#novelas

LIVE

¿De dónde sacar tiempo para leer?




Muchos consejos, encuestas y más en Instagram: writtips.

No dudéis en escribirme si tenéis alguna duda o queréis hablar sobre literatura ;)

Lecturas recomendadas para Octubre: edición Halloween.

  • Frankenstein: Mary W. Shelley
  • La llamada del Cthulhu: H. P. Lovecraft
  • Drácula: Bram Stoker
  • La caída de la casa Usher: Edgar Allan Poe

Ejercicios de estilo.

En la literatura, como en muchas otras formas de arte, el tono es importantísimo. Si siempre empleamos el tono del narrador, el del propio escritor o el de los personajes, nuestro texto sonaría igual siempre y los personajes parecerían clones.

Por eso, adecuar el tono al personaje, al momento y a la historia, convierte nuestro texto literario en una narración verídica.

Diferentes tonos:

“Mario es muy meticuloso”.

  • COLOQUIAL: “Mario es muy tiquismiquis”.
  • INTELECTUAL: “Mario realiza sus tareas de manera escrupulosa”.
  • FORMAL: “Mario emplea un procedimiento metódico y organizado”.
  • DESPRECIATIVO: “Mario es un quisquilloso”.
  • INSEGURO: “Puede que Mario sea muy concienzudo”.
  • TÉCNICO: “La actuación de Mario resalta por su complejidad y orden”.

Haz:

  • Adecúa el tono al momento y personaje.
  • Cambia el registro de cada personaje, incluso del narrador.
  • Si el caso lo requiere, puedes cometer faltas de ortografía (si el personaje dialoga serán faltas fonéticas, si escribe pueden ser ortográficas)
  • Utiliza adjetivos, adverbios, verbos y vocabulario específico para variar el tono literario.

No hagas:

  • NO utilices cambios de la tipografía, letras negritas, cursivas o subrayadas, y mayúsculas. Son una manera cutre de conseguir un tono narrativo distinto.
  • EVITA utilizar mucho los signos de exclamación o de puntuación.
  • NO escribas todo bajo el punto de vista del escritor. Sino no se diferenciará de su manera de hablar.
  • NO repitas el mismo estilo historia tras historia.

Autor: CAMILO JOSÉ CELA.

Escribió varios libros bajo diferentes estilos literarios. Puedes leer:

  • Viaje a la Alcarria.
  • La familia de Pascual Duarte.
  • Oficio de tinieblas 5.
  • La Colmena.
  • Cristo versus Arizona.

Prueba a:

Escribir un relato sencillo bajo el punto de vista de in detective, un analfabeto, un chaval y una dependiente (si se os ocurren otros oficios u otros niveles de la lengua también podéis usarlos).

Cada uno de los personajes citados tiene su manera de expresarse, su jerga, un vocabulario relacionado con su trabajo, etc.


Puedes seguirme en otras redes sociales:

El bloqueo literario.

La mayoría de escritores tiene que lidiar en algún momento de su carrera literaria con el bloqueo, ese miedo a no saber qué escribir que en muchas ocasiones puede agravarse.

Esto no solo les sucede a los escritores, también a los músicos, pintores, escultores y otros artistas.

Hoy voy a contaros algunas maneras para que podáis superar el bloqueo literario, aunque he de decir que cada escritor tiene su propio método. Buscad el que más se adapte a vosotros.

¿Por qué ocurre el bloqueo literario?

En cada escritor conviven dos personajes en constante lucha: el creador y el crítico. Si falta alguno de los dos no hay literatura, ya que el creador va pensando las ideas y las va escribiendo sobre el papel, y el crítico censura aquello que no se adecúa al estilo literario que se busca.

Cuando un escritor sufre bloqueo literario, es el crítico el que está tomando las riendas de la novela, relato o poema que está escribiendo. De manera que, muchas veces, la primera línea no llega a salir por esa censura tan estricta.

A la hora de escribir hay que separar al creador del crítico. Ambos son importantes, pero no en el mismo tiempo. Primero el creador debe dedicarse a escribir y luego el crítico revisará y corregirá aquello que considere necesario.

¿Cómo solucionarlo?

Para empezar no debemos darle tanta importancia, es más, debemos verlo como una manera de mejorar nuestra creatividad, ya que el bloqueo censura las tonterías que no deberíamos escribir.

Debemos evitar la procrastinación, es decir, dejar pasar día tras día lo que habíamos programado escribir. Un escritor que se enfrenta todos los días a una página en blanco, puede llevarle a la locura, como ocurre en la novela El Resplandor, de Stephen King. Por lo que la mejor opción es escribir, escribir y escribir.

Tampoco debemos crearnos expectativas altas. Muchas veces queremos la novela acabada o queremos escribir el mejor texto literario. Sin embargo, soñar con esas cosas sin ponernos a escribir terminará por hacer que el ser buenos escritores no se cumpla. Hay que recordar que por muy malo que sea el texto que hayamos escrito, siempre habrá uno peor, y ese es el de la página en blanco.

Así que, escribe por placer, porque te gusta el proceso.

¿Cómo solucionáis vosotros el bloqueo literario? Dejadme vuestra respuesta en los comentarios.


Fuente: Escribir, Manual de técnicas narrativas (Enrique Páez).



Puedes seguirme en Instagram o entrar en mi blog con los siguientes enlaces:


Análisis de “Sueño del Marinero”, de Alberti

Os invito a analizar el primer poema de “Marinero en Tierra” del autor Rafael Alberti.

Día y Hora: El miércoles 28 de abril de 2021, de 17:45 a 18:45h (España).

Para acceder al canal, haz click en la invitación.




Anuncio importante

Holaa, muy buenas, ¿Qué tal estáis todos? ¿Todo bien? Espero que sí.

Quería comentaros que he estado trabajando en un servidor de Discord para todo aquel que quiera pertenecer a una comunidad literaria, así que si alguien quiere hablar sobre libros, autores y géneros, bienvenido sea.

Es cierto que todavía sigue en proceso de mejora, así que tenéis un canal de sugerencias (“ideas-y-sugerencias”) para poder dejar vuestras ideas.

También tenéis las normas de la comunidad en el canal de “normas”.

Ánimo a todos y a disfrutar. Espero que os guste esta idea tanto como me gusta a mí.

Julio Ramón Ribeyro

Libro: Los geniecillos dominicales

En la vida no se producen argumentos, Josep Pla

Después de hablar, durante tantos años, de lo que es y no es una novela, se ha llegado a tener una idea tan vaga sobre este género literario, que temo que La calle estrecha deba ser considerada como una novela de las del montón.

He aquí, esquemáticamente explicado, lo que sucedió con este libro.
En un momento determinado me pareció divertido, sobre todo para evadirme de la pesada actividad periodística, utilizar la idea stendhaliana del espejo. Así es que hice pasar un espejo —mi modesto espejo— por una pequeña población del país, por una población llamada Torrelles, de unos cuatro mil habitantes. El espejo reflejó las imágenes que viven en este libro —imágenes que he descrito lo mejor posible y de acuerdo con las preferencias que mantengo desde la época, ya lejana, en que empecé a escribir: es decir, procurando poner el máximo interés en los detalles.

El espejo me proporcionó una serie de imágenes, pero acabé comprobando que no reflejaban ningún argumento trabado, ninguna arquitectura concreta. Un espejo es una fuerza pasiva, desprovista de facultades ordenadoras. Si el espejo no refleja ningún argumento es que por delante suyo no pasó ninguno. Ahora bien, como que este hecho me confirmó la sospecha que ya tenía de que en la vida no se producen argumentos a no ser por una rarísima casualidad —y que, por lo tanto, las novelas con argumento, más que reflejar la vida, arbitran una forma de artificiosidad—, no me consideré lo suficientemente autorizado para ser más papista que el papa ni, por lo tanto, a modificar ni en lo más mínimo estos reflejos del espejo.

El solo hecho de que el público crea que las novelas deben tener argumento, no quiere decir ni mucho menos que existan argumentos en la vida. Esta necesidad del público es lo que demuestra que la vida, llevada al terreno literario, es una segregación informe y caótica de imágenes. La fatiga que produce este caos incesante e incomprensible es lo que hace desear una ordenación y una coherencia, aunque sean artificiales, arbitrarias y completamente inverosímiles. El bosque siempre enerva un poco. El jardín es más lógico y de mayor placidez. La característica de la vida viene definida por su insobornable variedad. Por eso hablamos siempre de la unidad como de un paraíso perdido en una lejanía tan remota que nos deja desolados.

Así pues, La calle estrecha no contiene ningún argumento satisfactorio. Ponerle uno habría rebasado mi proyecto, que era —repito— utilizar y simplemente el espejo. He tratado puramente de practicar la definición stendhaliana en un lugar concreto y determinado. Las imágenes reproducidas por el espejo no están tocadas —ciertamente— de una belleza ideal. Son imágenes absolutamente vulgares, de una extraordinaria vulgaridad. No me he atrevido a modificarlas ni aún mucho menos retocarlas. Son imágenes de la vida tal como es, más que imágenes inventadas y convencionales. Son imágenes de la realidad. En este sentido, el presente libro se encuentra en la línea de la prosa que se escribe en los países en que existe todavía una literatura. Esta prosa se halla afectada por un creciente respeto a la realidad prodigiosa e inagotable, grosera y mágica.

Esta novela es, en último término, el resultado que he obtenido pasando mi espejo por la calle Estrecha de Torrelles. Si la pequeña aventura no ha conseguido efectos más conspicuos y brillantes, ello se debe sin duda a que estos tiempos que vivimos no pueden dar más de sí.

Josep Pla
Palafrugell, otoño 1949
Cadaqués, primavera 1951
Prólogo a La calle estrecha
Editorial: Destino
Traducción: Néstor Luján

Foto: Josep Pla

loading