La temperatura superando el umbral de tolerancia al frío, la lluvia incesante chocando contra mi ventana y el vivo recuerdo de tus manos cálidas encontrándose con mi cuerpo.
¿No les pasa que se graban el olor de alguien y de repente se acuerdan o les da un aroma parecido y lo relacionan con la persona y con ciertos momentos?
“ Empecemos por reflexionar sobre las propias palabras.
El diccionario Littrédefine el olvido como «la pérdida del recuerdo». Esta definición es menos evidente de lo que parece, o más sutil: lo que olvidamos no es la cosa en sí, los acontecimientos «puros y simples» tal y como han transcurrido (la «diégesis» en el lenguaje de los semióticos), sino el recuerdo.
¿Qué significa realmente recuerdo? Siempre según el Littré, el recuerdo es una «impresión»: la impresión «que permanece en la memoria». Y la impresión se define como «… el efecto que los objetos exteriores provocan en los órganos de los sentidos». Según esta definición, lo que olvidamos es ya un acontecimiento tratado, en cierto modo un fragmento de materia; interna no una exterioridad absoluta, independiente, sino el producto de un primer tratamiento (la impresión) del cual el olvido no sea tal vez otra cosa que la continuación natural. No lo olvidamos todo, evidentemente. Pero tampoco lo recordamos todo. Recordar u olvidar es hacer una labor de jardinero, seleccionar, podar.
Los recuerdos son como las plantas: hay algunos que deben eliminarse rápidamente para ayudar al resto a desarrollarse, a transformarse, a florecer. Estas plantas que realizan su destino, estas plantas desarrolladas, se han olvidado en cierto modo de sí mismas para transformarse: entre las semillas o los brotes que les dieron vida y lo que son actualmente no existe ya un vínculo aparente; la flor, en este sentido, es el olvido de la semilla (recordemos el verso de Malherbe que continúa esta historia: «Y los frutos han dejado atrás la promesa de las flores».)
Después que mi prometido falleció me he quedado esperando por una especie de señal; un apagón de luces, el movimiento de algún objeto de mi casa o un simple escalofrío..He estado esperando por algo que me haga saber que esta ahí pero la única respuesta que recibo es nada más que un silencio abrumador que no me trae paz, sino melancolía. Jamás pensé que iba a pasar por algo como esto tan joven o es que fui tan estúpida al pensar que mi vida amorosa iba a ser como en las películas en las que todo el mundo tiene su final feliz con su príncipe o el hombre ideal al que por supuesto tuve la fortuna de tener y conocer pero con el tiempo limitado porque la vida nunca es tan justa y puede resultar hasta desmedida a la hora de llevarse a las personas que amamos, en mi caso se llevo a mi primer amor del que ahora sólo me quedan recuerdos y un inmenso dolor..
Ya sea en la playa, en las montañas, en el parque o en el desierto… Siempre una piedrita nos llama la atención y la llevamos a casa… Ya sea para recordar un lindo momento o para que nos cuide a nosotros y nuestro hogar :-)
Si se puede superar y seguir adelante, sintiéndote mucho mejor, por haber pasado ya ese nivel en tu vida.
Y no, no olvidarás a esa persona que te enseñó tanto, aunque haya sido el tiempo que haya sido. La recordarás y te acordarás de todo lo aprendido. Agradecerás por haberte enseñado. Y tal vez, sigas amando, pero te sientes libre de ella.
Y si, si cala en el ego al principio, parece que te ahogas, pero luego te das cuenta que solo te estabas tomando mal el vaso de agua.
Porque si se puede superar esa conexión.. solo es darse cuenta que estaban mal conectados los cables de la emoción. Y desconectarlos de esa persona..
Emilio, cada vez que te recuerdo, me doy cuenta que lo único que puedo sentir por ti, es agradecimiento.
Agradecimiento, al darme cuenta cada vez con más claridad, como fueron las cosas.
Porque a pesar de que no era yo quien de verdad tu querías a tu lado. A pesar de ser yo la última opción, me trataste con educación y cierto respeto.
Ya me había dado cuenta desde la segunda vez que me escapé contigo, pero quise ignorar esa señal por lo que me hacías sentir cada vez que me llamabas para volver a escapar.
Eras mi escape más bonito de la realidad de ese momento de mi vida.
Ahora veo esa vivencia como como una experiencia que tenía que vivir en algún momento para aprender que yo valgo más que para ser la última opción.
Si para ti era la última opción, para alguien seré la primera.
No te guardo ningún rencor, al contrario, es un cariño extraño por hacerme vivir esos momentos, feliz y rico.
Y en ese momento en un bar, escuche esa canción que tanto me recuerda a tí, solo la escuchaba y no podía dejar de pensar en tí, yo simplemente… Sonreía como estúpido.
