mismas.

Sí, solo unos cuantos. Unos pocos, perdidos en el vasto universo donde no todos nacen sabiendo respirar.

Fue ahí cuando me pegó. Era mentira.

Todos, o bueno, la mayoría, sí se hacen daño.

Con un tic, una manía, un movimiento repetitivo. Por Dios, frases, insultos, miradas.

Personas que dejan de comer, que comen mucho. Solo duermen, se privan de ese vicio.

Una lista interminable. Mucho. Poco. Real. Ficticio. Mal.

Mal.

Mal.

Mal.

Cada quien tiene su propio metodo de autodestrucción. Cada quien conoce su mayor debilidad, su talón de Aquiles.

Y cada quien lo usa en cierta medida y cuanto le plazca, pues al final, somos los monstruos debajo de nuestras propias camas

Somos las razon por la que vivir en el silencio y la oscuridad es tan aterrador, pues es ahí cuando nuestros pensamientos salen a la luz, sí, esos que saben cómo afilar el arma para nuestro propio final.

Siempre vuelvo al mismo pensamiento que me duele como la primera vez: Se fue

Ele cresceu um pouco rápido demais.
Perdeu a inocência num passado de tanto faz.
Eu posso ouvir ele sofrendo, nos meus sonhos.
Eu posso sentir. Eu posso ver como ele caiu feio.
Vento de outono, sopre devagar.
Faça esse garoto parar de chorar.
Vento de outono, sopre devagar.
Faça ele sentir.
Cada passo que deu, antes de cair.
Coração estilhaçado e um lindo rosto.
Olhos tão tristes, cheios de dor.
Um rosto que disfarça, olhos tristes.
Sangrando por esperança..
Sangrando por amor.

Sopre a ele uma música.
Que o acalme.
Que o faça sentir como se
não estivesse desmoronando.
Tão fundo, tão fundo.
Ele caiu tão fundo.

E quando você descobre que não conhece uma pessoa que conviveu a vida inteira, e descobre que ela nunca se importou com você, não porque não tinha tempo, mas porque escolheu não se importar.

Yo me la pasó riendo o haciendo cualquier cosa porque se que si me pongo a pensar en mi vida puedo terminar llorando.

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