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Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021

El escritor nacido en Tanzania es el primer africano en ganar dicho galardón en 20 años.

“Su penetración inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”, es una de las razones anunció la Academia Sueca.

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Desnudar los elementos que comprenden la política de un país es revelar, quizá, lo más horrendo que esconde una sociedad y cada individuo.

Es tan arcaica pero tan vigente aquella definición stendhaliana -“Una novela es un espejo que se pasea por un camino real”- que nos ha permitido ser testigos de nuevos enfrentamientos morales, más no críticos, entre grupos o grupúsculos del medio literario “limeño”. 

La raíz de este nuevo episodio: la selección de escritores para la FIL Guadalajara 2021 que tiene como invitado de honor al Perú.

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El Ministerio de Cultura es ante todo un ente político, y aunque muchos de sus funcionarios provengan del sector privado con máximas credenciales en algunos casos, la cabeza es nombrada por el Presidente y el Primer Ministro. Una lista de escritores, o selección, jamás podrá ser del gusto o aceptación de todos. Siempre habrán nombres que en algunos casos sobrarán y en otros faltarán. Y no deja de ser cierto el predominio de algunos nombres cuando de representación peruana se trata en estos eventos. Las voces que más reclaman, claman: “¡Siempre son los mismos!”

Sin embargo, el problema se genera cuando una lista ya conformada por otra administración se pretenda rehacer por la nueva entrante, dejando de lado algunos nombres con pobres justificaciones, generando del mismo modo respuestas sin fuerte contenido y sobre todo varias declinaciones. Con todo, se abrió el debate en redes sociales, el campo más “democrático” de discusión últimamente; que dio como resultado: muchas piedras y pocas ideas, y trajo de vuelta el recordado debate criollos vs andinos, centro vs periferia, vargas llosa vs arguedas (así en minúsculas).

Quien se quejó antes de nunca ser invitado, de denunciar la “argolla” literaria limeña -autores que se celebran entre sí, por dar una definición-, y ahora fue incluido en esta nueva lista, se queja de las decisiones del ministro Ciro Gálvez pero igualmente asistirá a dicha feria en representación del Perú. Son decisiones políticas, morales, que lamentablemente embarran lo que tanto amamos: la literatura. Lo que aún está por verse es qué criterios o parámetros diseñarán los funcionarios del Ministerio de Cultura para calificar, incluir, en adelante, a un escritor o escritora peruano para dichos eventos. (René Llatas Trejo)

“No ha habido ningún acontecimiento en mi vida comparable a lo que está pasando”, dice Louise Glück, la Premio Nobel de Literatura, quien invirtió parte del premio en alquilar un avión privado para poder ver a su hijo y nietas a las que no había conocido. Al parecer lo que está dejando la pandemia es una invitación para los peores temores sobre todo para la poesía.

“Jamás en mi vida hubiera pensado que tendría que recurrir a tal solución. Pero era más seguro y entonces, ¿cómo mejor podría haber usado ese dinero?”, ha dicho en una reciente entrevista en El Mundo.

-Leí en una entrevista reciente que escribir para usted es vengarse de las adversidades de la vida, de la mala suerte, de las pérdidas, del sufrimiento. Pienso en la hermana que murió antes de nacer y en los versos de ‘Nostos’: «Miremos el mundo una vez, como niños / el resto es memoria».

-Su muerte no fue parte de mi experiencia, pero su ausencia sí lo fue. Esos versos se refieren a las muertes que dejan una huella imborrable en nuestra infancia por lo que cualquier posible revisión de las mismas, a través de la poesía, resulta difícil porque no hay lugar para discusiones ni acuerdos. No es la naturaleza misma de la memoria, feliz o infeliz, sino más bien la desgana de la memoria. En resumen, estoy eludiendo la respuesta a su pregunta.

-¿Hay alguna venganza poética que le parezca particularmente lograda?

-Durante cinco años sufrí un traumatismo cervical muy grave. Fue antes de Averno. El dolor era tan fuerte que no me iba a la cama, no me concentraba y no sabía cómo iba a vivir el resto de mis días. Entonces, el dolor disminuyó y logré escribir el que creo que es uno de mis mejores poemas, dentro del volumen de Averno y se titula Octubre. Cada uno puede hacer una lectura diferente, pero sé que el elemento catalizador es el traumatismo, que en mi vida fue un tormento durante un período muy largo. Luego, escribí este poema del que estoy extremadamente orgullosa y me encontré pensando en la suerte que había tenido al sufrir de esa forma. Sin él no lo habría escrito. Estas son las cosas que necesito. Desarrollas gratitud hacia los desastres que te persiguen.

-En su poesía, la autobiografía no es autoindulgente y la verdad duele pero salva de la mentira. Hades no le dice a Perséfone: «Te amo, te protegeré», sino: «Estás muerta, nada puede lastimarte». ¿Se puede decir la verdad así incluso fuera de la poesía?

-Intento decir la verdad. ¡Oh, dios mío, la verdad! Intento acceder a la verdad ofreciendo mi visión sincera de las cosas. Cuando me hacen una pregunta, mi respuesta es sincera, incluso en los casos en los que no representa la respuesta deseada. A veces, si creo que la respuesta puede ser dolorosa, trato de adoptar un enfoque que la haga más llevadera. Lo que trato de hacer en los poemas es sorprenderme a mí misma y, espero, al lector. Si el lector siente que está a punto de acercarse a un final que puede imaginar, que parece coherente con el comienzo de la oración, hago que el poema dé otro giro, quiero que el lector esté un poco inquieto, que se sorprenda y que el final sea más interesante, más vivo. Escribo para mantener el asombro. La primera regla que les enseño a mis alumnos de poesía es separar las partes vivas de las muertas. Esas partes muertas son aquellas en las que un verso sigue al otro de manera predecible. No me importan tanto las metáforas, por muy bonitas que sean. Siempre existe el riesgo de que las hayan utilizado otros antes miles de veces. Un poema vivo te lleva a un lugar que antes no conocías

La escritora estadounidense Joyce Carol Oates recibió el Premio Pepe Carvalho, en el marco del festival BCNegra, en Barcelona. En entrevista a distancia dijo que “en casa no había libros, aprendí a leerlos en la escuela y luego iba a una biblioteca a diez kilómetros de mi casa. Leer es como soñar, viajas a otros mundos, y va creando tu conciencia”.

La más reciente novela de Oates se llama Delatora(Alfaguara) y narra la historia de Violet Rue Kerrigan, que tras el crimen de un niño afroamericano cometido por sus dos hermanos mayores, pasará un proceso de destierro familiar y de identidad. 

“Estuve muy deprimida y devastada, no podía escribir. El dolor y la pérdida intensos te absorben la energía… pero luego vuelve. En aquella época, leer poesía fue el mejor consuelo, porque va a la esencia. No podía leer novelas, que exigen mucha atención y tiempo. La poesía te eleva en una sola frase, es como la música. No tengo una personalidad fuerte, soy más bien como una transparencia. Me interesa reflejar las vidas de los demás”, manifestó y agregó: “Yo escribo para dar voz a los que no la tienen, especialmente las mujeres y las niñas”.

Luego de Despachos del fin del mundo, un libro que retrata los tiempos de pandemia y protestas sociales, el escritor chileno Alberto Fuguet publica una edición definitiva de sus crónicas escritas entre 1989 y 1990 bajo el seudónimo de Enrique Alekán: Enrique Alekán, una novela por entregas (Ediciones UDP). 

“Yo jamás pensé que iba a ser un libro 30 años después, ni en futuro, lo que tiene de interesante porque uno escribe muy pensando en cómo es lo actual, que termina siendo pasado”, ha declarado a CNN Chile.

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Aquí alguna preguntas:

—Parece que los ’90 no eran tan distintos a los 2000.
—Eso lo dices tú. Mi impresión es que las cosas no son tan distintas como uno cree en general, la tecnología va pasando, pero la idea de ser parte de algo, de cahuinear, de querer que te quieran, de ostentar, de estar a la moda… pero hay algo fascinante con que el mundo no cambia tanto a pesar de todo lo que cambia a su vez.

“Todo este mundo que conocemos de lo instantáneo, de Internet, de chatear, no existía. Y ese mundo: quizás 1990 no era tan distinto con 1890. Si uno mira bien, tal vez no es tan diferente andar a caballo que tomar el metro para ir al centro, o ahora un scooter. Quizás no importa tanto ir a Cachagua a caballo, en auto o helicóptero, pero sí pienso que la tecnología es algo súper rupturista a nivel psiquiátrico, psicológico, del alma, en la forma de cómo vemos el mundo, con dispositivos cada vez más chicos pero a la vez más grandes. Alekán ahora podría haber estado en Estados Unidos, ansioso, y llamar a su psiquiatra. Antes, sin electricidad, uno igual podía leer libros, darse tinas, el mundo no era tan, tan distinto. Pero parece que cuando realmente entra Internet, tipo 1998, llegó no sólo el siglo XXI, sino que no sé lo que llegó, pero hoy lo damos por hecho: ese creo que es el gran cambio en estos 30 años de Alekán”.

—Alekán para mí es alguien que vivió el año ’89, ’90. Si quieres llevarlo a otra época, tienes que respetar otras cosas, como su edad (28) y personalidad. Creo que en la pandemia habría pedido delivery, permisos, pero no habría ido a fiestas ni a Cachagua. Al final es un chico sensible y no es tan, tan loco como para arriesgar todo, sobre todo su salud, por una fiesta. (…) El verano está asociado a ver y a pelar, a fiesta, y Alekán tiene una contradicción que se parece a la mía, deduzco, aunque mucho más: una mezcla de querer estar en todas y a la vez tener una distancia con todos.

“Parece que el carrete es algo más importante que cuidarse de una enfermedad, que para personas de todos los sectores sociales es algo cercano a la felicidad. No soy un hombre tan carretero ni sociable, pero me gusta captar que para la raza humana (la fiesta) es algo clave, y tan clave que están dispuestos a morir. Yo estoy dispuesto a morir casi por nada, pero me llama la atención que la gente esté dispuesta a morir por un carrete en Cachagua, en Maipú, en Broadway, y que la Pascua, el Año Nuevo es mentira: la gente se junta para carretear, no para rezarle a Dios o hacer ritos por el cambio de año. Alekán es social, pero su tensión es ‘soy social a veces con gente que no me cae tan bien’, y que se va a quedar encerrado en su departamento con vista al (Cerro) San Cristóbal. Alekán no es un escritor, no es un intelectual, pero tampoco es un ermitaño sin ser el dueño de la discoteque, pero claramente es un huevón que parte a todas las fiestas, busca todos los lugares”.

—Llevamos apenas días del 2021 y…
—Sí, lo único bueno es que ayuda a que Despachos del fin del mundo siga siendo relevante,  pandemia, ahora falta agregar un capítulo de Washington. (…) Qué raro que estemos en una especie de loop, me sorprende y a la vez no sorprende nada.

La editorial Lumen publica una serie de relatos inéditos en español de Marcel Proust. El remitente misterioso reúne ocho relatos y ha sido traducido y prologado por el escritor argentino Alan Pauls. Nos muestra al autor de En busca del tiempo perdido en su etapa juvenil y contenido de sus deseos homoeróticos.

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El Cultural nos da un avance del cuento que da nombre al libro. Compartimos un extracto:

El fuego arrojaba llamas suficientes para que, al inclinarse para iluminarla, Françoise pudiera distinguir las letras, y esto fue lo que leyó.

Señora:
Hace mucho tiempo que la amo, pero no puedo ni decírselo ni no decírselo. Perdóneme. Vagamente, todo lo que me han dicho acerca de su vida intelectual, de la distinción única de su alma, me convenció de que solo en usted encontraré la dulzura tras una vida amarga, la paz tras una vida aventurada, el camino hacia la luz tras una vida de incertidumbre y oscuridad. Y usted ha sido, sin saberlo, mi compañía espiritual. Pero eso ya no es suficiente. Es su cuerpo lo que quiero, y al no poder tenerlo, en mi desesperación y mi frenesí, escribo esta carta para calmarme, como se arruga un papel mientras se espera, como se escribe un nombre en la corteza de un árbol, como se grita un nombre al viento o en el mar. Para explorar con mi boca la comisura de sus labios daría mi vida. La idea de que tal cosa podría ser posible y de que es imposible me abrasa de igual modo. Cuando reciba de mí estas cartas, sabrá usted que en este momento me enloquece este deseo. Es usted muy buena, apiádese de mí, me muero por no poseerla.

Una vez que estuvo sola, Françoise pensó unos instantes en las palabras del médico, pero enseguida, involuntariamente, volvió a pensar en el remitente misterioso que tan diestro y audaz, tan valiente se había mostrado a la hora de verla, y tan humilde y dócil para renunciar a la hora de obedecerle. La embriagaba pensar en la osadía extraordinaria que le había hecho falta para probar esa maniobra por amor hacia ella. Varias veces se había preguntado quién sería y ahora se imaginaba que era un militar. Siempre le habían gustado, y antiguos ardores, llamas que su virtud se había negado a alimentar pero que habían abrasado sus sueños y deslizado extraños reflejos en sus ojos castos, volvían a encenderse. Antaño, a menudo había deseado ser amada por uno de esos soldados cuyo cinturón cuesta desabrochar, dragones que por las noches, en los rincones de las calles, arrastran sus sables tras ellos girando la cabeza, y cuando se los abraza demasiado sobre un canapé pueden pincharte las piernas con sus grandes espuelas, y que esconden todos, bajo una tela demasiado rústica para poder sentirlo palpitar fácilmente, un corazón despreocupado, aventurero y dulce.

Lluvia de dos noches

La temperatura superando el umbral de tolerancia al frío, la lluvia incesante chocando contra mi ventana y el vivo recuerdo de tus manos cálidas encontrándose con mi cuerpo.

Que ganas de volver a sentir(te)

Buena compañía

Estar acostados en la misma cama, uno al lado del otro, mirándonos a los ojos con la más pura intención mientras en el fondo se sienten las gotas de la intensa lluvia que se estrellan contra la ventana. Compartir un café, quizás dos, escuchar tu disco favorito y hablar de la inexistencia de Dios, fumar un cigarillo y preocuparse de dónde botar las cenizas.

El uno al lado del otro… qué bonito ha de ser.

Mi lengua, que tiene la delicia de encontrarse con sus labios, con su lengua, su sonrisa, con su voz, con su cuerpo, contigo. Comenzar desde allí para luego descender a través de tu piel sin prisa, pero sin pausa. Sintiendo como cada milímetro de tu piel reacciona a su paso y cómo mientras tus manos me tiran el pelo dirigiendo mi cabeza para que vaya de un lugar a otro, mi lengua. Calma sentir fuego luz agua el pleno desierto más tierno será en la oscuridad de la noche estrellada dame la mano conduce tú no hay llaves tienes encendedor vértigo en la curva de tu pierna otoño primavera el invierno una taza café te extraño arde calor no hay ropa desnuda desnudo oh dios tu cuerpo me encanta divago soy delirio mero incienso quizás bencina un destilado prefiero ser alcohol vos se mi llama acaba me voy regreso te miro he vuelto. He vuelto.
Perdona, suelo perderme en ti.

Discúlpame, pero necesito hacer un paréntesis antes de continuar con esta conversación. Creo que esta es una velada fantástica, me encanta este lugar, la música, las luces, la decoración, la estética en realidad de aquí me tiene perdido e incluso de mirar alrededor me distraigo de lo que es esencial. Hace tiempo que no me sentía perdido en la libertad y verme aquí me hace sentir bien, honestamente bien. Sé que a veces crees que yo leo tu mente, y desearía que así fuera pero en la mayoría de los casos sólo es suerte, un “presentimiento de que esto es lo que quieres” y ya está.

A pesar de que hoy me siento bien, quiero decirte que no es mi día, no me siento así, hoy no tengo suerte, hoy me hace falta algo y sigo sin saber que es y me siento extraño, tengo un mal presentimiento.

Cariño, ay cariño sólo tú eres capaz de hacerme tiritar con tu mirada y sé que quieres que me vaya, te extrañaré, beberé veneno si eso te quita la sed, sólo recuerda mi calor en tu espalda y el vértigo en la curva de tu pierna cuando ya no esté.

No te estaba escuchando, a veces hablas tanta mierda seguida que me olvido de ti y comienzo a escuchar absolutamente todo lo que no venga de tu boca, al comienzo me quedé pegado escuchando a los pájaros, luego en el ruido de las micros cuando pasan por afuera de la casa y luego en el sonido del pedernal del encendedor cuando juego con él. La única mierda que has dicho todo el tiempo es que eres un completo imbécil y que estás arrepentido ¿vas a decir algo más? porque tengo cosas que hacer mil veces más importantes que ver a un pendejo llorar. Oh, wow, cerraste el puño y me miraste feo, estoy tan cagado de miedo que estoy pensando seriamente en tiritar. Veinte años y sigues siendo un bebé con falta de atención, que vida tan triste. Esto es lo que va a pasar por si ni siquiera tienes la capacidad de entender lo que sucede en tu entorno; me pondré este cigarro en la boca, lo encenderé y después de la primera calada te tiraré el humo en la cara, me daré media vuelta y me iré a Santiago a terminar lo que tú no pudiste. Tú hermanito, con tu cara de imbécil irás a la casa de tu mamita a decirle cuánto la quieres y persuadirla de firmar el contrato. Si no tienes la firma para mañana, la próxima calada de humo que salga de mi boca será sobre tu triste cadáver.

El recorrido desde el GAM hasta su casa tarda 47 minutos y fracción. Ella iba parada junto a la puerta, con el brazo apoyado en la ventanilla de la micro. El viento acariciaba su piel, mientras el atardecer la coqueteaba a lo lejos. Se sentía bien, feliz. Empezó a gritar con todas sus fuerzas “¡La puerta! ¡La puerta!” y antes de que se detuviese por completo ella ya volaba hacia el puente Condell. Exhausta, tomó el martillo de su cartera y rompió el cerrojo. Llegó tarde a la cita, pero se salvó con un “debía arreglar unos cabos sueltos.“

biel-magno:

Hay una amistad se se escribe con minúscula, hay otra Amistad que se debería escribir con Mayúscula… la primera tiende a ser efímera, la segunda tiende a ser eterna… la primera es barniz, la segunda es profunda… la primera es interesada la segunda toma interés por el amigo… la primera está grabado en los contactos del móvil, la segunda está grabado en el corazón… la primera escucha poco y se implica menos, la segunda escucha y además se esfuerza en comprender… la primera tiende a la antipatía y la segunda a la empatía… Gabriel

biel-magno:

Tempestad…

La tormenta es la vida, la pasión, de deseo desmedido, la lujuria desbocada, el delirio de las perversiones, olas gigantes de placer, vientos huracanados que gimen, ciclones que baten las orillas carnales, torbellinos que lo devoran todo y lo alzan sin medida al cielo…. la calma es esa plenitud del gozo que transita por el alma….

Gabriel


biel-magno:

El tiempo se detiene para hacerse infierno en ese eterno encuentro de los cuerpos que se baten en ritual sagrado, se miran se desean y se desatan las pasiones… dónde toda aflicción es placer… el tiempo se detiene donde todo sentimiento se vuelve eterno… pero todo fluye al mismo tiempo, el fuego se inflama, el placer es agua que hierve desde las profundidades, y una nívea lava se precipita donde los gemidos rompen los callados, en esa oración que culmina para después sentirse en esa danza del vientre que se ancla en el arbolado mástil… que iza orgasmos, que se derraman entre rituales orgiásticos, hasta tocar el cielo con el alma y quedar exhausto en las sábanas….

Tu lo eres todo para mi, averno y luz, guía y regalo. Avalancha de placeres infinitos que desborda mis sentidos.

Gabrel

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