Me quitaste las ganas de hacer, de respirar o de sentir algo que no sea dolor. De que no hay ninguna razón y tenga que sentir este dolor, que me mata el corazón, que ya ni lo puedo sentir.
Tenía algo en lo que evadirme estudiar, pero tú mi enfermedad de la que trato de salir, lo convertiste en algo negativo, que a pesar de todo lo hacía y acaba luego destrozada. Porque como se suele decir, cosa que es una verdad. Los extremos son malos.
Y si hay estos momentos que me hundo que no puedo, que lloro, que gritó, que me da rabia… Solo pido que me quiten este dolor, pero debo ser yo y el tiempo.
Me siento encerrada dando vueltas en un círculo vicioso que no termina, lleno de espinas y tan profundo como el sueño de la bella durmiente. También me pregunto porque me tuvo que tocar a mí, supongo que sólo me toco. Se que no hice nada malo, solo me porté bien y esta vida me dio bofetadas.
Aunque sienta que no puedo, me duela todo y quiera morir. No pienso rendirme.
