#bohemios literarios

LIVE

Sobre mis noches el verso avanza


Noche, no me abandones, 

cierra ya tus eslabones.

Noche que me haces nueva y eterna,

noche de resplandores,

noche de los poetas y de los ruiseñores.

Noche, tú me consuelas,

llévame a tus parcelas.

Cíñeme con tus brazos

largos y abrazadores.

Cúbreme noche serena,

ciérnete sobre mi vereda.

Cae noche infinita

y enciende pronto tus carbones.

¡Oh noche, que me haces nueva!

No te detengas, noche bendita.

https://youtu.be/FCFCCnBbFUM

AMOR PLATÓNICO

En verdad hay sentimientos que es mejor que se queden en lo platónico, y es mejor recordarlos así, irreales, inacabados, porque eso es lo que los hace perfectos.

Gabriel García Márquez.

Se suele tener la creencia de que el amor platónico es aquel que por algún motivo resulta inalcanzable, que no es correspondido, por lo tanto dicho amor se idealiza y no puede incluir un vínculo sexual.

Pero este amor inalcanzable, es una pésima derivación de las ideas de Platón y nada tiene que ver con el concepto del amor según él.

El amor platónico, según el concepto filosófico, se refiere al amor verdadero y del eros, que explicó muy bien el filósofo en el banquete.

Dice Platón que el amor es una orientación gradual que si bien puede partir de la belleza física, debe trascender a la belleza espiritual, solo así se alcanza el conocimiento apasionado, puro y desinteresado de la belleza misma.

El término “amor platónico”, no lo acuñó Platón, por supuesto, lo utilizó por primera vez el filósofo renacentista Marsilio Ficino, al referirse al concepto del amor según Platón.

Ficino, decía que el amor platónico es un amor real, inmutable, inteligible, eterno y perfecto, centrado en el carácter y la inteligencia de una persona. Pero no vayan a pensar que Platón defendía un amor espiritual sin sexo, más bien él abogaba por un camino medio en donde las personas se pudieran abstener de la promiscuidad, pero también de la abstinencia.

Para Platón, los tipos de amor que se basan en los placeres que nos proporcionan nuestros sentidos son formas de cariño más bien banales.

Así que, si hemos sido capaces de superar la etapa del deslumbramiento físico, entonces se revela ante nosotros el amor por la belleza en sí misma, desprendida de cualquier objeto o sujeto. Es el nivel de amor supremo.

Imagínate, conocer de forma apasionada, desinteresada y pura la belleza, de manera que ese sentimiento no se corrompa ni se vea alterado con el paso del tiempo, y que también apunte a la causa y el origen de dicha belleza, la cual es única en sí misma.

El amor es sentir que el amor sagrado late dentro del ser querido.

Platón

¿Pero cómo es que llegamos a confundir la idea de Platón? La confusión parte del hecho de que el filósofo nos plantea la forma más pura de amor, no sólo porque no se basa en un intercambio de cualidades físicas o materiales, de que sea totalmente desinteresado, sino que además nunca nos deja acceder completamente a lo que amamos, porque según Platón, la belleza pura tiene esencia divina, y por tanto nunca puede ser alcanzada por el ser humano. ¿Entonces, cómo es que Platón habla acerca del amor en términos tan positivos y optimistas? La respuesta es que, para el filósofo, el amor nos impulsa a mejorarnos a nosotros mismos para estar más próximos a la belleza anhelada, y esto es algo bueno en sí mismo, hay algo en nosotros que nos impulsa hacia la autoperfección, luchamos por acercarnos más a algo que está infinitamente alejado de nosotros, pero en esa búsqueda ganamos conocimiento y a la vez aceptamos nuestra propia ignorancia. Entonces en algún punto empezamos a asociar el pensamiento de Platón con la utopía y no con una utopía como la hubiera querido el filósofo, que sería un modelo a seguir sino como vulgarmente se entiende, como un imposible, ergo el pensamiento de Platón es igual a imposible, por tanto, amor imposible es igual a amor platónico.

Pensamiento de Platón = imposible

Por tanto, amor imposible = amor platónico

No nos enamoramos de las personas, sino de los resquicios de belleza que podemos encontrar en ellas. En esa armonía está el ennoblecimiento del alma y la virtud de la que habla Platón. Para él, ell amor se encuentra en un equilibrio entre lo que se conoce y lo que se ignora, y esta regla puede aplicarse también a nuestra relación con las personas. Esto es así porque, cuando idealizamos a una persona, la estamos percibiendo como un ser prácticamente perfecto, justamente porque no la conocemos lo suficiente como para ver que no lo es.

Idealizar a alguien consiste, generalmente, en desconocer a esa persona no por su capacidad para seguir conservando el atractivo pase lo que pase, sino a causa de nuestras dificultades para conectar con ella, ya sea porque hace poco que la conocemos o porque sólo nos deja ver una de sus facetas. Esto último se hace evidente entre las personas mundialmente famosas. Los famosos tienen detrás una maquinaria de marketing tan masiva y unos asesores de imagen tan eficientes que sólo conocemos la parte más agraciada y admirable de su persona. En menor medida, ocurre lo mismo con las personas que, a pesar de atraernos por su apariencia, nunca llegan a conectar del todo con nosotros.

Curiosamente, es la estética y lo material, aquello que tenía menos importancia para Platón, lo que nos lleva a idealizar al prójimo casi nunca es un acercamiento intelectual. Quizás nos resultaría útil pensar más a menudo sobre este hecho.

Según Platón, hay dos clases de eros. El uno es el amor a la belleza, al bien, a la sabiduría. El otro es vulgar, ordinario, es el simple amor sexual o al cuerpo, el amor sin búsqueda, sin selección, el mero azar. “No todo amor, dice Platón, ni todo eros es hermoso ni digno de ser alabado, sino el que nos induce a amar bellamente. El amor derivado de Afrodita es, en verdad, vulgar”.

En medio de esos dos polos de eros, el bello y el vulgar, definidos por Platón, ha girado la motivación del amor, con el predominio borrascoso y arrasador del eros de la pasión y del odio, si se toman como guías la observación cotidiana, el examen de la historia, la literatura y el cine. En efecto, no hay un sentimiento ni una pasión ni una ambición que haya inspirado más poetas y cantores, que haya llenado más teatros y cárceles, que haya arruinado fortunas más grandes y numerosas, ni haya enloquecido más hombres y mujeres, que el amor. Una persona así motivada, si pierde el amor sólo le queda la muerte, o quizá la poesía y la pintura para cantar y plasmar todo su dolor y sufrimiento.

El amor se aprende y se emprende, y para algunos, como Erich Fromm, requiere de esfuerzo y de conocimiento. Sí, esfuerzo, porque el amor es lo más parecido a un ser vivo que necesita de paciencia, de atención y de cuidado para crecer.

El amor toma un tiempo, se ama lo que se conoce y enamora lo que se desconoce, el enamoramiento es una etapa y el amor es la meta. Nadie ama en tres días.

Se ama de forma integral y cuando se ama se sabe. Y esto es definitivo para entender que la atracción sexual no es amor. El amor es voluntario y no es exigible, por la misma razón es uno de los deseos que nunca cumplirá el genio de la lámpara de Aladino.

Lo importante del amor es que sea infinito, mientras dure.

Eduardo Galeano.

El amor es difícil en cualquiera de sus manifestaciones, pero sin duda alguna, es el amor de pareja el más difícil de todos. Ése amor es el testimonio supremo de nosotros mismos, la obra cumbre con respecto a la cual todas las demás, no son más que meros preparativos. 

Cuando estamos jóvenes, nuevos en todos los aspectos, creemos saber amar, pero no es así. Amamos en ese momento con todas las fuerzas de nuestro ser concentradas en nuestro corazón, un corazón que late con inquietud, pero en busca de un norte. Razón por la cual, la unión entre dos personas muy jóvenes, inacabadas, indefinidas y dependientes, es una unión tambaleante, frágil.

El amor e incluso el desamor son oportunidades únicas para madurar, para adquirir forma, para hacernos crecer emocionalmente, para prepararnos para el ser amado. Es una exigencia superior, una ambición sin límites, que hace del que ama un elegido que está requiriendo ancho espacio. La entrega mutua y el perderse el uno en el otro, no son campos todavía para los jóvenes, antes de llegar a esto, necesitamos atesorar durante largo tiempo experiencias que forjen y templen nuestro corazón y nuestro ser. La entrega de sí mismo es una culminación, quizá ni aún de adulto se logre tal objetivo.

Pero jamás hay que considerar perdido un amor de juventud, y más aún si aquel amor sobrevive fuerte en nuestros recuerdos, porque no sólo hizo nacer en nosotros magníficos y poderosos anhelos y proyectos, sino que además fue la primera ocasión de estar a solas en lo profundo de nosotros mismos, el primer esfuerzo de interiorización que intentamos en nuestra vida.

Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.

Emily Dickinson.

En conclusión, el amor platónico no es un amor imposible sino un amor puro e inteligible, un amor no afecto a las pasiones y de caracter espiritual, es el amor que encuentra en la relación humana un camino hacia la felicidad, y por tanto, es más importante la belleza del alma que la belleza del cuerpo, porque el alma pertenece al mundo de las ideas, de lo divino, pero en este mundo se encuentra atrapada en el cuerpo hasta que se libere de él con la muerte.  Si dos amantes fueran capaces de elevar su amor hasta esas instancias habrían llegado a la perfección.

Al igual que la gente está unida en su común humanidad gracias al amor, de esta misma forma todas las partes del universo se mantienen unidas por los lazos del amor compasivo.

Nada se le puede comparar al maravilloso milagro de encontrar con quien compartir la curiosidad insaciable de explorar, cogidos de la mano, este mundo insólito y fugaz, porque el amor es después de todo, el itinerario que nos dirige en dirección contraria a la muerte. 

Si usted ama a alguien y alguien lo ama a usted, aproveche el milagro de compartir ese enorme corazón con ganas y vivirlo como si no hubiera mañana, y amar como si el tiempo se acabara, entregarlo todo en el primer beso y dejar que el tiempo, si todavía sobran minutos, se encargue del resto. Quizás es un poco cursi, pero ¿cuánto tiempo queda para seguir imaginando o más etéreo aún, idealizando a una persona?

Digamos en su honor, que el amor es un misterio, y que su única evidencia es que existe, pues sin duda existe y aclara otros misterios con su poder revelador.

Sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.

Violeta Parra.


A veces muere el amor, 

pero vuelve y se levanta.  

A veces llora, 

y otras veces canta. 

Es una llama de agonía 

en una lámpara infinita.  

Amor que surge de su propia muerte,

Ave fénix que no agoniza

sólo al dolor de otro más fuerte 

renace una vez más de sus cenizas.

https://youtu.be/rUYnXfDbZUs

https://youtu.be/VZY82TnjP0Y

ESCENARIOS

Hay espacios que se crean

cuando penetro humildemente

en el insondable mundo de las formas.

Lo que veo es apenas maquillaje

de la diversidad de vida

escondida en las arrugas del paisaje.

Con una mirada veo el verde

de multitudes de hojas que conviven

y la luz que ilumina en la distancia.

Con otra mirada

veo las negruras de la tierra

en los troncos y en las ramas

y en los oscuros contrastes

de las luces y las sombras.

Con mis preguntas despierto

unos ojos dormidos que se abren

a cadenas de recuerdos

y veo que he cortado los cuerpos

de los seres que contemplo.

Con los ojos de mis miedos me estremezco

y veo un paisaje cansado y desierto,

poblado de seres agotados y muertos.

Con los ojos de la mente

me sumerjo en pensamientos,

y alguno me dice que estamos a tiempo

de sentir el misterio con ojos eternos.

https://youtu.be/GwP_huI5zEo

https://youtu.be/usFED6ORJlU

Autorretrato

Soy un poeta con dos pies izquierdos, con ellos he caminado sobre la textura de las horas y el paisaje, en ellos hay rutina, pero también hay fábula.

Siempre he soñado con colores imposibles y en mi oficio los rescato y de paso los remiendo.

En la computadora natural fuí programada para hacer versos, reinvento cuadernos con poemas, casi siempre llenos de palabras musicales, pero una que otra vez las asesino.

Voy, regreso, alucino con mariposas y rios que nacen en mis ojos.

Bautizo atardeceres, regalo mis sonrisas y mis poemas. Mi poesia no es un producto gota a gota, no es fruto perfecto, es algo asi como el aire que todos respiramos, que ensancha los pulmones de todos aquellos que sentimos en exceso.

Casi siempre habito en mi corazón, él es un paisaje abierto, aunque su puerta se queja constantemente de la falta de un candado.

Tengo cierta inclinación por contemplar amaneceres y tragarme lentamente los crepúsculos.

Voy abierta a mis dias, como a una procesión de pavos reales.

https://youtu.be/Uf9u7JjX5jA

FRAGMENTOS DEL ALMA

Intentamos en muchas ocasiones cambiar aspectos de nuestra vida con el fin de mejorarla, cambiamos de trabajo, de barrio, de carrera, de amigos, de paisaje. Y muchas veces sin obtener los resultados que esperamos, porque aunque es difícil reconocerlo, la verdad es que, de lo que hay que cambiar es de manera de pensar y muchas veces, de manera de sentir.

La verdadera discapacidad del hombre no está en su cuerpo, sino en su alma, en lo más profundo de su ser, cuando el alma del hombre se fragmenta, cuando se disgrega y deja de ser un todo completo. Mutilamos nuestra alma cuando le negamos la posibilidad de ver el horizonte en su totalidad, y no el dedo que lo señala. Entonces la sacamos al mundo coja, ciega, sorda, mutilada.

Y yo quiero ser partidaria del hombre, pero del hombre sin mutilación alguna.

No quiero ser partidaria del hombre amputado en su valor de persona, en su individualidad, ni del hombre reducido al estado de mero consumidor o simple productor, ni del hombre - macho que no reconoce a la mujer otro derecho que el de ser hermosa y permanecer sumisa.

Ni del hombre únicamente valorado por cuanto posee, y menos del hombre que con guantes y coraza se atrinchera en su raza, en su estirpe, en su clase, en su visión religiosa, en su cultura, en sus fronteras, en sus ideas.

Quiero ser partidaria del hombre completo: cuerpo y alma, salido de la tierra y destinado a retornar a ella.

Un hombre que le de a un ser humano el valor de otro, y no en otro momento o en otras circunstancias, sino ahora y siempre. Un hombre para quien no existan eriales, ni rangos, ni escalafones en cuanto a los demás y sobre todo, un hombre capaz de sobrellevar y de sobreponerse a la diversidad.

El que no está dispuesto a cambiar su forma de ser y de pensar, no podrá adaptarse a su propio destino. No esperes que todo cambie si sigues siendo la misma persona.

No podemos definir al ser humano en un concepto que lo abarque por completo, porque cada ser humano es un universo lleno de enigmas para los demás. Si fuéramos capaces de convertir este pensamiento en regla de vida, nuestra existencia y la de los demás adquiriría dimensiones inauditas y enriquecedoras. Aceptar que uno y los demás somos un enigma, es devolver a la vida su misterio, es reconocer que la vida de cada cual no se agota en lo conocido, en lo idéntico, en lo que siempre nos han dicho, que estamos dispuestos a una muchedumbre, a una vida plural, que todas las cosas, más las pequeñas que las grandes, nos angustian, pero también nos calman, bailan con nosotros, nos sacuden, que crean e incuban en nosotros muchas almas.

La gente dice que el tiempo lo cambia todo, pero eso no es cierto, hacer cosas lo cambia todo, no hacer nada lo deja todo exactamente igual.

Todos tenemos una parte que no encaja con este mundo, algunos más que otros, pero esa parte diferente en cada uno no debe tratar de encajar con el resto. Todos somos diferentes y debemos hacer hasta lo imposible por seguir siéndolo, por salvar nuestra autenticidad y apartarla de los prejuicios y superficialidades que en la sociedad imperan.

Es imposible que todos queramos las mismas cosas, porque la facultad de ser librepensadores, nos da la posibilidad de elegir un camino propio, una filosofía de vida. Y en esa búsqueda vamos descubriéndonos como seres diferentes, y autónomos.

En la medida en la que una sociedad respeta la autonomía de sus individuos, favorece la posibilidad de que mejore su realidad.

Estar radicalmente en contra o radicalmente a favor de algo nos enceguece y nos priva de la posibilidad de entender el mundo en todas sus manifestaciones.

Empeñarnos en el negro o en el blanco, sólo nos trae soledad y decepción, porque la verdad es que la mayoría de las cosas suceden en los grises.

Cada uno de nosotros cuenta con la posibilidad de elegir de la paleta universal, los colores que prefiere para matizar su propio paisaje. Pero haríamos bien en habitar de vez en cuando el paisaje de los demás, para poder entender, al menos en parte, su forma de ver el mundo.

Vamos a estar en desacuerdo en muchas cosas, pero también vamos a coincidir en muchas otras. No importa la causa que sigamos: la lucha contra el cáncer, la defensa de un planeta más verde, el rechazo a la explotación infantil, la condena de los abusos sexuales, el no rotundo al tráfico de personas… cada vez son más las cosas que necesitamos defender, preservar y hacer que sean respetadas por todos.

Pero además de apoyar éstas ideas desde tu defensa o con tu respeto, lo que el mundo pide es que seas, sobre todo tolerante. Es decir, que si estás fuera de ellas, las entiendas desde la perspectiva de que hay muchos que para ser oídos, necesitan defensas públicas, pero si, por el contrario, estás dentro de ellas, lo que debes entender es que por más clara que sea tu defensa, ella no justifica que seas intolerante con los que no se le suman.

Una causa es un motivo, una razon que inspira acciones y reflexiones, pero no se trata de una verdad absoluta, no puede volverse una militancia ciega, no te hace mejor persona.

Lo que uno piensa o siente, sólo le importa a uno, pero lo que le hacemos a los demás, eso le importa a todo el mundo.

Que seas vegano, que profeses la no violencIa como Gandhi, que creas que el feminismo necesita mantenerse como posición de defensa de los derechos de las mujeres en el mundo, no son razones para que creas que todos tienen que seguirte y avalar tus causas. Defiende cada vez más cosas, si eso le da sentido a tu vida, pero no te vuelvas más intolerante que aquellos a quienes críticas o los que te han llevado a asumir una actitud proactiva frente al tema que te hace tomar posiciones en la vida.

Vive tus ideas y adelanta tus propias campañas como un compromiso contigo mismo, desde las decisiones y acciones personales, lo demás, si lo haces coherentemente, irá sumando adeptos, amigos y afectos a tu alrededor. Desde el medioambiente hasta la defensa de los animales necesitan de tu amplitud mental y no de tu ego que quiere sentirse superpoderoso cuando encuentra una causa por la cual luchar. Comprométete sin terquedades, defiende la vida siempre, pero también la diferencia.

Pretender tener siempre la razón, es fantasear con la perfección, y la perfección es un juego lúdico que nos inventamos cuando nos cansamos de imaginar y empezamos a fantasear. Y la diferencia entre la fantasía y la imaginación, es la misma que hay entre un muñeco de ventrílocuo y un ser humano.

Desde la pluralidad, respeta la singularidad y viceversa.

“Aquellos que encuentran significados ruines en cosas hermosas están corrompidos, pero aquellos que cantan la belleza en todo lo que ofrece el universo son espíritus nobles, para ellos hay esperanza.” Oscar Wilde.

Quiero vivir en un mundo donde el hombre pueda ver más allá de su linea del horizonte, cuya filosofía sea el fundamento de la inclusión y la pluralidad. Que no coarte, que no limite su ser ni su razón a doctrinas, escuelas, sectores o corrientes; un hombre que sufra una especie de obesidad mental y del alma, y que ingiera pildoritas de tolerancia colectiva. Que se abstenga de sectarismos y de filosofías trasnochadas. Un hombre que le haga el amor a la libertad, que rompa las cadenas que le fragmentan su ser, que sienta que entre sus dedos, todo el universo cabe.

Es de éste hombre, de quien soy y quiero ser apasionadamente partidaria.

Entre los muros de contención de un soneto

Porque no sobran aún todas las horas, ni están escritas todas las palabras.

Para todos los alzados en almas.

Seguiré preguntándome

por las pequeñas cosas,

y así estaré por siempre,

para toda la vida,

entre ensayos infinitos,

entre sonetos y prosa.

Escribiré del loco amor

que en nuestro pecho anida,

aunque después para olvidar

no nos alcance la vida.

Mi corazón levanto

contra todas las cosas,

mi sangre me llama

desde toda la vida.

Soy ésta que no has visto,

la que te alienta escondida

entre los impenetrables muros

de su verdadera vida.

Seguirá naciendo mi corazón cada día,

como una luna llena, iluminando mi vida,

guiando mis pasos en noches oscuras y frías.

Quiero vivir el destino inaplazable, 

que me empuja más allá de este poema. 

No me basta con saber que existe el hombre, 

en toda la extensión de la palabra, 

ni todos los secretos transversales,

del cosmos, de las sienes y las lágrimas.

Yo quiero conocer un mundo de astrolabios, 

de ninfas, de aleteos y de albas,

partido exactamente en mil instantes, 

sin orillas, sin riberas, ni distancias.

Tengo derecho a hablar con las luciérnagas,

a tomarle el pelo a la nostalgia,

a ver saltar las cabras en el aire, 

y a parir el universo con palabras.  

EL AMOR ES PROSA, 

LA PASIÓN ES POESÍA

Paris, hijo del rey troyano Priamo, y  Helena, esposa del rey espartano Menelao, se enamoran como borregos. Paris rapta a Helena y empieza la guerra de Troya, que se prolonga durante diez años. Hasta que el triunfador Menelao entra en la ciudad de Troya y encuentra a su mujer con los pechos desnudos, tan hermosa que la perdona inmediatamente y vuelve a vivir con ella tan contento, como si nada. Atrás quedó Troya destruida, un campo regado de cadáveres ilustres (Héctor, Aquiles, Patroclo, el mismo Paris…) y toda esta catástrofe épica como consecuencia de un simple estremecimiento del corazón.


El amor es así, como el fuego: suelen ver antes el humo los que están fuera, que las llamas los que están dentro.

El amor es una realidad inmune a nuestra conciencia, a nuestro raciocinio y a nuestra voluntad; por eso sigue siendo el reino oscuro de la confusión y lo enigmático. Y cuando hablo de amor, no me refiero a emociones amplias e imprecisas como el amor entre amigos, o el de los padres por los hijos, sino al sentimiento entre dos personas, a ese sentimiento demarcado por la pasión, que roza algunas veces el cielo y otras el infierno.

La esencia fundamental de la pasión es la enajenación que produce, por eso, quienes se dejan llevar por ella no pueden explicársela, y los que no la han vivido no pueden comprenderla.

El que ama, sale de sí mismo y se pierde en el otro, o mejor dicho en lo que imagina del otro. Porque la pasión es una especie de ensueño que se deteriora en contacto con la realidad. Tal vez por eso, la pasión parece exigir siempre su frustración, la imposibilidad de cumplimiento.

El amor feliz no tiene historia, sólo el amor amenazado es novelesco. Por eso, las perdices siempre se comen fuera del libro, una vez terminado el cuento.

El amor fluye desde el más tóxico e irreflexivo: si me dejas y te vas con otro, te mato, lo mato, los mato, me mato;  hasta el más bello y sublime:  allá donde Eva esté, allá es el paraíso, allá es la felicidad.   Los hubo y los habrá trágicos como el de Romeo y Julieta, épicos como el de Marco Antonio y Cleopatra, imposibles como el de Abelardo y Eloisa, desafortunados como el de Tristán e Isolda, repudiados como el de Oscar Wilde, puros, eternos e irrealizables como el de Dante y Beatriz o domésticos y sencillos como el de Fiona y Shrek. 

Podrá ser un espejismo el amor absoluto, la más noble flaqueza del espíritu, pero no hay asunto más importante y delicioso, por la felicidad y la plenitud que promete, y aunque sólo se consiga dolor, no obstante,  ¡oh, qué dolor exquisito!

Amamos lo que el corazón elige amar, así de simple, la razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero.

Ahí tienen a Lancelot, que abandona la búsqueda del Santo Grial por salir detrás de Ginebra, la esposa del rey Arturo. El Grial concedía la vida eterna, pero al momento de enamorarse de Ginebra, Lancelot se olvida de él, porque su amor ya le hace inmortal.

El corazón suele estar mal de la cabeza y parece no servirle de nada la experiencia. Por eso, muchas veces, nuestra razón huye espantada y nos abandona a merced del corazón. Y aunque casi siempre el amor llega a congestionar nuestras ideas, también le quita lo efímero a la vida y nos concede inmortalidad, porque el amor es, después de todo, el itinerario que nos dirige en dirección contraria a la muerte. 

Sé que debemos mantener la cabeza fría, sobre todo en este tiempo convulso, pero ¿quién se atreve a tirar la primera piedra a un corazón ardiente?

No hay estatutos ni códigos ni reglas para amar, sólo una ley, la del corazón, que abre su capullo a sangre y fuego en su deseo irresistible o irreversible. Y si alguien puede demostrar lo contrario, yo nunca nada escribí, y nadie jamás amó.

– ¿Alguna vez amasteis, meser Leonardo? — Preguntó Buonarroti.

— Por supuesto — respondió el pintor.

— ¿Hombre o mujer? — preguntó el escultor.

— ¿Qué más da?  Sólo os diré que su cadera medía exactamente treinta y dos besos.

https://youtu.be/yWkQbrfSvfs


TIEMPO DE LUNA

Hay noches extrañas que se bañan de sombras,

y nos  nacen penumbras en los bordes de la vida, 

las nubes bostezan en su lecho de nieblas, 

y los ojos de la nostalgia nos miran por las hendijas.

Nos tiramos en la cama, traficante de almas.

Corren sombras sucesivas persiguiendo nuestro insomnio,  

quieren meternos el sueño por todos nuestros poros.

Pero el tiempo pasa y el sueño no llega.


noches en vela, que triste condena.

Tiempo de luna que ata tu alma, 

se acaba la noche y el sueño no llega.

La tienes perdida,

te atan las cadenas, 

para traer el sueño,

hay que liberar el alma.

Comienza el día,

las sombras se marchan, 

pero no todas las almas a  sus nidos regresan,

algunas encuentran en la oscuridad su nueva morada.


En la penumbra solitaria

hay almas que se buscan,

se juntan y se  marchan, 

en las noches de negruras,

de lunas y de lágrimas…

Que continúe el poderoso y maravilloso drama, y que tú contribuyas con un verso…

“Yo sé que la poesía es indispensable, pero no sé para qué”. Jean Cocteau.

La poesía es como el agua de mar, hay que bebérsela a sorbitos hasta que nos sepa la boca a océano, ella nace en el momento en que nos damos cuenta que sentimos amor por las palabras y descubrimos cuánto pueden transmitir.  A partir del  sonido que se produce al pronunciarlas y hasta el silencio donde se sumergen, desde allí se puede evidenciar lo invisible.

Vocablos amados, les decía Neruda a las palabras, “las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen”. Es una experiencia que te hace saber algo que antes no sabías, que te provoca. La poesía es tan cierta, tan verdadera y tiene tanta fuerza que es como si encontráramos algo nunca visto, desconocido, insólito. Es como un portal abierto al mundo.

La poesía no es un fin, sino un camino, en ocasiones, una sola frase nos da la respuesta a aquello que nunca habríamos sabido expresar.

En estos tiempos tan oscuros, el poeta es capaz de levantar la vista y señalar aquello que otros no quieren ver, y con sólo palabras, delatar universos escondidos que no son revelados por el hablar corriente, trascender sobre lo cotidiano, encontrar el misterio y el brillo, lo que no se puede ver a simple vista. La poesía emociona, revive, descubre verdades, trasciende la lógica y la filosofía, y puede además influir en la historia.

Un poema es un espacio sin tiempo, un lugar de reunión global que permanece siempre abierto, infinito. La poesía es el camino, el destino es lo de menos.

Si la poesía sirve para algo, es precisamente para esto: para hablar de lo que todos sabemos, aunque a veces decidamos ignorarlo, para ver el mundo con asombro, para verlo siempre con ojos nuevos.

Hemos aprendido a respirar debajo de nuestras tristezas, de nuestras dudas y de nuestros miedos.  Nuestro espíritu es como las velas de un barco, a veces nos ganan las tempestades, pero otras veces llega un viento nuevo y nuestro barco se yergue, en una marea lenta que inunda el cielo.  Así nos encuentra la poesía, como un viento nuevo.

Escribimos porque somos unos buscadores, siempre estamos buscando algo, esperando algo, aunque a veces no sepamos muy bien qué, aunque se nos haya olvidado. Y tenemos la esperanza de que escribiendo lleguemos a acordarnos de eso que nos falta en la vida.

Hermosa poesía a la que le regalamos los versos entremezclados, en los que se transpira eso: poesía. ¿Y para qué?  para vivir, para seguir viviendo.

La poesía no tiene dueño, los versos son libres, nacen en los espacios silentes, de las manos de un grupo de valientes.  Porque eso somos, aquí en la tierra y en la fosa: verso, poesía y prosa.

Poeta

Algunos te creerán un loco, habrá quien piense que solo eres un incomprendido, un desaptado o un romántico, otros te verán como plaga inofensiva, pero eres mucho más que eso, has robado todo el fuego que arde en la palabra, y por ti cada verso ha emprendido el vuelo.

Un poeta está en comunión con la soledad, la poesía es su dulce tormento, de metáforas y de ternuras está enfermo.

Escribir poesía todavía es posible, sólo si las palabras saben de lo que hablan. A pesar de todo lo que pasa afuera en el mundo, la poesía continúa produciendo esa electricidad que genera una música viva y afortunadamente aún somos muchos los que exigimos ser oído para ella.

En la poesía no hay certezas absolutas, todo lo contrario, su perfección está en ver siempre el mundo desde el desconocimiento, desde el asombro por lo nuevo. Nada puede ser como ha sido para la poesía, porque ella tiene un diálogo con lo indecible que todavía queda por decir. El poeta sigue haciendo hermoso el mundo a través de sus palabras, aunque el mundo no haga nada por él, la poesía mantiene sus puertas abiertas a las ideas, a todo cuanto seamos capaces de albergar en nuestra alma y a todo lo que el mundo le ofrece a nuestros sentidos.

Los que leemos poesía encontramos en ella un efecto muy poderoso. Por eso hoy es más imprescindible que nunca, ella nos obliga a mirar dentro de nosotros y reconocernos como iguales, lejos de todas las divisiones impuestas, nos acerca y conmueve al señalarnos la belleza, que está ahí,  aunque no siempre visible, al traducir las sensaciones que se nos amontonan y así construir con ellas versos que pueden resultar un salvavidas.

Nada produce mayor ilusión que la poesía, porque tiene que ver con algo secreto, íntimo. Solo el que escribe lo entiende a la perfección, pero también sabe que a veces puede llegar a ser comprendido por alguien más, y cuando eso pasa, cuando alguien más vibra en esa sintonía, es muy fuerte y poderoso. Es una forma de resistencia, de conservar la ilusión. Los poetas y los lectores de poesía son idealistas y eso es extraordinario en un momento del mundo tan decadente, es un acto revolucionario, un respiro de resistencia. La poesía, el arte, la filosofía, son pequeñas victorias en la lucha contra la estupidez de este mundo.

La mejor poesía es la que no sigue los cánones establecidos, sino la que encuentra su propia voz.

https://youtu.be/92NGCXMW9R8


Hoy en día, la poesía es subestimada y castigada por la mayoría, sin embargo ella sigue abriéndose paso desde siempre, porque no es un bien de consumo, es el derecho a soñar y construir con palabras un mundo nuevo. Y mientras sigamos soñando y anhelando un mejor mundo, la poesía no habrá cantado en vano.

¡Ave, poesía! Los que vamos a seguir escribiéndote, te saludan.

https://youtu.be/TGPVKMCjTL0

Este es mi corazón de cada día


Mi casa tiene un paisaje manso y bondadoso, de sus montañas cuelga un reloj, que marca exactamente la hora del viento fresco y apacible de la esperanza.

El reloj de mi paisaje es a veces juguetón y se adelanta, es cuando sabemos que es la hora del café, para abrirle el apetito a la dicha y la dulzura.


A la hora de las lluvias, mi paisaje se humedece, se torna gris y se ensombrece.


En la tiniebla yerma cesa el tic tac, el rostro en mi paisaje se oscurece  y mis seres se dispersan y se afligen.


Las escenas en mi paisaje van y vienen como sus horas y al final de cada escena sigue siendo bondadoso.


Mi paisaje, es mi corazón de cada día, donde reposa la dulzura esencial de mi alegría.


A veces, me pongo caprichosa y quiero entrar sola en mi paisaje,  y él me lo permite sin boleto ni prisa, unas veces como un ave  y otras como una flor o una mariposa, me poso en él y lo bendigo.

https://youtu.be/QqpI0EDnIzA

A realidade é algo que acontece na fração de um milésimo de segundo, depois me escapa. Minhas mãos quase agarram o presente pelos cabelos, mas ele foge. Na memória, tudo vira uma narrativa quase abstrata demais, sonhos acordados, vontades torpes, desejos latentes. O tempo brinca comigo e até ri do desespero, do meu desespero por algo tangível. 

Estou voltando para casa depois de uma dessas noitadas. Eu não sei se tenho mais idade para essas coisas, ainda que eu seja nova, talvez eu esteja cansada, tão cansada que sinto cada órgão meu ofegar, quase sinto suas mãos calejadas. Caminho pelas ruas do centro da cidade, vazias, frias, o vento quase se faz inaudível, de tão forte, folhas de jornais, papéis, sacolas, se fazem notar ao dançar no ar pela força do vento. Caminho pelas ruas do centro e ainda está escuro, o silêncio ainda reina, peçonhento. Em meus bolsos, ainda está o ingresso do show em que eu estava, o lugar lotado, a música alta, a alegria plástica, as risadas e conversas pairando no ar junto da fumaça. 

O silêncio agora abafa as memórias agitadas, expulsando-as do recinto. Eu nunca me senti íntima do que se entende por realidade, pelo presente, pelo que se segura nas mãos e se entende por real. Caminho sozinha pelas ruas do centro de madrugada, e cada vazio se acumula em meus olhos, jogando toda a alegria anterior da noite para longe. Todas as risadas agora estão distantes, a música é inaudível, as conversas foram abafadas, tudo evapora numa hora dessas. Eu, que nunca soube lidar com o fim das coisas, me sinto em um luto constante, procuro, a todo momento, ressuscitar cadáveres do passado, memórias de tempos melhores, que agora, são uma espécie de narrativa, uma versão minha, romantizando tudo que vivi apenas para negar o meu agora. 

A minha mente vai criando versões melhoradas do que vivi, fazendo com que eu fique embalada em uma melodia nostálgica de dias que nem foram tão melhores. 

Nem tudo faz sentido na realidade, os elementos não estão aí para ser decifrados (nem todos, pelo menos), as coisas apenas são e eu, querendo que tudo fizesse sentido, procurei refúgio nas memórias decodificadas, as versões melhoradas, o passado maquiado, me aninhei na mulher que eu era, em épocas mais simples, menos fodidas, mais rasas. A realidade é algo que acontece enquanto eu olho para trás, sorrindo para o passado. 

Caminhando pelas ruas do centro, rumo ao metrô que ainda nem abriu, eu passo por ruas mal cheirosas, monumentos pixados, moradores de rua que tentam dormir nesse frio, caminho por bêbados e prostitutas, lojas fechadas… Caminho por tudo que é agora e já não é mais tanta coisa, caminho pelo silêncio e seu breve reinado, que se dissipará junto da névoa da madrugada. E o tempo só passa… O relógio caminha, impossível de andar para trás, as horas correm, tudo tem pressa pelo agora e pelo que está por vir. As narrativas criadas na mente, romantizadas e jamais confiáveis, talvez o motivo seja o fato de eu não possuir nada nas mãos, alguma coisa, sabe. 

Em meus bolsos estão os ingressos de mais cedo, um isqueiro que não mais funciona, tampas de garrafas, em meus bolsos está meu relógio parado. A realidade é algo que acontece enquanto checo meus bolsos, procurando moedas, enquanto checo se meu isqueiro ainda funciona. Enquanto estou torpe, sonhando acordada, buscando na memória um conforto para o agora, um afago de fantasmas. O tempo brinca comigo, e eu penso que sou uma piada, numa hora dessas, uma piada até engraçada. Tento voltar no tempo ao fechar os olhos, mas encontro lembranças borradas, confusas que me fizeram chegar até aqui. Quando chego até o metrô, que ainda não abriu, percebo que não arredei o pé do lugar, que não viajei para outra época, outros dias, outra vida. A realidade é esta aqui e queima as retinas quando ela me olhos nos olhos, que machuca quando me diz que não há para onde eu fugir. 

Nem tudo existe para fazer sentido, a realidade é o silêncio da madrugada, é a brisa gélida correndo pelo meu corpo, são meus bolsos cheios de objetos inúteis, é o tempo que eu vou esperar para poder embarcar, são todas as memórias emaranhadas. A realidade é as ruas vazias, as tristezas da cidade, é minha pequena embriaguez, minha vontade por um cigarro entre os dedos, a realidade é que meus cigarros acabaram. Entre um cigarros entre os dedos, e todas as certezas que ainda não tenho e as saudades que eu quero matar, eu ainda prefiro o primeiro.

Olhando de fora, nada faz sentido mais
empunhando um olhar decidido no espelho,
penso em meus constantes pesadelos
que se esvaem quando abro meus olhos.
No despertar cheio de alívio, acompanhado da luz da manhã
eu me pego, serena, por um breve segundo
depois, tudo me pega de volta
as gigantes ondas se quebram sobre mim.
Nada mais faz sentido, mas minha lógica luta para se manter de pé
pessoas se ajoelham em suas rezas privadas
cada uma para o deus que lhe convir
cada uma carrega um olhar desconfiado
toda conversa tem morrido pela boca
toda conexão é quebrada antes mesmo de existir.
Nada mais faz sentido, mas a mente se esforça
em minha dificuldade de ser gente, sou cativeira de mim
em minha dificuldade de alcançar o outro, me silencio pelos dias
tudo faz falta, nada sacia.
Na beira da estrada, jaz um quê de esperança
atropelada novamente, por meus gestos estabanados
Nada mais faz sentido,
mas a lógica se pega acuada, a lógica queima no Sol a pino
minha pele se resseca, meus dedos tremem
cada um reza do jeito que dá, do jeito que pode
melhor se juntar as mãos, melhor se dobrar os joelhos
melhor ainda se tiver fé, melhor se se castigar.
Olhando de fora, eu até quero estar dentro
olhando de fora, um pouco de ignorância não cairia mal
eu fico acordada por noites, tentando parir qualquer coisa
de paz de espírito
meus olhos inquietos, passeiam pelo quarto
minhas mãos não se aguentam sozinhas
eu fico acordada por noites em um mal sucedido parto
fingindo que reconheço a mim mesma
eu esqueço como cheguei até aqui.
Olhando de fora, sentindo o sangue correr nas veias
sentindo minha mente correr para longe
correndo das responsabilidades, minhas pernas doem
parada no tempo, e as horas correm
meu eu derradeiro, se arrasta com os dias
eu ouso tomar tento, mas tudo me desce mal:
um enjoo crônico no estômago
desses pesadelos que tomam vida no meu quarto,
das rezas sem fé à deuses de bronze,
da fé que deveria ser em mim, pra variar,
dos sussurros inaudíveis de sonos perturbados
pesco, a mim mesma, em um mar inquieto;
caçadora de mim, coloco-me armadilhas.
Olhando de fora, eu caio em um paradoxo:
deus me livre, mas quem me dera eu me encontrar.

Eu estava na minha melhor fase, o que não queria dizer muita coisa quando se comparava com o resto, mas ainda sim, era alguma coisa. Bom, eu já conseguia me suportar, eu gostava de mim, na maior parte do tempo e se odiar já não estava em nenhum lugar dos sentimentos que eu tinha por mim mesma.

Fazer o mínimo por mim era uma grande coisa.

Eu que nunca me coloquei em qualquer lugar perto das prioridades. A gente faz o que pode e o que não pode, ignora e finge que nunca foi necessário. Eu estava na minha melhor fase quando deixei de precisar da opinião de terceiros apenas para ter um lampejo de amor por mim.

Amor próprio… tive que ir atrás do meu em algum lugar escondido nos infernos da minha mente. Algum purgatório escondido no terceiro plano em baixo da massa cinzenta, no lóbulo frontal, em um poço do sistema límbico, enterrado à sete palmos em um pântano esquecido por algum deus. Faz sentido dizer que eu o enterrei lá, na casa do caralho, na merda do meu cérebro. Eu entrei na minha melhor fase quando consegui sorrir pro espelho.

Parece tão pouco, quando se coloca assim, na palma da mão, quando se tenta racionalizar, quando se esquece do passado doloroso. Parece pouco mesmo, se afastar de tudo apenas para se aproximar de si. Bom, eu já olhei meu ossos como grades de uma prisão orgânica, e a mente como um carcereiro que não dorme nunca, eu me afastei de tudo apenas para olhar para mim por mais de alguns segundos sem sentir raiva.

Fazer o mínimo já é grande. O resto é o olhar dos outros que não importa, na realidade.

O olhar que dura alguns segundos e apenas enxerga a carne e esquece da fusão nuclear de sentimentos correndo por baixo da pele e explodindo em trilhões de partículas no cérebro, contaminando tudo. A imagem, no final da contas, importa. Viver sobre esses preceitos nos quebra, meu amor próprio foi atropelado, em uma rodovia, jogado no meio fio, quando eu não olhei para o que realmente importava.

Mas eu estou em minha melhor fase, meus ossos estão fortes. O que quer dizer muita coisa quando se compara com o resto, quando se olha para as lembranças, o passado serve de comparativo, mas eu não sou apenas meus machucados, nem meus traumas. Me sento na cama pela manhã, tomada por uma boa sensação, ainda que eu não sinta essa alegria o tempo todo, eu aproveito, toda vez que ela vem. Na minha melhor fase, eu cato os bons momentos como pedras preciosas jogadas na merda, dinheiro achado na sarjeta.

Em minha melhor fase, pensei em cuidar de mim, como um bebê que chega agora neste mundo, eu ainda não sei de tudo, minha visão é turva, meus sentidos aos poucos se aprimoram, eu seguro em minha própria mão para que eu não caia, em meus primeiros passos, meus futuros passos. Fazer o mínimo é gigante.

loading