#escritos del alma

LIVE

Uno de las cosas que más duelen en la vida, es que tu familia te diga que no eres capaz de lograr tus metas, que solo serás un fracasado más del montón. No saben como me partió el corazón y el alma escuchar eso

La vi por primera vez en el rojo de un semáforo. No parecía de la calle, su vestuario más bien difundía la calidez de un hogar. El carmín de sus labios puso en verde el andar de mi corazón. Cómo una mujer tan hermosa podía estar a esas horas exponiendo su bella sensualidad y sensibilidad en un mundo plagado de bestias. Era como una alucinación, el minuto fue efímeramente infinito, no espero que comprendas lo que sentí, ni yo mismo lo entiendo… pareciera que su mímica detuviera el tiempo. Estaba frente a mí describiendo al amor con la danza de sus manos y el embrujo de sus cabellos plateados. Su perfil fino, su boca pequeña, su gris mirada, sus senos de estrella. ¿Quién era ella? ¿Acaso una visión de mis desvelos? ¿Un efecto del mareo que estaba generando secuelas en mí? ¿O un flechazo invadiendo mi sangre, mi respiración, mis anhelos, mis sueños?

Sentí su beso en mí… Ella lo esbozaba en el aire, luego soplaba despacio a cada espectador resguardado detrás del cristal del automóvil. Todos la observaban hipnotizados. Existía y al mismo tiempo se esfumaba como el humo del cigarro. Se había traído con ella un pasado asiático y también una escenografía donde descendían despacio, como copos de nieve, los cerezos en flor. La palidez de su rostro simbolizaba la belleza de la muerte y su magnificencia. La libertad, el rayo divino en medio de una noche embriagada de miseria, de miedo, de un virus, de cadenas. Se inclinaba, giraba, elevaba su rostro al cielo, luego hacia el asfalto… Y el entrecano de sus iris abría el piso para transformarlo en un océano plagado de astros. Mi corazón súbitamente se detuvo, y… Me enamoré, profundamente, sublime.

Cuando abrí el vidrio de mi ventana para obsequiarle unas monedas, su mirada se conjugo con la mía y un fulgor en sus ojos sonrío coquetamente para mí, aún cuando sus labios no mostraron expresión alguna.

Ella —estoy seguro–, también experimentó el amor en ese furtivo encuentro de una mágica noche.


—Leukiel.

Quiero todos los días encontrar nuevas maneras de decirte que te amo. Descubrir cada dia un nuevo idioma en las nubes, un nuevo camino en las flores, una nueva canción en viento, y poder ofrendarte todo este sentimiento que brota en mi cada día con nuevas fuerzas, con nuevo ímpetu por darte todo lo más bello de este mundo. Quiero tejerte sonrisas en los ojos, trenzarte de flores las manos, llenarte el corazón de toda la poesía que hay en el mío, hacer de mi alma una catarata de luz que bañe la tuya para que sepas cada instante de tu vida lo amado que eres, lo que en mi por ti palpita sin cesar. Quiero que todos los días sientas que renace nuevo lo eterno que en nuestros corazones se ha sembrado. Hacer que me sientas allá a lo lejos, tan cerca que no haya ni distancias ni tiempos.

e.v.e.

loading